Domingo 1 de julio de 2001

 

La municipalidad termina las 100 casas sociales

 

La obra entró en su tramo final. Las viviendas están distribuidas en barrios y asentamientos regularizados por la comuna. El plan permitió dar empleo a unas 600 personas.

  NEUQUEN (AN).- Las 100 casas sociales que construye la municipalidad entraron en la etapa final de obra. Algunas están techadas y fueron habitadas, sin terminar, por mujeres que son sostén de familia y tienen más de siete hijos.
Las viviendas están distribuidas en barrios y asentamientos regularizados porque una condición requerida a los beneficiarios para ingresar al plan fue tener previamente un terreno propio o adjudicado.
El plan da empleo a 600 personas que reciben aportes de entre 120 y 150 pesos provenientes del Programa de Emergencia Laboral (PEL) y a capataces de la UOCRA, que supervisan las tareas en las obras. En la construcción colaboran los futuros propietarios haciendo los pastones y levantando paredes. Las casas son de un sólo ambiente de 7,40 metros de largo por 3,60 de ancho, con núcleo húmedo preparado para baño y cocina, para cuando puedan hacerlo los ocupantes. Quedan previstos los encajes de mampostería para futuras ampliaciones en el sector de dormitorios.
Para establecer las prioridades entre los beneficiarios se hizo una selección a cargo de asistentes sociales de la comuna, que priorizaron a las madres solas con más de siete hijos.
"Pensamos que íbamos a destinar a ellas unas pocas casas pero después del relevamiento casi no nos alcanzan las 100", dijo todavía sorprendido por el resultado de la encuesta el secretario de Desarrollo Humano, Marcelo Barberis.
Las casas empezaron a construirse en noviembre del año pasado en sectores de Toma Norte y Toma Esfuerzo, Almafuerte, ex Atahualpa y Valentina Sur. Algunas fueron adjudicadas a familias trasladadas de sectores de riesgo, producto de la regularización de los asentamientos.
"El programa se puso en funcionamiento porque las cosas no están bien, eso está claro", reconoció el funcionario. El comienzo fue gradual y por etapas, estaba prevista la finalización en cinco meses -por mayo- pero "no se pudo". Actualmente todas las casas se encuentran en obra y varias ingresaron en la etapa final.
La construcción es tradicional, las paredes son de ladrillones revocados en el interior y a la vista con junta rasada en el exterior, el cielorraso de madera -con aislación térmica y cubierta de chapa galvanizada-, las puertas y ventanas de madera y el piso de hormigón alisado.
Barberis remarcó el carácter solidario del plan: "la gente aporta su capacidad de trabajo, nosotros ponemos toda la infraestructura, maquinaria, herramientas y materiales necesarios, y Nación paga los sueldos de los programas laborales".
En el caso de Almafuerte, Toma Norte y Esfuerzo los pobladores aportaron las tierras de su propiedad, mientras que en Valentina Sur y en ex Atahualpa, las viviendas se construyen en terrenos sociales adonde el municipio trasladó asentamientos irregulares completos de otros sectores de Neuquén.
El gobierno local financia los materiales con la recaudación del impuesto a la entrada a la empresa estadounidense Casino Magic, que por este concepto tributa unos 600.000 pesos al año. Por ordenanza, estos fondos sólo pueden ser destinados a herramientas y obras en barrios carenciados de la capital.

Rechazo al asistencialismo

NEUQUEN (AN).- El secretario de Desarrollo Humano, Marcelo Barberis, remarcó que el gobierno se aparta del concepto asistencialista conocido en Neuquén donde el Estado aporta todo o casi todo. Puso de ejemplo que así como los beneficiarios de las viviendas económicas aportan el terreno y la mano de obra, el municipio otorga créditos a las empresas familiares pero fomenta su independencia mediante la organización de la Cámara y de la Casa del Microemprendedor.
"No estamos de acuerdo con estatizar este tipo de proceso: aspiramos a que se independicen, por encima de garantizar capacitación y monitoreo", dijo.
Barberis insistió que esa es "la" manera de que estas iniciativas se sostengan en el tiempo. Advirtió que la ayuda muchas veces no se traduce en créditos sino en aportes de hasta $ 2.000 en bienes que los beneficiarios reintegran a instituciones de bien público -escuelas o guarderías- con los productos que realizan.

   
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