Sábado 7 de julio de 2001 | ||
MAS INFORMACION |
Dos interpretaciones para Sandra González |
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Su aporte en la causa dividió a los jueces; dos le creyeron y el otro la cuestionó |
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CIPOLLETTI (AC).- La condena de Guillermo González Pino fue reñida. Y se dio en un fallo dividido: mientras que César López Meyer y María Evelina García lo consideraron culpable, Juan Máximo Rotter opinó que había que absolverlo por el beneficio de la duda. La acusación se basó sustancialmente en el controvertido testimonio de la ex mujer del detenido, Sandra González, a quien la defensa acusó de actuar por "despecho". "La acusación que pesa sobre González Pino se asienta sobre una prueba testimonial que aporta únicamente indicios no verificados ni verificables y merece serios reparos. No podemos otorgarle la fuerza de una verdad apodíctica como lo reclama un pronunciamiento condenatorio, máxime si no permite desechar una interpretación distinta de los hechos", explicó Rotter en su voto. Pero fue el único que valoró la prueba de esta manera. Los jueces López Meyer y García le dieron fuerza al aporte de la mujer. "Sin duda el testimonio de Sandra González resultó muy comprometedor para el imputado", dijeron. Ambos camaristas destacaron que en el debate, Sandra González "ratificó los aspectos sustanciales de su declaración". No sólo a ella tomaron en cuenta para acusar. También dieron por acreditado que la testigo María Cecilia Garrido "identificó" al imputado el domingo 9 de noviembre de 1997, cuando pasó por Circunvalación y las vías (la mujer sólo dijo "es el que más se parece"), y revalorizaron los dichos de la menor que habló primero de un "Guillermo" y luego dijo "González Pino". "Se puede abrigar la íntima convicción de que realmente la menor se refería al imputado González Pino cuando describió a Guillermo, y de que ahora está confundida" (la chica lo confundió con Marcelo Arratia en rueda de personas). Juan Rotter no tuvo el mismo criterio al evaluar las pruebas en contra del imputado. "A mi modo de ver, no podemos formular un juicio lógico y seguro, apoyado en pruebas inobjetables, y concluir que está objetiva y subjetivamente comprobada la intervención de Guillermo González Pino en el hecho. En consecuencia estimo que es de ineludible aplicación a su respecto el principio "in dubio pro reo" proclamado en el artículo cuarto del Código Penal", expresó. Rotter explicó en su fallo que hay aspectos del testimonio de Sandra González que pueden tener relevancia y que, como lo señalara la defensa, únicamente los ha podido conocer la testigo. "Es por ello que siendo testigo único de tales circunstancias el análisis crítico de su declaración ha de ser más riguroso a la luz de las reglas de la sana crítica", entendió. El vocal tuvo en cuenta algo que llamó la atención durante el debate: que el fiscal le leyó a la testigo "la mayor parte" de lo que había declarado en sede instructoria. En lo que atañe al contenido de su declaración, el juez realizó varias observaciones. En primer lugar, dijo que quedó demostrado por los dichos de varios testigos que el lunes a la noche González Pino fue a jugar al fútbol, como él mismo dijo. "Sandra González no mencionó esta circunstancia en su primera declaración", indicó Rotter. El juez dijo además que la testigo declaró tres veces en el juzgado. En la primera, narró pormenorizadamente los datos que la llevaron a sospechar de que González Pino algo tenía que ver con el triple crimen. Dos semanas después volvió a declarar y dijo que se había olvidado de un "detalle": que en la madrugada del lunes 10 su pareja llevaba unos guantes de látex, uno puesto y el otro en el bolsillo, los que guardó en una bolsa junto a la demás ropa adentro de un lavarropa que no funcionaba. "Agregó la testigo que esos guantes nunca se los había visto antes. No parece lógico que se haya olvidado de referirse a ellos en el contexto de la serie de datos que detalladamente describió. Si nunca vio a, en aquel entonces su concubino con esos guantes -que habrían sido similares a los de uso médico-, la circunstancia debió llamarle poderosamente la atención y debió grabarse en su memoria, razón por la cual no encuentro explicación que se olvidara de mencionarlos en la primera oportunidad que declaró", dijo el camarista. Rotter manifestó que en el debate la testigo incorporó más detalles. Y hasta ironizó: "se advierte que todavía no había terminado de acordarse". Dijo que esa madrugada González Pino había llegado "rasguñado en los hombros". Por otra parte, el vocal consideró que fueron "inocultables" las contradicciones de Sandra González con lo que declaró su madre, Gumersinda Jorquera. Hasta Ulises González reconoció ayer que no había muchos elementos en contra del revendedor de autos. "Creo que a González Pino lo condenó más su pasado que las pruebas que había", opinó. |
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