Lunes 2 de julio de 2001

 

Un menú de proyectos en las carpetas de los funcionarios

 

A fin de año, Repsol-YPF inaugurará la planta de metanol

  NEUQUEN (AN).- Con 20 millones de dólares del total de 25 que pagó Petrolera Santa Fe por la concesión de El Mangrullo bien guardados en el banco y cuyo destino todavía se estudia, Cutral Co y Plaza Huincul atesoran otra diferencia -que puede asimilarse a una ventaja comparativa- respecto de Tartagal y General Mosconi: un portafolio desbordante de proyectos que van desde la quimérica planta de fertilizantes hasta el "multipropósito" de Chihuido II.
A finales de este año Repsol-YPF terminará el único emprendimiento diseñado para industrializar hidrocarburos en origen: la planta de metanol, que le habrá insumido unos 180 millones de dólares desde mediados de 1999 cuando sus técnicos comenzaron a borronear croquis. La planta se hizo "llave en mano" y competirá con Methanex -otra similar ubicada en Punta Arenas, Chile, que procesa el gas de la cuenca fueguina-. Desde la de Huincul es exportará metanol al Mercosur.
El gobierno tiene asociados otros proyectos menores -una planta de potasio, por 50 millones de dólares- que todavía no pusieron primera pero todos -comunidad, dirigentes y empresarios- apuestan al mayor de ellos: la represa que ideó Pescarmona sobre el río Neuquén a la altura de Paso de los Indios para generar energía hidroeléctrica y controlar el caudal de ese curso fluvial. Como proyecto asociado, figura la construcción de un canal de riego a cielo abierto que sea la base para sistematizar siete mil hectáreas entre el río y Cutral Co-Plaza Huincul. Allí se desarrollarán proyectos agroindustriales donde la empresa impulsora de la iniciativa tiene a una de sus subsidiarias como paracaidista: Bodegas Lagarde expresó su voluntad de cultivar vides de pinot noir para construir una bodega que produzca champán.
Los operadores de Pescarmona empezaron gestiones en las postrimerías de la gobernación de Felipe Sapag y continuaron durante el año y medio de Jorge Sobisch. El proyecto está empantanado porque la empresa quiere, como parte del aporte estatal, se les deriven 70 millones de dólares que la Nación comprometió para obras complementarias del control de crecidas máximas probables del río Neuquén cuando privatizó la hidroeléctrica Cerros Colorados. El grupo mendocino también impulsa reducciones del IVA y de tributos provinciales para un emprendimiento que, según se estima, demandará inversiones superiores a los 260 millones de dólares a lo largo de su desarrollo.
La confluencia de intereses empresarios, políticos y económicos en torno de este proyecto no logró que se destrabara su tratamiento legislativo -se licitará según el régimen de iniciativa privada- ni que el gobierno nacional lo incorpore en su agenda. Sin embargo, resucitó con el borrador de decreto de salvataje que el vicejefe de gabinete neuquino, Marcelo Fernández Dotzel, y el diputado nacional y candidato a senador blanco, Pedro Salvatori, discutirán mañana martes en Buenos Aires.
Mientras tanto, los 20 millones que quedan de El Mangrullo, un yacimiento que rinde a las comunidades -se lo cedió Felipe Sapag luego de las puebladas- 200 mil dólares de regalías mensuales, esperan que la Fundación FIEL determine su destino.

Gerardo Burton

   
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