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Jueves 12 de julio de 2001 | |
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Los intendentes justificaron el aumento del gasto |
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Los jefes comunales del departamento Confluencia coincidieron en general en afirmar que son "caja de resonancia" de la desocupación y de la crisis social. Neuquén capital, en cambio, puso como atenuante la inversión en obra pública. |
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| NEUQUEN (AN).- Los intendentes de la Confluencia justificaron con distintos matices la suba del gasto público municipal, que en el último quinquenio creció un 25% promedio. Excepto Neuquén capital, que opuso como atenuante la inversión en obras, el resto lo emparentó con un incremento importante en ayuda social y el pago de los salarios. Es el caso del intendente Luis Castillo, de Centenario, quien en el primer año y medio de gobierno pasó de 3.800 a dar 6.500 beneficios asistenciales, lo que representa un crecimiento del 71%. "Cómo no va a aumentar el gasto si los municipios somos la caja de resonancia de una situación cada vez más preocupante como consecuencia de la desocupación, del cierre de galpones de empaques y de emprendimientos privados", dijo. Desde Senillosa, el intendente Sergio Farías explica que en su caso ha "tratado de bajar" el gasto con recortes de personal en la planta política, en las dietas de funcionarios y concejales e incluso en los haberes de los contratados "para evitar despidos". Pero las medidas no alcanzaron. Flagelado por la falta de trabajo y la ausencia de grandes contribuyentes, los ingresos propios de este municipio ascienden a unos 30.000 pesos y no llegan a cubrir los gastos de funcionamiento. Después de pagar los sueldos -alrededor de 300.000 pesos por mes- con la coparticipación y la ayuda especial de la provincia, "no nos queda nada para hacer otra cosa", dijo Farías. El presupuesto de gastos de Senillosa asciende a poco más de 6,5 millones de pesos contra 10,1 millones de Centenario y contrastan con los aproximadamente 93 millones que ha proyectado para este año Neuquén capital. El informe especial sobre el aumento en el gasto de los municipios neuquinos, publicado ayer por este diario, revela que la comuna capitalina -donde reside la mitad de la población de toda la provincia- aumentó un 46 por ciento el gasto entre 1995 y 2000. En el mismo período, el gasto en el resto de las comunas creció un 25 por ciento promedio. Con una tabla comparativa del comportamiento de los presupuestos ejecutados en los cinco años últimos, el secretario de Hacienda Martín Farizano hizo notar que las erogaciones están estabilizadas y remarcó que "la tendencia alcista está quebrada". Aludía a que en el 2000 el nivel de gastos fue casi idéntico al ejercicio anterior, con la particularidad de que inscribió un 16 por ciento más de obra pública. El salto superlativo en materia de gastos sucedió en la transición de 1998 y 1999: pasó de 66 a 78 millones de pesos durante la gestión del ex intendente Luis Jalil. Farizano estima que el ejecutado de este año quedará en "83 u 84 millones de pesos, con un nivel de obra pública que explicará el aumento" respecto de 2000. El presupuesto municipal es mucho mayor, de 93 millones y prevé obras -casi todo asfalto- por 18 millones de pesos. La masa salarial fue en el 2000 algo menor que en 1998 pero mayor que en 1999: la variación fue de 38,8 millones contra 39,1 y 37,6 millones respectivamente. A diferencia de los otros municipios, el capitalino cerró el ejercicio con un superávit de 4 millones de pesos. La idea es "mantener contenido todo el gasto y reconocer el incremento de la necesidad de obra pública", dijo. Más allá de tener la cuenta equilibrada, Farizano reconoció la tendencia "peligrosa de aumento en el gasto. Es algo que intentamos revertir frenando el gasto corriente y admitiendo solamente el nivel de inversión pública". |
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