Viernes 6 de julio de 2001

 

En la calle ratificaron que el juicio no los conformó

 

Familiares y representantes de entidades se movilizaron sin incidentes, aunque con graves acusaciones a la policía

  CIPOLLETTI (AC).- Con las críticas de "Juicio trucho, Justicia cómplice", y "El juicio legalizó la impunidad y el encubrimiento", más la exigencia fuerte de "verdad y justicia y cárcel para los verdaderos asesinos", se realizó ayer la marcha convocada por los familiares de María Emilia y Paula González, y Verónica Villar, para seguir los sucesos finales del juicio contra Kielmasz y González Pino, .
Hubo un episodio de tensión, poco después de las 14.30. Al llegar a la intersección de Belgrano y Brown -cerquita del Sindicato de Luz y Fuerza, donde se llevó a cabo el juicio- los movilizados se toparon con un gran cordón policial ubicado supuestamente para impedirles el paso, con unos 30 uniformados sobre las dos calles.
"¿No les da verguenza lo que están haciendo?", gritó, entre otras muchas cosas, un enfurecido Juan Villar -papá de Verónica, una de las tres víctimas- y encaró a los policías, que lo dejaron pasar.
Con Villar a la cabeza los demás también fueron pasando, con algún empujón de parte de los uniformados y epítetos varios desde los manifestantes, hasta ocupar todo el frente del Sindicato gritando "se sabía, a las chicas las mató la policía" y "asesinos, asesinos".
La cosa no terminó ahí porque tanto Villar como otros familiares de las jóvenes encararon al oficial encargado del operativo objetando el vallado y la presencia de casi 40 policías. Mary Mella, tía de María Emilia y Paula, le dijo casi literalmente "vienen al pedo, para que les tomemos más odio. Después de todo lo que hicieron ¿qué más quieren?", obteniendo como respuesta, al igual que Juan Villar, un lacónico "tienen razón, tienen razón. Pero nosotros cumplimos órdenes".
La concentración se inició pasadas las 13 en la plaza San Martín. Se colocaron grandes carteles y pancartas de la Federación Universitaria del Comahue, Juventud Socialista, Coordinadora de Desocupados, y el de los padres, familiares y amigos de las víctimas.
Ofelia Mosconi de Villar llegó con una caja y un gran moño, ironizando acerca del "regalo" que esperaban con la sentencia.
Mientras, los estudiantes portaban muñecos de nylon negro simbolizando a policías y la figura de la cabeza de un caballo de carrera, con una especie de "cocarda" de premio, y la foto del gobernador Pablo Verani. "Vengo al show", se decía entre otras cosas.
En la plaza estuvieron Luis Bordón, papá del estudiante asesinado en Mendoza; Carlos Segovia, de la Corriente de Militantes por los Derechos Humanos; Juan Villar y Ofelia Mosconi, y Ulises González y Susana Guareschi; representantes de las pastorales sociales de los obispados del Alto Valle y de Neuquén; Silvia Venero y Gerardo Martínez, del Movimiento Anti Peaje (MAP); Fernando Russo, de la Unter; Lilia Calderón, de los Desocupados, delegaciones de las facultades de Ciencias Agrarias y Ciencias de la Educación; las Mujeres en Lucha, con Andrea Lúpori; los Productores Autoconvocados, con Carlos Carrascós y vecinos.
Varias de las entidades convocantes no aportaron a la Justicia elementos relacionados con las graves acusaciones contenidas en las consignas de la marcha: "El juicio legalizó la impunidad y el encubrimiento y deja libres a los verdaderos asesinos". Tampoco asistieron al desarrollo de las sesiones del juicio, siempre caracterizadas por el pobre nivel de asistencia.
En total, se reunieron unas 300 personas. En un momento dado se desplegó en semicírculo una gran bandera argentina, de casi 20 metros de largo, portada por manifestantes, y por calle Yrigoyen y Miguel Muñoz se inició la marcha, pasadas las 14.
En la Comisaría Cuarta se reiteraron los gritos. En pleno proceso de limpieza por los restos de anteriores movilizaciones, el edificio fue nuevamente foco de protestas con pintadas con aerosoles.
Cuando los manifestantes caminaban con sus exigencias de justicia, el resto de la ciudad mantuvo su ritmo normal.
Algunos curiosos miraban, ventanas que se abrían y se cerraban y autos que pasaban buscando sus destinos. Sólo se sintió el apoyo cuando la marcha pasó por el Colegio Cinco, con alumnos en las ventanas saludando.

Una jornada distinta para unos, igual para otros

CIPOLLETTI (AC).- La jornada de ayer -en lo que hace al tema de la sentencia por el triple crimen- tuvo algunos ingredientes especiales.
•Al contrario de las anteriores marchas, ayer no hubo móviles de Tránsito municipal abriendo el paso, ni personal cortando las calles.
•Estudiantes denunciaron la detención de uno de los suyos, de apellido Muñóz, cerca del Sindicato de Luz y Fuerza. "Nos están esperando a todos", advirtió, impresionado, uno de los muchachos, aludiendo a la policía.
Según el propio Muñóz, fue "secuestrado", y también su mochila, la que contenía libros, dijo.
En la comisaría Cuarta se informó oficialmente que Muñóz llevaba en su mochila dos bombas molotov y un aerosol con el que se escribió las paredes de la unidad. Se instruye una causa por daños.
•"Esto no se hace. Es una verguenza. Cuando encontraron a las chicas había 4 milicos. Y acá vienen como 4.000", señaló un muy enojado Juan Villar, por el operativo policial montado ayer frente al sindicato.
•Salvo los 300 que se movilizaron, y el rango informativo que le dieron a la lectura de la sentencia los medios locales, regionales y nacionales, la vida cipoleña siguió normalmente. La explicación de un viejo vecino, conocido comerciante, es que "nadie lo quiere decir pero lo cierto es que la gente no quiere pensar en este tema. Le hace mal. Y por eso se lo saca de la cabeza, y no participa. A las marchas de los domingos iban 50. Por acá pasaron unos pocos más. Y hay miles de cipoleños, ¿no?.".
•En el Deliberante se cumplió ayer con más unción aún un rito que se hace todos los jueves: el minuto de silencio por las tres chicas, y por las víctimas de otros crímenes irresueltos. Adhirieron también los municipales, que peleaban por el mantenimiento de su estatuto.

Lo que opina la gente y la sensación de lo que falta investigar

Las que siguen son algunas de las opiniones recogidas ayer por este diario antes de la lectura de la sentencia por el triple crimen:
•Hugo Medina (Comisión Legislativa Investigadora del Triple Crimen). "Va a quedar el sabor amargo de lo que no se hizo bien durante la instrucción, en los primeros días de cometido el triple crimen. Se perdió tiempo, huellas, faltaron pericias e investigación. Tuvo que venir la instancia del juicio oral y público para que aparezcan otros testimonios, como el de la menor. Esperemos que se profundice todo para que este bárbaro hecho se esclarezca".
•Luis Bordón: "Yo vine aquí hace más de tres años y el reclamo sigue siendo hoy el mismo. El Estado es el responsable de buscar y hallar la verdad. No lo hizo. Y si no se encuentra la verdad, no hay justicia".
•Emilio (estudiante universitario). "Esto es una farsa. Puede ser que uno de los dos sea responsable (por Kielmasz y González Pino) pero los verdaderos culpables están afuera, bien seguros. Tiene que haber justicia. El triple crimen no puede cerrarse como se lo pretende hacer".
•Marisa López Ampur (ama de casa). "Tiene que haber pena de muerte. Y como en Texas, donde no hay conmutaciones. Y estos dos (por los acusados) merecen la muerte por lo que hicieron. Yo lo hablo con mis amigas. Todas pensamos lo mismo".
•Carlos Segovia (Corriente de los Derechos Humanos). "La comunidad de Cipolletti se va a sentir defraudada. Y esto lo anticipó la propia actitud de los jueces cuando dijeron que a través del fallo no se iba a ver colmada la expectativa de la sociedad. El fallo va a permitir el avance de la impunidad porque al no quedar esclarecido el crimen será un paso muy negativo. La Justicia de Río Negro tiene una deuda muy grande con la sociedad. No se puede esperar otra cosa de un juicio cuyas falencias han sido de tal magnitud que prácticamente lo invalidan".
•Fernando Russo (Unter). "Indudablemente va a haber que apostar a un "Triple Crimen II". No confiamos en que la sentencia pueda arrojar un poco de luz, sobre todo a la cadena de encubrimiento. Y lo que significa la corrupción de un estado policíaco. Estamos acompañando a los familiares para que esto no termine acá, siga y se acabe la impunidad en esta provincia".
•Juan Luis Burjo (viajante). "No soy de acá pero leí bastante sobre lo que se publicó. Uno, Kielmasz, está muy comprometido, me parece. Y el otro si no está, sabe mucho. Hay que insistir con estos dos para que vayan saliendo los demás, si es que hay otros". (AC).

   
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