Lunes 2 de julio de 2001

 

La migración ilegal en la Patagonia es casi nula

 

La desocupación desalienta la ilegalidad y también influye en la disminución de la inmigración hacia la región. El 90% de los trámites son de "reunificación" familiar. En los años últimos se inició un lento proceso de retorno hacia Chile -principal emisor de migrantes hacia la Patagonia-, que sólo en algunos casos se formalizó mediante la renuncia a la radicación.

  SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La inmigración ilegal en la región es prácticamente nula y en los últimos años la presión de las corrientes migratorias extranjeras -en su mayoría chilenas- disminuyó en forma abrupta, registrando incluso un proceso de retorno al país de origen. Uno de los hechos más llamativos es la renuncia a la radicación de inmigrantes asentados en la zona cordillerana que, pese a tratarse de unos pocos casos -apenas 12 el año pasado-, marca una tendencia novedosa.
Los índices de ilegalidad relevados por la delegación Bariloche de la Dirección Nacional de Migraciones no alcanzan al uno por ciento de la población extranjera regularizada. Este fenómeno, inverso al crecimiento registrado en el centro y norte del país durante la última década, está directamente relacionado con posibilidades laborales que ofrece la región.
El delegado local Alberto Rubio dijo que en la zona "la baja de los salarios, la escasez de empleo y la actualización de las sanciones para las empresas -la multa para un empleador es de 5.000 pesos por empleado ilegal- sólo dejan lugar para la ilegalidad en el cuentapropismo".
Un proceso similar se registró en las corrientes poblacionales que cruzaron la cordillera. En contraste con la fuerte presión migratoria que en la década del ochenta registró períodos de 1.800 a 3.000 radicaciones anuales, en el 2000 las radicaciones otorgadas descendieron a 143. La mayor parte de los tramites se inscriben en el proceso de "reunificación" de familias.
El resultado estadístico elaboradas por la delegación local, que se extiende entre los departamentos Lacar y Huiliches (Neuquén) y Pumayen (Chubut), se repite con similares guarismos en todo el sur patagónico.
Rubio aseguró a "Río Negro" que "la presión de ingreso se ha detenido notablemente". El funcionario indicó que "en los años 80 había una economía expansiva en la región, una estructura social mucho más contenedora" que atrajo a los inmigrantes chilenos. (Ver aparte)
El cambio en las condiciones socioeconómicas de uno y otro lado de la cordillera durante los años 90 varió el movimiento a lo largo de toda la frontera argentino-chilena, generando un proceso aún no dimensionado de retorno que en algunos casos se formalizó a través de renuncias a la radicación. Rubio detalló que "la gran cantidad de datos y referencias que tenemos nos hace presumir que hay una migración de retorno importante, pero es muy difícil de medir".
Desde el Consulado de Chile local coincidieron en las dificultades para medir el fenómeno. "Por Migraciones tampoco pasan todos porque muchos vuelven sin renunciar a la radicación". La principal motivación es la falta de trabajo en la región. (ver aparte).
De las nuevas corrientes que llegaron al centro del país, las solicitudes de radicación más llamativas en la región son de ciudadanos del este europeo aunque en porcentajes poco notables en el movimiento migratorio general.

La evolución social y laboral

Los factores de expulsión y atracción que operaron a uno y otro lado de la cordillera durante los años ochenta se invirtieron una década después. La población chilena radicada en Bariloche ronda las 20 mil personas y una importante porción quedó excluida del mercado laboral en los últimos años por la retracción de la construcción, que registra un 70 por ciento de desocupación en general.
Para Alberto Rubio ese fue uno de los factores determinantes. "En los 80 la rentabilidad de la empresa no estaba en la eficacia del trabajo sino en el mercado financiero y no era demasiado importante tener empleados eficientes. En la construcción se notó particularmente, los chilenos que llegaron no tenía un alto grado de capacitación pero la demanda los absorbió igual" dijo.
"Cuando en los "90 la toma de ganancia comienza a pasar por la eficiencia del trabajo y se produce una marcada contracción de la economía, muchos de esos inmigrantes quedaron sin trabajo y ahí comienza un fenómeno de retorno" concluyó el funcionario.
Otro dato importante del comportamiento migratorio en la región es que el 90 por ciento de las solicitudes de radicación giran en torno a la consolidación de las familias chilenas ya radicadas. Son solicitudes de "reunificación" para permitir el ingreso de miembros que quedaron del otro lado de la cordillera cuando se produjo el desplazamiento familiar.
Los datos de atención hospitalaria también registran una importante disminución de la demanda extranjera. Mientras en 1988 las parturientas chilenas que dieron a luz en el nosocomio alcanzaron un 34 por ciento del total en el 2000 la cifra descendió al 15 por ciento. (AB)

El factor desocupación

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Dos factores se conjugan en el cambio del movimiento migratorio entre Chile y Argentina: la marcada mejoría de las contención social en el vecino país y la fuerte desocupación registrada en la región.
Desde el consulado chileno en Bariloche indicaron que el principal motivo de regreso de los inmigrantes radicados en la región "es por haber perdido el trabajo a pesar de que en mucho casos con gran esfuerzo han logrado construir una vivienda propia". La funcionaria detalló que los emigrantes "retornan a la casa de sus familias, a su exacto lugar de origen".
Otro factor que incide en la emigración, particularmente de los más jóvenes, es la necesidad de completar los estudios académicos. La variada oferta de las universidades chilenas ubicadas en las regiones vecinas a la norpatagonia argentina resulta un importante polo de atracción.
"Hay muchos hijos argentinos de ciudadanos chilenos radicados que retornan a Chile para completar sus estudios universitarias y algunos inclusive que cruzan para iniciar negocios allá" puntualizó Silvia, una de las funcionarias del consulado consultadas por "Río Negro".
No obstante, el ex integrante del círculo tradicionalista chileno en esta ciudad Bernardino Henández minimizó el fenómeno de las corrientes re-emigrantes.
Hernández destacó que "Argentina sigue siendo el mejor país del mundo y los chilenos asentados acá vinimos para quedarnos".

   
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