Martes 3 de julio de 2001

 

Milosevic rechazó al tribunal de La Haya y se presentará sin abogado

 

Declara ante la Corte acusado de crímenes de guerra.

  La Haya (EFE).- El ex presidente de Yugoslavia Slobodan Milosevic comparecerá hoy ante el Tribunal Penal Internacional que lo juzga en La Haya por crímenes contra la humanidad, pero rechaza su autoridad y se presentará sin abogados.
Milosevic, el primer jefe de Estado que es conducido ante un tribunal internacional que juzgará crímenes presuntamente cometidos durante el desempeño de su cargo, podría incluso asumir su propia defensa, tal como afirmaron en la noche de ayer dos de sus abogados.
El ex presidente yugoslavo, que cuenta con formación jurídica, reiteró a través de los letrados que no reconoce la autoridad del Tribunal para juzgarlo y que por eso rechaza nombrar abogados que lo defiendan.
El antiguo jefe del Estado yugoslavo deberá responder ante el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY) por crímenes contra la humanidad y violación de las "leyes o costumbres de la guerra", delitos supuestamente cometidos durante la guerra de Kosovo entre enero y mayo de 1999.
La fiscal jefe del Tribunal, Carla del Ponte, declaró sin embargo su intención de ampliar los cargos contra Milosevic para incluir delitos, entre ellos el de genocidio, cometidos además en las guerras de Croacia y de Bosnia Herzegovina, entre 1991 y 1995.
Al que es considerado por muchos como máximo responsable de las sangrientas guerras balcánicas de la asada década se le leerán los cargos que pesan en su contra, por primera vez de manera oficial, ante un tribunal y con la presencia de las cámaras de televisión de medio mundo.
Milosevic es acusado de ser responsable de expulsiones masivas de ciudadanos kosovares, de la muerte directa de decenas de ellos, de ordenar su traslado, la destrucción de sus hogares y sus propiedades y de actividades calificadas desde las guerras de los Balcanes con una nueva expresión, la de "limpieza étnica".
Contra él podrían además presentarse cargos por crímenes que merecen la calificación de genocidio, cometidos durante las guerras de Croacia y de Bosnia Herzegovina, que asolaron los territorios de estas ex repúblicas yugoslavas, acabaron con la vida de cientos de miles de personas y obligaron a desplazamientos masivos.
Milosevic está preso desde la madrugada del pasado 29 de junio en la prisión del TPIY, en Scheveningen, cerca de La Haya, vigilado para que no sucumba a la tentación del suicidio -en su familia hubo precedentes- y aislado del resto de los reclusos, que como él están acusados de crímenes cometidos en los Balcanes.
Fuentes del TPIY reconocieron que Milosevic rechazó comparecer con abogado defensor en la primera jornada de un proceso que se augura largo, cuya tramitación prejudicial llevará no menos de seis meses y que tendrá una duración calculada en casi dos años.
"Esperamos que reconsidere su decisión", manifestó un portavoz del tribunal, quien dijo que el detenido puede cambiar de opinión y aceptar un abogado incluso cuando haya comenzado su comparecencia, un trámite importante e histórico, pero que será breve.
Dos abogados que forman parte del equipo de letrados encargados hasta ahora de su defensa por acusaciones contra él en Yugoslavia, Zdenko Tomanovic y Dragan Krgovic, se entrevistaron con Milosevic en la prisión del TPIY y confirmaron que hoy estarán en la sala, pero como parte del público. "Si se declara o no culpable, eso lo verán ustedes mañana", aseguraron los abogados, quienes no recordaron que, aunque se niegue a declarar el martes, el tribunal concede al acusado treinta días para pronunciarse, al cabo de los cuales el juez actuará como si se hubiera declarado "no culpable".
Las últimas horas antes de su presentación ante el tribunal las pasó Milosevic encerrado en su celda de Scheveningen, aislado del resto de los presos -así estará hasta el 27 de julio- y vigilado constantemente para que no intente suicidarse y escapar de un juicio cuyo veredicto ya ha rechazado.

La fiscal promete "juicio justo"

LA HAYA (ANSA).- Carla Del Ponte, la fiscal del Tribunal para los crímenes de guerra en la ex Yugoslavia (TPI) se verá el martes por primera vez frente a frente con Slobodan Milosevic, el ex presidente yugoslavo que durante más de dos años estuvo a la cabeza en la lista de buscados del tribunal.
La audiencia preliminar es sólo el comienzo de una confrontación que podría durar años: un cara a cara cuyo resultado final no se conoce con exactitud.
"Milosevic tiene derecho a tener un juicio justo, y lo tendrá", dijo en los últimos días la ex magistrada suiza, de 54 años, consciente de que sólo el debate procesal y la credibilidad del material probatorio reunido por su equipo de investigadores podrán asegurar la condena del ex presidente.
Para Del Ponte, la dificultad será establecer durante el juicio un vínculo sólido y neto entre Milosevic y los numerosos crímenes de guerra y contra la humanidad detallados en el acta de incriminación: es decir, reconstruir la cadena de mandos que desde Belgrado dirigía y apoyaba la limpieza étnica en Kosovo.
Hacen falta hechos concretos: el colegio de defensa intentará justamente demoler el nexo "objetivo" entre la responsabilidad de Milosevic y las masacres. Una de las incógnitas que la propia fiscal del TPI espera resolver en los próximos días es la actitud de Milosevic: queda por ver, en efecto, si el ex hombre fuerte de los Balcanes tiene intención de colaborar de algún modo con su "enemiga", sometiéndose a una larga serie de interrogatorios".
Del Ponte dijo que quiere definir rápidamente un calendario de reuniones, pero todo dependerá de la posición que decida asumir Milosevic: para él, el Tribunal de La Haya no puede juzgarlo, y quiere celebrar sólo un "proceso político".

Intentan evitar otra fractura de Yugoslavia

Belgrado (Télam-SNI).- El presidente yugoslavo, Vojislav Kostunica, inició ayer las negociaciones para la formación de un nuevo gobierno, tras la renuncia del primer ministro, el montenegrino Zoran Zizic, para garantizar la continuidad de la República de Yugoslavia, compuesta por Serbia y Montenegro.
Kostunica hizo saber en un comunicado que una de las prioridades del próximo gobierno federal sería la de definir de nuevo las relaciones entre Serbia y Montenegro, se informó ayer.
La República Federal de Yugoslavia debe formar un nuevo gabinete tras la dimisión el viernes del primer ministro Zizic, motivada por la extradición del ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic.
Fundada en 1992, tras las guerras serbo-croata y de Bosnia-Herzegovina, la actual federación esta virtualmente quebrada desde la llegada al poder en Montenegro de Milo Djukanovic en 1998.
Tras derrotar en las elecciones presidenciales de 1997 al candidato de Milosevic, Djukanovic se opuso a la política del gobierno de Belgrado, al que acusa de reducir a la mínima expresión la influencia de Montenegro en los asuntos federales, impulsando además la independencia de esa república.En octubre pasado, Djukanovic no reconoció la elección de Kostunica.
Por su parte, el primer ministro serbio, Zoran Djindjic, se pronunció ayer a favor de una remodelación de la Constitución yugoslava que permita la creación de una federación con poderes reducidos, cuya actividad se limitaría a la diplomacia, la defensa y la política monetaria.
Montenegro -con 350.000 habitantes, contra 7 millones de Serbia- quiere además una representación propia ante las Naciones Unidas, por lo que Djindjic consideró que si el gobierno montenegrino no renuncia a ese objetivo, sólo se podría negociar una "unión" entre dos Estados independientes.Sin embargo, esa perspectiva alentará las ambiciones independentistas de Kosovo y alimentará un foco desestabilizador en la región
Al llegar a la presidencia yugoslava en octubre pasado, Kostunica sólo pudo aliarse con los oponentes montenegrinos en el poder de Djukanovic, agrupados en el Partido Popular Socialista (SNP) de Zizic, ex aliado de Milosevic, para formar el primer gobierno federal. Sin embargo, la renuncia de Zoran Zizic y de otros miembros montenegrinos del gobierno yugoslavo , obligará de nuevo a Kostunica a buscar un primer ministro de la oposición.
Por otro lado, cerca de 15.000 personas protestaron ayer en Belgrado contra el traslado de Milosevic al Tribunal de La Haya.

Niegan un plan contra Blair

El Estado Mayor del Ejército yugoslavo desmintió ayer afirmaciones de un rotativo británico de que el jefe militar, general Nebojsa Pavkovic, le revelara haber tenido una orden de Slobodan Milosevic de asesinar al primer ministro británico, Tony Blair, en 1999.
"The Sunday Times" aseguró el domingo que el ex presidente yugoslavo, Milosevic, quería atentar contra Blair cuando éste visitó a los refugiados albaneses en Macedonia durante la guerra de Kosovo, cuando la OTAN bombardeó Yugoslavia, de marzo a junio de 1999.
Según el dominical británico, al parecer Milosevic había pedido a Pavkovic que volara el helicóptero en el que Blair llegó al aeropuerto de la capital macedonia, Skopje, el 3 de mayo de 1999.
   
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