Martes 10 de julio de 2001 | ||
Texturas de "obras para usar" |
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Stella Maris Provecho armó su "Libro de artista" con recuerdos familiares y lo expone junto a otros argentinos, hasta el 20 de julio, en la Fundación Rozenblum de Buenos Aires. |
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NEUQUEN (AN).- Es un homenaje a su madre Etelvina. Tiene que ver con las cosas simples y cotidianas, con el aroma a la sopa de la infancia, los delantales de la abuela y los vestidos que viste la gente "de entrecasa" o los tules y volados de la larga cola de una novia. Stella Maris Provecho es una artista plástica neuquina, con ancestros en Cataluña y León. Cuando la invitaron desde la Fundación Rozenblum a exponer en la sala de Lima 1017 de Buenos Aires, hasta el 20 de julio, no lo dudó. Allí han concurrido artistas que se expresan a través del singular lenguaje objetual que propone el denominado "Libro de artista". ¿Qué es este libro? Un "recipiente" cuyo contenido "espera ser develado, proponiendo un juego visual y convirtiendo al espectador en protagonista de esa historia". Es decir, plantea una intervención. Algunos, por ejemplo, lo presentan con formato de libros cuyas páginas son obras de arte, otros en cajas, muchos en vitrinas, pero lo cierto es que está concebido como "arte para usar, arte que se toca, que puede leerse con las manos, con el cuerpo, un arte que desacraliza al arte, que enaltece la vida" La artista neuquina quiso a través de esa especie de libro, que tiene la forma de un placard en miniatura, incluir una serie de vestidos con y sin delantales, pero con una carga de memoria cultural y costumbrista que se lee a simple vista y al tacto. En técnica mixta, casi emparentado lejanamente con el collage, se van insertando antiquísimas recetas de cocina, legadas de generación en generación de madres a hijas. Es evidente en Stella Maris la enorme fuerza emotiva, porque a la vez que trae al presente una idiosincrasia muy de la mujer, con sus domésticos cuadernos donde la novia a punto de casarse iba delineando los secretos culinarios desde lo más hondo de cada familia, deja al descubierto modalidades que ya se han ido perdiendo. El cocinar ha pasado a veces a manos del hombre o la rotisería. Pero de cualquier modo, como señala Stella "el ofrecer un alimento es un acto amoroso, es el dar y en esto la mujer, desde que tiene la posibilidad de engendrar, es dadora de vida". En este punto, se resume el homenaje, que la tiene a Etelvina, la progenitora de Stella como la musa inspiradora y real, que se asombró por este legado y por el cálido "Libro de artista" que su hija llevó a Buenos Aires. En la Fundación Rozenblum, también exponen, integrantes del grupo "Instantes gráficos" y piezas pertenecientes al Museo privado del Libro de Artista de Alfredo Portillos. Se incluyen obras de Joseph Beuys, Edgard Ruscha, Joseph Kosuth, mientras que el Museo del Papel "La Villa" está mostrando la gestación del papel y del libro. Se ha dicho que los plásticos han cultivado este género desde hace 2000 años, incluyendo a Leonardo Da Vinci y Alberto Durero, pero quizás el que más se recuerda es el de Marcel Duchamp (1943) "La caja verde"-con 180 documentos, fotos, estampillas, pergaminos, partitura- realizada en el proceso de creación de su gran obra "El cristal verde" expuesta en Filadelfia. Esta modalidad posee la libertad en el empleo de materiales y elementos simbólicos, en la elección del tamaño, formas y vías expresivas. No hay tampoco limitaciones de género: el libro de artista asume características sociales, políticas y estéticas. Los creadores de libros acuden tanto a las antiguas manualidades como a las más modernas tecnologías. Cada quien elabora en su lengua particular, hecha de imágenes pintadas, ilustraciones, piezas de metal, madera, hojas de papel impresas y aún ediciones tradicionales rescatadas del olvido. Si tomando el material de Stella Maris, desde las artesanías de sus vestiditos, emergen aromas de guisados, salsas y arroz con leche, "polenta con pajaritos" como decían los "tanos", paella, chucrut con salchichas, pan árabe y tortas fritas. Y esto, efectivamente es el alma de los "libros de artista" Tanto su producción como lectura es algo de "la órbita de lo privado, lo calmo y lo reflexivo: un singular refugio para la pasión más íntima", según se lo ha definido. Obras que dan idea del largo viaje interior hacia mundos únicos e irrepetibles. |
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