Viernes 6 de julio de 2001 | ||
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El equipo de Pekerman mostró su mística y puede hacer historia |
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Hay varias razones para soñar con un nuevo título.Tiene un promedio de cuatro goles por partido. |
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BUENOS AIRES (DyN) - Quedó demostrado ante Paraguay que el Sub-20 argentino es un equipo con mística de campeón. Las razones son muchas, y conviene repasarlas una por una. • Cuenta con el mejor jugador del torneo. Javier Saviola, con sus diez goles y esa capacidad tan particular que tiene para escabullirse entre defensores casi siempre más altos y corpulentos que él, se convirtió en mucho más que el goleador del Mundial. Es, indudablemente, el plus que distingue a la Argentina del resto, el jugador "diferente" del torneo. • De mitad de cancha hacia adelante, es un equipo arrollador. Lleva veinticuatro goles en seis partidos. El promedio marca cuatro por encuentro, una cifra impensada antes de que la rueda comenzara a girar, cuando la indiferencia de la gente era uno de los rasgos distintivos del Mundial. • La convivencia de jugadores con "buen pie". La demorada titularidad de Andrés D"Alessandro en lugar de Esteban Herrera terminó de modelar el juego del equipo. La progresión ofensiva es casi siempre por abajo, tocando y tocando hasta encontrar el hueco por donde desnivelar. Y la presencia del "pibe" de Ríver Plate desde el arranque, además de adosarle brillo al juego colectivo, alimentó un concepto esencial, como es la búsqueda del desequilibrio por las bandas. Por eso, cuesta creer cómo José Pekerman recién lo convocó a escasos días del inicio del campeonato, una vez confirmada la lesión del jugador de Independiente, Livio Prieto. • El crecimiento evidenciado por el equipo partido a partido. Antes del 5 a 0 a los paraguayos, Argentina le había ganado sin discusión a todos sus rivales (2 a 0 a Finlandia, 7 a 1 a Egipto, 5 a 1 a Jamaica, 2 a 1 a China y 3 a 1 a Francia). Pero no había alcanzado esa dimensión de equipo maduro y equilibrado mostrada en la semifinal del miércoles. Frente a Paraguay, y a contrapelo del escaso tiempo de preparación con que contó el técnico, Argentina pareció un equipo con muchísimas horas de vuelo sobre sus espaldas. • La mano del entrenador. Pase lo que pase el domingo ante los ghaneses, este equipo ya demostró tener muchas cosas en común con aquellos que, también bajo la conducción de Pekerman, dieron la vuelta olímpica en Qatar 1995 y Malasia 1997, como es el aplomo para no desesperarse nunca, el respeto por la pelota, el aprovechamiento casi integral de las ocasiones ofensivas. Y hasta ciertas dificultades para encontrar el arquero titular, como quedó demostrado con el cambio de Wilfredo Caballero por Germán Lux. Las circunstancias del fútbol (la localía, el fervor del público adolescente que la acompaña permanentemente) están hechas a la medida del conjunto nacional. Más allá de que los ghaneses inspiran respeto, solamente un milagro futbolero parece ser capaz de arruinarle la fiesta al juvenil argentino. La cuestión, en todo caso, pasará por no traicionar la propuesta mostrada hasta ahora. El técnico destacó el nivel del campeonato José Pekerman aseguró que el Mundial Juvenil 2001 "tuvo un gran nivel" de juego, y destacó la capacidad "formadora" del fútbol sudamericano. |
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