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Viernes 13 de julio de 2001 | |
 MAS INFORMACION |
Pánico durante un asalto en Cipolletti |
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Dos delincuentes redujeron a tres mujeres y otra se escondió debajo de un escritorio |
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| CIPOLLETI (AC).- "Cuando ví que uno de los ladrones amartilló la pistola y me apuntó a la cabeza, pensé en lo peor. Fue un momento terrible, igual al que pasaron mis compañeras", dijo ayer Diana Wildau, una de las responsables de la empresa Vathi Turismo, luego del asalto que sufriera el local poco después de las 10.30, sin que hasta anoche la Policía haya dado con los responsables. Esta es la segunda vez que roban en Vathi, ubicada en calle España 411, casi 9 de Julio, a menos de 250 metros de la comisaría Cuarta y a escasos 150 de la municipalidad. La empresa sufrió una situación similar el año pasado, mientras a pocos metros el entonces vicepresidente Carlos Alvarez inauguraba con el intendente Julio Arriaga el "banquito" municipal. Al momento del asalto de ayer estaban en el local Wildau y Graciela Viñuela (otra de las responsables de la empresa) y las empleadas Melina Giambartolomé y Mariela Machuca. Una clienta y su pequeña hija acababan de dejar la oficina cuando irrumpieron los dos malvivientes. El abordaje se produjo precisamente cuando Diana Wildau despidió a la clienta y cerró la puerta por dentro, trámite que se hace siempre por precaución. "De pronto observé que un muchacho quería entrar. Pensé que era de "Viaje de Vuelta" que venden su revista. Abrí y entró uno seguido por un compinche, los dos armados", relató Diana, mientras a su alrededor la Policía tomaba huellas y buscaba indicios. El que entró primero era de cutis blanco, con pecas, ojos verdosos, vestía pantalón y campera negra. Al otro la señora casi ni lo miró, por el shock en el que se encontraba. Graciela Viñuela también soportó una situación muy tensa, porque cuando entraron los ladrones se escondió debajo de un escritorio, y ahí se quedó sin ser descubierta por los delincuentes. Desde allí veía a los ladrones revisar los cajones buscando dinero. "La plata, dónde está la plata", vociferaban los delincuentes. "En los cajones, por ahí", atinaron a responder las espantadas mujeres. Diana Wildau y las otras empleadas se encerraron por su propia voluntad en el baño, en tanto que los malvivientes gritaban, buscaban dinero y valores, revolviendo todo. Al final, los cacos se llevaron poco efectivo (cambio en su mayoría), un cheque, un celular, tarjetas de crédito de Wildau y Viñuela; documentos, una cadena de oro, una medalla, 100 dólares y 50 pesos e incluso un rosario que le había regalado a Wildau una nena que está por viajar a Disney. Cuando se fueron los ladrones, Diana Wildau salió corriendo y encontró en la esquina a dos motoristas de la Policía que circulaban por 9 de Julio, quienes salieron a toda velocidad a buscar a los delincuentes, mientras por radio los motoristas alertaban a la comisaría Cuarta, desde donde también partieron comisiones. Viñuela y Wildau estaban ofuscadas porque la policía llegó a la agencia tarde, según aventuraron, 10 minutos después del llamado. |
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