Viernes 20 de julio de 2001

 

Un cóctel de música instrumental

 

Los creadores del grupo marplatense "Milano-Farlenga" de música instrumental urbana, apuntan a expandir sus horizontes y tienen proyectado realizar un recital en Neuquén. sdfgsdfgsdfgsdfg

  NEUQUEN (AN).- "Hacemos una linda ensalada que por lo menos se puede escuchar universalmente", se autodefine José Milano, que no es un cocinero sino uno de los fundadores del grupo marplatense de música instrumental "Milano-Farenga".
De paso por esta ciudad para poder mostrar su última placa y trabar contactos que le permitan anclar con algunas actuaciones en Neuquén, el músico que junto con Marcelo Farenga concibió el conjunto, asume que la estética que promueven es variada y tiene influencias de varios géneros.
Con seis discos en su haber, esta banda ya es una suerte de marca registrada en Mar del Plata y pretende expandirse hacia el resto del país con su música donde conviven el folclore, jazz y otras tendencias tan diversas como el rock de los `70, por sólo nombrar algunos estilos.
La formación integrada por Fernando Romairone en batería y percusión, Juan Sardi en sintetizadores, charango y voces, Marcelo Farenga, aerófonos y guitarra y el propio Milano en piano, percusión y acordeón apuesta en esta instancia a poder traspasar las fronteras de la ciudad de los alfajores.
Mientras aprovecha su estadía en Neuquén para conocer a los productores locales, Milano se toma un tiempo para conversar con este diario y contar que "siempre componemos nuestras canciones y en nuestro último disco es la primera vez que grabamos un tema que no es nuestro (un tango) y la placa en sí es una recopilación, no de versiones originales, sino de los temas que el público fue eligiendo durante todo este tiempo".
Como si se tratara del mejor vendedor, asegura que "tiene una estética muy piola el trabajo que estamos haciendo, mucho dinámica de instrumentos" que a juicio de Milano la convierten en una propuesta muy rica en matices.
Mirando hacia atrás y con ganas de que se conozca lo suyo, recuerda que "nosotros venimos de un grupo sudamericano que se llama Waira Mapu que se disolvió en 1990 y de ahí en más quedamos los dos solitarios y empezamos a componer, o sea que en el `91 ya estábamos trabajando".
La idea inicial de los músicos marplatenses -aclara su fundador- "al principio fue hacer algo de laboratorio, pero cuando quisimos acordar teníamos una muy buena cantidad de composiciones, trabajos hechos y se nos ocurrió de alguna forma totalmente independiente sacar un disco".
Ese sería el comienzo de una fructífera carrera, que hoy los encuentra con varias actuaciones y discos en su haber y buscando ampliar los horizontes geográficos.
En la certeza de querer sostener el nuevo estilo que a su juicio la banda creó, y enemigo de los rótulos, Milano lamenta que "muchas veces en las disquerías no saben dónde ponernos y entonces nos ubican como músicos new age, pero nosotros no somos músicos new age". Para remediar la confusión, "lo que hicimos fue colocarle un nombre al género y le pusimos `música instrumental urbana`, porque están mezclados el folclore universal y está creado desde la ciudad".
Sin la más mínima intención de condicionar su propuesta a las exigencias de algún sello, se muestra convencido de que "nosotros como grupo creemos que por lo que hacemos y por el público al que está dirigido, a muy pocas multinacionales les puede llegar a interesar nuestro proyecto".
Con poca preocupación por este tema, admite que una compañía discográfica "seguramente lo primero que haría sería pedirnos cambiar el repertorio, lo que a nosotros no nos interesa, porque lo más lindo que tiene esta aventura de hacer música es poder hacer lo que a uno le gusta".
Embarcados en la odisea de difundir su estilo por sus propios medios y sin campañas grandilocuentes, los músicos se plantearon como objetivo un trabajo de difusión "estilo hormiga".
"Para eso vamos a ir dejando material en varios lugares del interior, tratando de equiparar una ciudad con otra, porque de por sí no estamos tan cerca como para hacer una sola presentación, y la idea es ir conectándonos con distintas personas y poder hacer giras, trabajando tanto con el sur como con el norte".
Dispuestos a presentarse en los escenarios más disímiles, asumen que "la idea es salir un poco salir de Mar del Plata, donde ya tenemos un público cautivo y que puedan escuchar nuestra música en otros lugares".
Sin un perfil determinado de los seguidores que tiene la banda, para Milano "el público nuestro arranca a los ocho o nueve años y termina a los setenta, porque la gente que le gusta esta música está muy mezclada y cada uno encuentra en la variación de música que hacemos su identificación".
   
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