Domingo 22 de julio de 2001

 

Los comerciantes están indefensos ante los robos

 

La crisis económica que afronta el sector privado regional se agrava con los asaltos. Las rejas en el interior de los locales son cada vez más frecuentes y la mayoría no puede invertir en en sistemas sofisticados de seguridad.

  ROCA (AR).- Mediados de mayo. Una familia se radica en Roca. Instala un comercio de venta de ropas a pocos metros de la céntrica calle Tucumán y los asaltan. Deciden poner vidrios blindex y una reja.
Lunes 16 de julio a la madrugada. Al mismo comercio no sólo que le cortaron las rejas, sino que además reventaron el blindex y se llevaron cuanto pudieron.
Miércoles 11 de julio a las 22. Le roban en la calle Uruguay al 500 un ciclomotor a Juan Carlos Aramburu. La moto la usaba para trabajar.
Viernes 13 de julio a las 19.45. Roban otro ciclomotor, esta vez en Maipú y Gelonch. Su propietario también era Aramburu.
Sábado 14 de julio a la mañana. Dos jóvenes ingresan a la farmacia ubicada en Tucumán y Mendoza de Roca. Son asaltantes. Encierran a las empleadas y se llevan dinero en efectivo y efectos personales de las víctimas. La llegada de una clienta evitó que lo robado sea mucho más.
A pesar de que los ejemplos son de Roca, la situación de los comerciantes ante los robos no varía en las distintas localidades del Alto Valle.
Los delincuentes actúan rápido y empuñan generalmente armas de fuego. Suelen tener sus rostros cubiertos con cuellos polares o pasamontañas, por lo que quienes cuentan con cámaras de circuitos cerrados no pueden hacer demasiado.
Otros optaron por volver a las "épocas de las pulperías". Es decir, enrejar el comercio a la altura del mostrador, por lo que los ladrones no pueden llegar hasta quien atiende ni a la caja registradora. Ante un robo con armas, al comerciante le queda como "salvación" tirarse tras el mostrador y, si tiene, accionar alguna alarma.
Tampoco es raro ver a comerciantes que después de determinada hora, atienden únicamente por una pequeña ventanilla. "Se pierde la oportunidad de exhibir los productos, porque el cliente no puede entrar. Pero es más seguro, y en mi caso, un robo me obligaría directamente a cerrar porque no podría reponer la mercadería", señaló un kiosquero que además tiene anexo de perfumería.
Las alarmas son otras de las posibilidades para protegerse de los asaltos. Los precios varían según la complejidad de los equipos que se instalan (ver aparte). Incluso muchas veces se suelen complementar con el sistema de cámaras de circuito cerrado.
Otros comerciantes optan por cerrar con llave la puerta de ingreso, y abrir a cada cliente. Sin embargo, el miércoles fue asaltada una agencia de viajes de Cipolletti que utilizaba este sistema. "El problema es que uno se da cuenta que es un asalto cuando están adentro y ya es tarde", dijeron.
En varios locales se ven también las antepuertas. La primera se abre manualmente, mientras que la segunda está con llave.
También se puede contratar a policías de franco de servicio que realizan adicionales (ver aparte).
Pero el caso más insólito es el de la farmacia antes mencionada. Tras sufrir tres asaltos, los dueños decidieron tener dos perros pastor alemán amaestrados en el interior del local. Están separados del salón de atención por una especie de "corralito", pero que pueden entrar en acción en segundos.
De todos modos, todas estas alternativas para estar a cierto resguardo de los delincuentes, significan una inversión económica. Y los comerciantes no están ajenos a la crisis que sufre el país, por lo que en la mayoría de los casos no cuentan con el resto económico como para instalar alarmas, cámaras o contratar a un policía adicional.
Mientras tanto, los robos se suceden y la sensación de inseguridad aumenta día a día.

Alarmas y cámaras de circuito cerrado

ROCA (AR).- Los sistemas de seguridad requieren un gasto de dinero que puede ser accesible o no según el bolsillo de cada comerciante.
En el caso de un equipo básico de cámaras de circuito cerrado de televisión, el precio es de entre 250 y 280 pesos.
Esta suma se incrementa según la cantidad y tipos de cámaras, ya que estas pueden ser direccionales o no.
Incluso los monitores pueden registrar varias cámaras a la vez, por lo que en este caso la suma puede alcanzar los 500 pesos.
El costo crecerá un poco más con los sistemas que además graban el audio de lo que sucede.

Desde 450 pesos

Con respecto a las alarmas, un equipo básico puede llegar a los 450 pesos. La suma puede superar los 550 si se decide tener una conexión con alguna comisaría.
"La venta de las alarmas se mantiene. Sin embargo, quien compra una alarma para un comercio, generalmente es porque fue asaltado recientemente. En los otros casos, quien la compra tiene el resto monetario suficiente como para hacerlo. Pero ante la duda, los comerciantes que prácticamente sacan para cubrir los gastos, no invierten en una alarma porque los costos no le dan", aseguró ayer el propietario de un comercio de venta e instalación.
"Si uno le va agregando elementos, el precio lógicamente va a subir. Se pueden armar equipos de casi dos mil pesos y aún más", señaló.
Con respecto a los policías adicionales, el costo es de 20 pesos las cuatro horas. Esto significaría -a ocho horas diarias-, un costo de 880 pesos mensuales.
De todos modos, se puede contratar un servicio de este tipo por menos horas.

Hasta el BORA sale a prevenir en las calles

ROCA (AR).- Si bien ninguna ciudad del Alto Valle está exenta de los robos a mano armada, este tipo de hechos suelen tener un alto repunte por épocas en algunas de las localidades.
En cualquier unidad policial de la zona se repite una y mil veces que faltan uniformados y elementos.
Generalmente el número de policías que patrullan las calles no tiene una mínima relación con la cantidad de habitantes a los que le deben brindar seguridad.
Es por ello que cuando se produce un repunte en los robos en alguna ciudad, desde la Unidad Regional Segunda se decide enviar a algunos integrantes del grupo especial BORA. "La sola presencia de ellos en las calles, frena el índice de robos", aseguraron fuentes policiales. Con el grupo BORA, se realizan además distintos operativos durante los fines de semana, que incluyen identificación de personas y de vehículos. Llegado el caso, y si se tienen datos firmes, realizan apoyo para los allanamientos que llevan a cabo los uniformados de la localidad en la que están trabajando.
Otro factor que influye es la época del año. Históricamente, los puntos más altos de robos se producen en invierno y para fin de año. En el primer caso porque los días son más cortos y las ropas permiten disimular la portación de armas. En el segundo, por las fiestas de Navidad y Año Nuevo.

   
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