Del Progreso ya posee un estadio que es un lujo

De singular diseño y amplia capacidad. Costó $ 550.000 El primer regalo lo realizó la comuna: el tablero electrónico.

Se trata de un renacer.
No podría interpretarse de otro modo el momento por el que hoy atraviesa el club Del Progreso.
Pasó un año y medio de la pesadilla. Del voraz y devastador incendio que en la noche del cuatro de enero del 2000, destruyó por completo el estadio. Se salvó muy poco; sólo el trinquete de pelota a paleta. Fue desolación, lamento.
Toda una historia rica en hechos, plena de recuerdos y anécdotas, quedaba reducida a escombros y cenizas. Soledad, angustia y desconsuelo. Una imagen patética la de aquella vez.
Ahora, el cuadro fue muy distinto. La contracara. Ayer, los rostros estaban sonrientes y emocionados. Del Progreso, una de las entidades más viejas de Roca, volvía a recobrar vida, animada por el vigor y empuje mucha gente.
¡El nuevo estadio ya es una realidad! En el mismo sitio donde hace casi diecinueve meses todo era ruinas. La imponencia exterior se traslada adentro, donde sólo faltan algunos detalles para que la comodidad sea absoluta. Detalles que los responsables de la conducción de la entidad esperan concretar pronto.
¡"Este es el momento más importante en la historia del club"!, exclamó exultante el actual presidente "progresista", Fabio Torrigiani. No es de otra manera. El público que estuvo ayer lo entendió así y el fuerte aplauso que cerraría la particular mañana, testimonió el beneplácito colectivo por este verdadero renacimiento de una entidad que ha marcado jalones trascendentes en la historia deportiva local.
Al acto asistió el gobernador Pablo Verani, el intendente Ricardo Sarandría y otros funcionarios, se inició con el corte de cintas, la entonación del Himno patrio y la bendición de las instalaciones por parte del obispo Pedro Pozzi. Consistió esencialmente en la entrega de la obra por parte de la empresa constructora del ingeniero Eduardo Pili. La firma aseguradora "Progreso+Astro" -el club tenía contratada ahí la póliza- se encargó de financiar el proyecto que insumió unos 550.000 pesos.
En su discurso, Torrigiani calificó a este emprendimiento como "inigualable", que "nos permite olvidar para siempre aquel nefasto episodio del 4 de enero del año pasado". El directivo no titubeó en considerar que "tenemos un desafío muy fuerte y será entonces el compromiso de los dirigentes para que este estadio brinde los beneficios que la comunidad espera. Del Progreso es la casa de todos".
Y cerro anunciando la creación de lo que se denomina "escuela de formación deportiva" que funcionarán en forma gratuita para los chicos de la ciudad.
Antes, el presidente de la aseguradora, Miguel Marcenac, había ponderado la calidad de la obra y "haber cumplido cabalmente con los términos del contrato, borrando todas las dudas y ver superadas las angustias, por lo que pasó".
Finalmente habló el intendente Sarandría, quien confesó haber seguido pacientemente el desarrollo de la obra "desde el momento en que la comisión anterior, en el salón de conferencias del "Diario Río Negro", anunció y presentó el proyecto".
El jefe comunal manifestó que cristalizar algo de esta envergadura "parece una fantasía en tiempos de semejante crisis" y sorprendió a todos con el regalo que la Municipalidad había dispuesto para el club: el tablero electrónico. El inesperado presente emocionó a los directivos locales y generó otra tanda de fuertes aplausos.
Ya en rueda con los periodistas y cuando se retiraba del estadio, Verani exhibió su alegría por el acontecimiento, que lo graficó en palabras que estuvieron fundadas en los recuerdos de tiempos jóvenes. "Cómo no estar feliz en un momento así, con una obra de semejante nivel que es un orgullo para Roca. Del Progreso es muy caro a nuestros sentimientos. Yo, desde joven, era uno de los que venía a disfrutar de la pileta de natación como también de aquellos inolvidables bailes de los fines de semana".
La ansiada obra ya está lista y su imagen emerge nuevamente con fuerza en el concierto deportivo local.

Un escenario para aprovecharlo bien

Sin dudas, el nuevo estadio de Del Progreso es uno de los emprendimientos más relevantes realizados por instituciones del ámbito privado en los últimos treinta años, en Roca.
La obra se instala junto a las que en su momento constituyeron la ampliación del estadio de fútbol "Luis Maiolino" (1978), la construcción del complejo natatorio del club Deportivo Roca (1980) y mejoras en el autódromo local.
El costo del escenario concluido ahora fue de 550.000 pesos, según lo confirmó el ingeniero Eduardo Pili, cuya empresa se encargó de toda la construcción.
Entre sus características, el estadio ubicado en San Martín y Maipú ofrece una fachada de singulares características, con una imponente torre en la esquina. Posee cuatro accesos y dos tribunas laterales cuya capacidad es de no menos de dos mil personas sentadas.
La nave principal tiene 55x36 metros, en tanto que la superficie de juego (33x19 metros) ya cuenta con el piso flotante, restando sólo la colocación de las jirafas con sus correspondientes tableros de cristal y los cestos. El dispositivo electrónico fue donado ayer por la municipalidad.
Posee cuatro equipos sanitarios distribuidos estratégicamente y amplios vestuarios.
La iluminación es, quizá, lo que más se destaca. Sus 32 lámparas de 400W cada una permiten superar y con holgura los requerimientos que, por ejemplo, suele solicitarse para eventos televisados. Un lujo de detalle.
La siguiente tarea de "decoración" mejorará su fisonomía interior y en cuanto a otras comodidades, resta instalar el sistema de calefacción y un sector destinado al periodismo. En ambos casos, hay planes para concretarlas pronto.
Allende al escenario principal se construyó otro de menores dimensiones (15x25 metros) que estará reservado para actividades de gimnasia.
En suma, desde ahora posee Roca un lugar adecuado para desarrollar espectáculos no sólo deportivos sino también culturales, que se suma a otros escenarios que venían sirviendo en su medida para tales fines.
Como lo decía el directivo Torrigiani (ver aparte), el desafío que se les presenta no es poca cosa.
Las instalaciones deberían ser aprovechadas al máximo. Al fin de cuentas, no será otra cosa que justificar su existencia.

Alfredo Celani