Lunes 30 de julio de 2001 | ||
MAS INFORMACION: De la Rúa seguía todo desde Olivos Cavallo mantuvo reuniones para avanzar con la línea del déficit cero "Suspender elecciones sería un virtual golpe de Estado" |
El Senado se disponía a aprobar el ajuste tras fuerte presión |
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Podrían introducirse cambios. La poda de haberes tenía una mayoría muy exigua.Colombo, Gallo y Mestre negociaron con las bancadas del PJ y del radicalismo. |
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El Senado de la Nación se disponía a aprobar esta madrugada el proyecto de ajuste fiscal, que propone una serie de ampliaciones impositivas y le da entidad legal al recorte a jubilaciones y salarios públicos superiores a 500 pesos. Pero así como había certeza de que la iniciativa será aprobada (cerca de las 22.30 había más de una veintena de oradores anotados para hablar), no estaba totalmente asegurada su sanción tal como vino de la Cámara de Diputados porque el artículo correspondiente a la amputación de haberes contaba con una mayoría muy exigua. De este modo, se vio coronado ayer el ingente esfuerzo del gobierno nacional y de una amplio sector financiero, que continuó con su estrategia de presión sobre los senadores justicialistas con un mensaje apocalíptico coincidente: si la ley no se aprueba hoy, el caos económico será irreversible. Incluso, la banca de inversión J.P. Morgan fue mucho más dura. Sostuvo que "la falta de credibilidad del gobierno" potencia la posibilidad de que la Argentina "caiga en una cesación de pagos". La ley exige mantener el principio de déficit cero y convalida el recorte de 13% a los salarios y jubilaciones superiores a 500 pesos con el compromiso de elevar ese piso a 1.000 pesos si la recaudación aumenta. Además cambia el modo de percepción del IVA (se debe pagar cuando se percibe el pago y no cuando se factura), se extiende el llamado impuesto al cheque a todo tipo de transacciones bancarias, se posterga la devolución del impuesto a las ganancias y se suspende la reducción del impuesto a las naftas, medidas adoptadas en junio pasado. También se aumenta en cuatro puntos los aportes patronales para empresas de servicios e impide presentar recursos de amparo en contra de las medidas. El debate sobre la polémica norma quedó despejado después de que el mayoritario bloque justicialista resolvió pronunciarse en contra pero favorecer el quórum estricto de 37 senadores, de modo que el radicalismo pueda ganar la votación con un mínimo de 19 voluntades. Al mismo tiempo, el radicalismo con mucho esfuerzo logró reunir prácticamente a toda su bancada (sólo faltó Horacio Usandizaga, de viaje en España), al punto de que le pidieron que regrese a José Genoud, quien aún estaba de licencia por un problema de salud, y le enviaron una avioneta a un campo de San Luis donde estaba descansando (ayer le habían pedido lo mismo a Edgardo Gagliardi, que estaba en Londres, y al autonomista José Romero Feris, que en general votará con el radicalismo). Toda la presión El gobierno puso toda su presión en el Senado en pos de lograr la aprobación de la ley. Para esto, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, principal gestor de la norma, almorzó con el jefe del bloque del PJ, José Luis Gioja, se reunió con esa bancada opositora y se instaló en un balcón del recinto para seguir la sesión junto con el ministro del Interior, Ramón Mestre, y el secretario General de la Presidencia, Nicolás Gallo (fue quien lo acompañó en sus gestiones). Además, los senadores justicialistas recibieron llamados de algunos gobernadores de su partido, como el cordobés José Manuel De la Sota, el santafesino Carlos Reutemann, el pampeano Rubén Marín, y el salteño Carlos Romero, más el formoseño Gildo Insfrán. También se sumaron a la ronda de comunicaciones el titular de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), Eduardo Escasany, el empresario Enrique Pezcarmona y los economistas Martín Redrado, Carlos Melconián y Rogelio Frigerio (h). Con este nuevo frente de presión, el bloque del PJ llegó a la conclusión de que no había margen para modificar la norma, pero eso no implicó el alineamiento de la docena de senadores que no están de acuerdo con la norma. Ello quedó de manifiesto cuando al inicio del tratamiento de la norma, diez de los once senadores que votaron en contra de habilitar el tratamiento sobre tablas fueron del PJ: Augusto Alasino, Alberto Tell, Osvaldo Sala, Carlos Verna, Julio San MIllán, Eduardo Arnold, Daniel Baum, Enrique Martínez Almudevar, Rubén Pruyas y Gerardo Palacios (también lo hizo Felipe Sapag del Movimiento Popular Neuquino). De este modo, los moderados del bloque justicialista (Gioja, Eduardo Menem, Eduardo Bauzá, Carlos Corach, Remo Costanzo) debieron manejar con mucho cuidado el nivel de quórum a la hora de decidir la suerte de la norma para que el radicalismo no pierda la votación. El artículo 12 dividió las posiciones En el artículo 12 del proyecto del ajuste, el más polémico porque es el que fija el piso de los recortes, el radicalismo contaba anoche con el favor de 21 senadores (17 propios, 3 provinciales y el justicialista Omar Vaquir, quien según sus palabras tiene "la responsabilidad" de hacerlo porque ya fue designado embajador de este gobierno). Con un ojo en el riesgo país Senadores de la oposición calificaron de "barbaridad" y de "superficial" la ley de ajuste que el cuerpo se aprestaba a sancionar y advirtieron la posibilidad de quedar nuevamente sospechados de facilitar una aprobación mediante sobornos, mientras los oficialistas se mostraron favorables a una rápida aprobación para evitar que continúe subiendo el riesgo país. |
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