Miércoles 18 de julio de 2001 | ||
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Credibilidad |
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El mercado financiero respondió ayer positivamente al apoyo político que dieron los mandatarios del PJ al gobierno. Pero, bajo el manto de la crisis actual, la Nación no puede quedarse sólo con una posición declamatoria. La pasividad oficial, en este sentido, es una mala respuesta para la crisis. Hasta ahora, ningún gobernador dijo cómo es que realmente van a bajar los gastos en sus provincias para llegar a fin de año al déficit cero acordado. Sólo se habla de recortes superficiales y los mandatarios más osados ya adelantaron que sus cuentas están equilibradas, por lo que no es necesario ajustar. Con el acuerdo, el financiamiento para las provincias también llegó. La ayuda proviene de las empresas privatizadas y del sistema financiero, dos sectores que apuestan, como Cavallo, al sostenimiento de la Convertibilidad. El Ejecutivo nacional, por su parte, tampoco presentó un plan alternativo para corregir sus desequilibrios. Insistió en la receta tradicional: generalizó el impuesto de las transacciones financieras, afectando ahora a las cajas de ahorro. El acuerdo político alcanzado entre el gobierno y las provincias sirve, pero el concepto de déficit cero hay que hacerlo creíble. Los mercados dieron ayer una señal de respaldo, pero esta tendencia puede revertirse si Nación y las provincias no pasan a ejecutar un plan que defina concretamente la contención del gasto. Al no haber cuentas claras ni respuestas contundentes frente a la crisis, la sensación que se transmite es que todo es negociable. Y eso es peligroso. |
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