Lunes 30 de julio de 2001 | ||
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Un Schumacher siempre está bien arriba |
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Ralf se quedó con la victoria en una prueba que fue muy exigente.Michael abandonó, pero se mantiene al frente en el Mundial. |
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Los hermanos Schumacher celebraron ayer por partida doble en el Gran Premio de Alemania, ya que Ralf logró una memorable victoria, mientras que Michael quedó en condiciones de consagrarse campeón mundial la próxima prueba del Mundial de Fórmula 1 que se disputará en Hungría. La contracara fue la profunda decepción del colombiano Juan Pablo Montoya, quien había conservado con autoridad la punta hasta el giro veintidós y había estirado a casi diez segundos su ventaja sobre el menor de los Schumacher, pero sufrió las consecuencias de una pésima para en boxes, que después se tradujo en la rotura del motor de su Williams-BMW. La fiesta, de la que participaron más de cien mil aficionados en Hockenheim, comenzó con un accidente que heló la sangre de los fanáticos, ya que la Ferrari de Michael Schumacher se paró a poco de largar y fue chocada violentamente por el brasileño Luciano Burti, sin consencuencias, aunque obligando a una segunda largada. Montoya conservó la punta con notable autoridad, sufrió un inesperado problema cuando realizó su primera y única detención en boxes, en la vigésimo sexta vuelta. El problema ocurrió en el dispositivo del combustible (los mecánicos de Williams debieron sustituirlo sobre la marcha), lo que estiró a casi medio minuto su detención y se tradujo en un recalentamiento del motor, que explotó tres giros más tarde, cuando había retornado a la pista en tercer lugar. El box de Williams, que no es nuevo en este tipo de torpezas, echó mano al dispositivo equivocado para reabastecer el auto de Montoya, usando el de Ralf Schumacher y privando al colombiano de y merecido triunfo. En ese pasaje crucial, que permitió a Ralf Schumacher heredar la punta y ganar su tercera prueba este año, su hermano Michael pasó en pocos instantes de la desazón a la euforia. Después de su ingreso en boxes en la vigésimo tercera vuelta, el motor de su Ferrari se paró y lo obligó a abandonar, pero tuvo su consuelo cinco giros más tarde, cuando por idéntico motivo el escocés David Coulthard también quedó a un costado del circuito. A cuatro pruebas del final, este doble y simultáneo retiro puede ser decisivo para la definición del certamen, ya que la diferencia a favor del alemán se mantiene en treinta y siete puntos. A Schumacher le bastaría un tercer puesto en Hungría el próximo 19 de agosto, en caso de que Coulthard abandonase, para obtener matemáticamente su cuarto título mundial. Además de Montoya, el otro gran protagonista en Hockenheim fue el brasileño Rubens Barrichello. Logró un brillante segundo puesto y protagonizó dos espectaculares sobrepasos, a Coulthard y al finlandés Mika Hakkinen, a quien superó con una maniobra riesgosa y prepotente por la parte externa en la Ostkurve. Barrichello fue el único piloto que recurrió a la estrategia de dos ingresos a boxes, largando con poco combustible, elección correcta, ya que lució su mejor nivel conductivo y subió a su tercer podio consecutivo en un circuito que le dio el año anterior el único triunfo de su carrera. Otro que anduvo bien fue el canadiense Jacques Villeneuve, quien terminó tercero y sumando puntos. Gran decepción Traicionado primero por la manguera en la recarga de combustible y luego por el motor, el colombiano Juan Pablo Montoya no encontró palabras para describir su decepción en el Gran Premio de Alemania. Mucha bronca El escocés David Coulthard lanzó sospechas acerca de la decisión de ordenar ayer una segunda largada en el Gran Premio de Alemania, que favoreció claramente al piloto local Michael Schumacher. "Es maravilloso" "Es maravilloso ganar en casa", afirmó Ralf Schumacher, a quien la vida pareció cambiarle en apenas un día, ya que pasó del gesto agrio de unas horas atrás en clasificación a la "jornada perfecta" de ayer en Hockenheim. Un golpe tremendo que paralizó a los aficionados La sangre se le heló en las venas a los más de cien mil espectadores que se apiñaban en las tribunas del Motodrom de Hockenheim cuando la largada del Gran Premio de Alemania registró un escalofriante vuelo del Prost del brasileño Luciano Burti, quien sólo por un milagro no produjo una verdadera catástrofe. foto: Una "piña" tremenda y con mucha suerte en el inicio de la prueba en Hockenheim, ya que ni el alemán Michael Schumacher, ni el brasileño Luciano Burti sufrieron lesiones. Hasta tuvieron tiempo para subirse a los "mulettos" y volver a correr. |
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