Martes 3 de julio de 2001

 

Su mujer lo perdonó, pero fue condenado a seis años

 

José Ortega fue hallado culpable de balear en la cabeza a su pareja y lo detuvieron, aunque al poco tiempo se casaron

  VIEDMA (AV)- José Ortega, el sujeto que fue hallado culpable de balear con una carabina, fue condenado ayer a seis años de prisión. El caso tuvo características poco comunes, porque Ortega fue detenido apenas ocurrida la agresión, pero a los pocos meses se casó con la mujer a quien hirió a balazos.
Se le imputó "homicidio en grado de tentativa" por haber disparado dos veces contra su pareja Rosa Avila, ocasionándole lesiones graves que pusieron en peligro su vida pero que "no provocaron su deceso por razones ajenas a la voluntad del agresor".
En marzo de este año Avila contrajo matrimonio con Ortega, quien desde el día del hecho permanece detenido en la alcaidía de Viedma. En un breve trámite y en medio de una ruidosa protesta de los judiciales por el atraso en el pago de los salarios, Ortega se notificó de la sentencia.
Para los jueces quedó acreditado que el 20 de mayo de 2000, el imputado intentó darle muerte a Rosa Avila, efectuando dos disparos con la carabina calibre 22 largo que impactaron en la cabeza y la espalda de la mujer.
Destacaron que el relato de la víctima se compadeció con el resto de las pruebas reunidas. La mujer recordó en la audiencia que ese día, y mientras se dirigía a la casa de su hija, Ortega la acompañó a pesar que ella quería ir sola.
Pelearon durante el trayecto y señaló que ella lo agredió físicamente. Resaltó que era muy celoso, que se sentía presionada por él y que ella quería que le diera un descanso. Añadió que como no le alcanzaba la plata decidió mudarse de la pequeña vivienda que habitaba y que cuando estaba cargando sus pertenencias junto con una vecina y su nietito, apareció Ortega apuntándole con un arma y le disparó.
Ella sintió que caía y escuchó otro disparo que le impactó en la espalda. El otro la hirió en la cabeza dejándole una secuela muscular en su rostro. Los dichos de Rosa fueron corroborados por la vecina, única testigo presencial del momento de los disparos, quien añadió que la víctima le había comentado que varias veces Ortega la había amenazado de muerte.
El ruido de los disparos alertaron a la hija y el yerno de la víctima que se encontraban en la vereda cargando cosas en el camión.
Ellos mismos recordaron ante los jueces que al ingresar a la casa el hombre forcejeó con Ortega que finalmente fue reducido luego de colocarse el caño de la carabina en la boca queriéndose matar, actitud que aparecía como fingida porque "tuvo tiempo suficiente para hacerlo si esa hubiera sido su intención".
Los camaristas Susana Milicich de Videla, María del Carmen Vivas de Vásquez y Eduardo Giménez destacaron también en el fallo que el imputado aceptó haber estado en la casa y haber portado un rifle pero alegó un estado de nerviosismo y descontrol, a raíz de una discusión previa con Avila en la que le pidió que no lo dejara. Para los jueces la exculpación del acusado no tuvo asidero alguno y descartaron que el hombre actuó bajo los efectos de una emoción violenta tal como lo sostuvo la defensa.
   
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