Indagarán a una empresaria por trágica avalancha

Es la dueña de Robles Catedral. Es por la avalancha que causó la muerte de dos empleados. Dicen que no existían las medidas mínimas de seguridad. Buscan establecer su responsabilidad.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El juez de instrucción Miguel Gaimaro Pozzi citó a la empresaria Graciela de Robles a prestar declaración indagatoria por la muerte de dos empleados suyos que el año pasado fueron arrastrados por una avalancha en el cerro Catedral.
Se trata de la primera imputada directa en la causa que ya lleva un año en trámite (el accidente ocurrió el 1 de julio de 2000) y cuya investigación demostró notorias fallas en los sistema de seguridad que protegían a los operarios.
El magistrado fijó la indagatoria para el próximo 24 de agosto y no quiso precisar que figura penal pesa sobre la empresaria. No obstante, la misma citación demuestra que encontró suficientes elementos para considerarla prima facie responsable de las muertes.
El accidente ocurrió un sábado a la madrugada luego de una jornada en la que nevó abundantemente sobre el cerro y -según lo determinado por los peritos- había "máximo riesgo" de avalanchas.
Los trabajadores estaban acondicionando las pistas para la jornada siguiente y fueron arrastrados por un enorme desplazamiento de nieve que destruyó los dos ratracks que utilizaban.
En el saldo fatal incidieron tanto la exposición al riesgo de la avalancha como la demora del operativo de rescate, que se inició casi siete horas después porque los operarios estaban incomunicados y nadie había advertido el accidente.
Cuando llegaron los socorristas, cerca del mediodía, Ariel Díaz ya estaba muerto y Rodolfo Salinas fue rescatado con vida pero mal herido y falleció poco después. Ambos iban conduciendo las dos máquinas pisanieves, mientras que el segundo llevaba como compañero a Julio Díaz, quien logró sobrevivir pese a pasar varias horas sepultado por la nieve.
La investigación está provisoriamente caratulada como doble homicidio culposo y el juez explicó que la imputación que pudiera caberles a Salinas y a Ariel Díaz es "cuestión abstracta" porque ambos perdieron la vida.
Sin embargo, el caso no quedó cerrado y Gaimaro Pozzi resolvió hurgar hacia arriba en las responsabilidades penales. De esa forma, identificó como primera imputada en la investigación a la dueña de la empresa Robles Catedral, que tiene la concesión del sector Sur del centro de esquí y era la empleadora de los dos empleados muertos.
Antes había recogido numerosos testimonios y también pidió una pericia a los físicos Eduardo Osquiguil y Rodolfo Pregliasco, cuya elaboración demoró varios meses.
Los peritos constataron que el accidente habría ocurrido hacia las 3.30, cuando las dos máquinas pisanieve separadas por unos 50 metros, recorrían un sector alto del centro de esquí. El riesgo era muy alto porque había nevado mucho sobre una base de nieve compactada.
La avalancha "de placa" fue provocada por el mismo movimiento de las máquinas y según quedó probado la máquina que iba adelante rodó 400 metros mientras que la otra fue arrastrada casi 100 metros. De la pericia también surge que nadie seguía desde la base el trabajo de los operarios y que recién a las 9.30 el jefe de talleres trató de comunicarse con las máquinas.
Pasadas las 10 dos patrulleros que subían el tercer tramo de la aerosilla vieron la avalancha y a las 10.30 llegaron al lugar, descubriendo a una de las máquinas destrozadas. Recién entonces dieron el alerta y se movilizaron los equipos de rescate, mientras los patrulleros intentaban desenterrar a las víctimas cavando con las manos y los esquíes, porque no contaban con palas.
Aún hoy, según reconocen los mismos trabajadores, la empresa sigue sin adoptar las medidas de seguridad y espera recibir de Europa los equipos de radio-baliza, que encargó hace pocos días.

Foto: Los brigadistas que encontraron a las víctimas tuvieron que sacar la nieve con las manos, ya que ni siquiera tenían palas.