Lunes 30 de julio de 2001 | ||
Toledo agradeció a los dioses en Machu Picchu |
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En un rito Inca, recibió el cetro de mando. |
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MACHU PICCHU, Perú.- Al igual que hace 500 años, cuando los incas ungían a su gobernante y se le entregaba el poder del imperio, Alejandro Toledo recibió ayer el "champi de oro" (o cetro de mando) para gobernar en Perú tras jurar como presidente. Toledo, agradeció "la fuerza y el coraje que me dieron los dioses "apus" (los cerros) y la tierra para luchar en cinco campañas electorales y, en el camino, recuperar la libertad y la democracia". El presidente peruano presidió un antiguo ritual religioso inca, en una toma de mando simbólica celebrada en la ciudad inca de Machu Picchu, de 500 años de antigüedad, en las cumbres de los Andes de Perú. En un breve discurso, Toledo dijo que "hoy se inicia un nuevo amanecer democrático irreversible para un Perú que busca ser competitivo en el mundo global pero muy anclado en las raíces de su historia". Las sociedades modernas del nuevo mundo globalizado, según dijo, "tienen el reto de hacer que la tecnología y el conocimiento tengan que caminar anclados en las culturas que tienen una raíz y una pertenencia e identidad nacional". "Prometo en estos cerros que haré todo lo posible para compatibilizar estos objetivos: La globalización, la competitividad y la modernidad, pero sin desgarrar la identidad nacional", agregó. La llegada de Toledo y de sus invitados fue saludada por un grupo de 14 indígenas "huayruros" o "pututeros", quienes tocaron un instrumento musical de viento hecho de cuernos, llamado "pututo", una vez por cada persona que llegaba. La ofrenda a los dioses incas fue realizada por una veintena de indígenas que empezó la ceremonia en las primeras horas del día, con la salida del sol, y la culminó en presencia del presidente y de sus invitados, al mediodía, con el esplendor del astro. El objeto del ancestral rito andino, según la tradición, es agradecerle a los dioses por su protección y por sus frutos, y pedirles su ayuda divina para lograrlos. En la parte culminante del ritual, un gran sacerdote indígena sorbió chicha (bebida fermentada) de maíz y la escupió después sobre el piso, como ofrenda a la "pachamama" (la tierra) y a los "apus" (los cerros). Otro gran sacerdote hizo la ofrenda a los dioses de los cielos: la incineración de semillas, hojas de coca, flores, azúcar y cebos, envueltos dentro de un bello manto multicolor. Según la tradición inca, el humo de los objetos quemados llega hasta el infinito del cielo, donde habitan sus dioses. A la ceremonia en Machu Picchu, asistieron los presidentes de Chile, Ricardo Lagos, y Costa Rica, Miguel Angel Rodríguez, y el príncipe Felipe, de España, además de miembros de otras delegaciones extranjeras. Con esta ceremonia inca, Toledo incorpora el elemento andino a los acostumbrados actos protocolares de la asunción de mando en Perú, que incluyen una misa en la catedral de Lima y la jura presidencial ante el Congreso. "Esta es la gran recuperación de nuestra identidad porque ningún presidente de Perú lo ha hecho... los que vengan de afuera se van a llevar un lindo recuerdo", dijo Paulina Arpasi, la primera legisladora de origen aymara en Perú. (EFE y Reuters) El poder de la "terquedad" |
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