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Martes 17 de julio de 2001 | |
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Asesinan a un policía frente a su familia en Bariloche |
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Estaba de franco con su esposa e hijos y trató de impedir un robo.Cuando fue a identificar a unos sospechosos, le pegaron un tiro.Sufrió un shock y resultaron vanos los intentos para salvarle la vida. |
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 SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Un disparo letal en el pecho que le efectuó un delincuente acabó con la vida del sargento primero René Federico Meyrelles, que estaba franco de servicio y en compañía de su familia cuando trató de impedir que dos delincuentes asaltaran a un repartidor.Meyrelles estaba en compañía de su esposa y sus cuatro hijos cuando detuvo su auto para identificar a los sospechosos, pero fue recibido a balazos y murió casi en el acto pese a la ayuda que trató de prestarle un vecino con conocimiento en primeros auxilios. El hecho ocurrió cerca de las 20 de ayer en Rivadavia entre Anasagasti y Fagnano, al este del centro de la ciudad, frente al quiosco y despensa "Lilian", al que acababa de ingresar un repartidor de cigarrillos que era en realidad el objetivo perseguido por los delincuentes. En esos momentos Meyrelles bajaba por Rivadavia hacia el centro de la ciudad, y le resultó sospechosa la actitud de los individuos que merodeaban la despensa, o bien los reconoció por sus antecedentes. Sin pensarlo mucho, detuvo su auto de manera irregular y se dirigió hacia los sospechosos desarmado, con el objeto de identificarlos, pero un balazo en la tetilla izquierda lo derribó sin que tuviera oportunidad de defenderse. El policía sufrió un shock casi inmediato y pese a que fue trasladado al hospital e introducido en el quirófano, los esfuerzos resucitatorios resultaron vanos. Una versión indicó que luego los asaltantes balearon en ambas piernas al repartidor para evitar que escapara, pero la Policía no confirmó el comentario y tampoco brindó datos sobre la identidad de la presunta víctima. Momentos después del hecho se presentó en el lugar el juez Miguel Angel Gaimaro Pozzi, y los especialistas de la policía comenzaron a colectar testimonios y a tomar las escasa pruebas que quedaron en el escenario. Pudieron recoger algunas cápsulas y tomaron huellas en los elementos que pudieron haber tocado los delincuentes, y también obtuvieron detalladas descripciones sobre los sospechosos que fueron proporcionadas por los familiares de Meyrelles y por otros testigos ocasionales. El sargento Meyrelles tenía 37 años y había abrazado la profesión policial desde muy joven, junto con un hermano. Después de trabajar varios años en la comisaría 28 del barrio Alto, fue trasladado a la comisaría Segunda del Centro Cívico y "era un excelente oficial de calle, de los que patrullan constantemente la ciudad y por su experiencia conocen como nadie la evolución de la población delictiva local", comentaron. La muerte de Meyrelles se suma a otros episodios similares sufridos en la última década por policías de Bariloche, que comenzaron el 1 de diciembre de 1992 cuando una numerosa banda que pretendía asaltar las oficinas de la empresa Tres de Mayo mató a tiros al sargento Guillermo Osés. En julio de 1995 los integrantes de una peligrosa familia mataron a puñaladas al cabo Gerardo Salinas, y el 6 de junio del año pasado César González, el mismo día en que recobró su libertad, mató de un balazo en el cuello al cabo Roberto Gómez. |
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