Domingo 29 de julio de 2001 | ||
ETA cobra otra víctima y aviva la violencia urbana |
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El grupo terrorista intensificó su campaña de acciones callejeras violentas contra objetivos políticos y económicos en varias ciudades españolas. Luto en Madrid por muerte de militar. |
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MADRID (ANSA) - Un general español gravemente herido hace un mes en un atentado de ETA falleció ayer en un hospital de la capital española, mientras en el País Vasco sigue la ola de violencia de la guerrilla urbana tras la muerte el martes de la joven Olaia Castresana, al estallarle la bomba que preparaba en un centro turístico cerca de Valencia. Castresana es el eje de la investigación que sigue la policía española, que intenta desbaratar la ofensiva estival lanzada por ETA contra la industria del turismo, una de las más importantes actividades económicas del país. En Madrid ayer fue un día de luto por la muerte del general Justo Oreja, de 62 años, quien el 28 de junio fue gravemente herido en un atentado. (ver aparte) En tanto, una nueva noche de violencia y destrucción soportó el País Vasco el viernes y ayer , cuando grupos de jóvenes encapuchados del separatismo radical atacaron el domicilio de un delegado sindical del Ugt (cercano al Partido Socialista Obrero Español, Psoe) y el automóvil de un agente de la policía autonómica. Intimidaciones En Victoria, capital administrativa vasca, el auto de un policía quedó destruido al estallar un artefacto rudimentario; y en Hernani, bastión separatista de Guipuzcoa, una bomba incendiaria fue lanzada contra la vivienda de un delegado local del Ugt. Otros incidentes se verificaron también en Irun y en la provincia de Vizcaya. La escalada de violencia urbana comenzó el martes pasado, después de la muerte de Olaia Castresana, al explotarle la bomba que estaba preparando en un departamento de Torrevieja, en Alicante. Contra el turismo Mientras el diario separatista Gara publicó un comunicado de ETA confirmando que Castresana era miembro del grupo separatista, el antiterrorismo español señala que la mujer formaba parte, junto a su compañero Arnatz Oyarzabal, de un grupo de fuego responsable de los atentados cumplidos en marzo en dos conocidas localidades balnearias del país. Castresana y Oyarzabal, que es buscado por la policía, disponían de explosivos suficiente para fabricar numerosas bombas de notable potencia, por ejemplo las escondidas en el capot de un automóvil estacionado en el aeropuerto de Málaga (capital de Costa del Sol), que brigadistas antiexplosivos lograron desactivar el jueves. El 25 de marzo ETA había anunciado una campaña de atentados contra la industria del turismo, ofensiva que, según la policía, es coordinada desde el País Vasco y confiada a los "comandos itinerantes", justamente como Castresana y Oyarzabal. En otra de las regiones más importantes del país, Cataluña, en la últimas 24 horas dos dos explosivos fueron detonados en Barcelona que tenían como objetivo las filiales de la banca "La Caixa", una de las más tradicionales de la región. Los atentados, que no fueron reivindicados, no causaron víctimas. En este caso, sin embargo, los investigadores concentran sus sospechas sobre grupos más extremistas de la autonomía catalana que operan desde hace tiempo en la ciudad. |
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