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Los héroes ya no son lo que solían ser. Todo cambia y los que prometieron no declinar jamás terminaron en los brazos del destino. El tiempo pasa aunque seas un superhéroe.
Los imperecederos han terminado por cansar a su público. Los estudios, las grandes compañías como DC comic, andan detrás de nuevas figuras que puedan ser admitidas por las masas de consumidores. Esos simples mortales. Es que la mayoría de los superhéroes que hoy conocemos, las leyendas urbanas, cuentan más de 50 años de ruta.
El caso de Superman es paradigmático. Primero tuvo la soberbia de soportar cualquier embiste, salvo el de la kriptonita. Ni las balas ni las bombas termonucleares podían afectarlo. Bueno, el amor de Luisa, un poco.
En los "90 esto terminó por agotar la paciencia de los fanáticos. Sin la posibilidad de perecer no hay tensión, y eso es lo que abunda en el cine de hoy.
Hace cinco años podíamos estar bien seguros de cómo iban a terminar las cosas, pero hoy los argumentos tienden a complicarse.
"El sexto sentido", protagonizada por Bruce Willis, es un ejemplo de las sorpresas que son capaces de esconder algunos nuevos finales. Sólo en el último segundo descubrimos la verdadera posición del protagonista. Su papel en "El protegido" es, de alguna manera, similar.
Efectivamente estamos ante la presencia de un superhéroe, pero que no cree en su fuerza. Un hombre lo ha identificado, un ser misterioso y frágil, que por años buscó entre la gente sin resultado. Una vez más el fantasma y su sombra se darán la mano para dejarnos helados. Pensando.
Por lo general, los héroes del nuevo milenio son de este planeta, de carne y hueso y dignos de terminar desparramados por el suelo. Atención, no siempre son heterosexuales. Recordemos la flamante gama de personajes gay que pueblan algunas colecciones.
"Dark Angel", una chica muy mona, algo "flacucha", hace un par de semanas debió soportar los golpes de unos muchachos muy rudos que querían terminar la serie antes de tiempo. El propio vampiro "Angel", también de la Fox, recibió días atrás una profunda estocada traicionera. La cosas empiezan a complicarse.
No por nada la industria comenzó con esto de llevar protagonistas de videojuegos al cine. Primero fue Super Mario Bross, un mal intento. Tal vez el fontanero simpático y divertido del juego no era para ese medio ambiente.
Luego llegó el turno de Mortal Kombat, con la actuación de Christopher Lambert, que se demostró capaz de cualquier aventura. Sus secuelas, ya sin el actor francés, son un pésimo chiste.
Lara Croft representa el modelo exitoso de esta tendencia. Aunque algunos críticos norteamericanos sólo rescataron los senos bamboleantes de la actriz. El propio director, Simon West, aseguró en una entrevista: "Durante este rodaje he hablado más de pechos que en toda mi vida".
Pronto llegarán noticias de esas curvas y de otros héroes salidos de lugares aún por descubrir. La fiesta está que arde.
Las ciberestrellas ya son parte nuestra. Veámoslas: Kyoko Date, exitosa anciana de radiantes 17 años, grabó un disco y fue un boom en su momento; Aki Ross, protagonista del videojuego "Final Fantasy" que, según explicaron sus creadores, continuará interpretándose a sí misma en el cine o donde sea; Webbie Tookay, una atractiva modelo; Eve Solal, otra modelo nacida en Francia, T-Babe, modelo escocesa y DJ exuberante; y Ananova, presentadora de un informativo en Internet. Todas inmateriales.
No se desesperen, ya llegarán los casamientos virtuales entre pibas hechas de pixels y machos bien machos, pura fibra.
Lara no es la primera de una época dominada por galanes de acero. Hace ocho años, de entre las sombras, apareció Dana Scully. Una médica forense descreída a quien se le encargó la difícil tarea de controlar a un tal Fox Mulder. Dana constituye el verdadero génesis moderno de este fenómeno.
Su mirada triste, su inteligencia y sensualidad velada al ojo de los simples mortales que todavía se mueren por saber qué hay bajo esos pantalones de vestir de 300 dólares, marcaron un antes y un después en la televisión mundial de los 10 años últimos.
He aquí una heroína. Armada de sagacidad y paciencia, ha sobrevivido a la salida de Mulder que, dependiendo de cómo le vaya en Hollywood, siempre podrá volver. ¿Podrá?
Su estilo difiere de la brutalidad conocida en los osados varones que durante años dominaron la pantalla grande. Linda Hamilton podría ser considerada un eslabón entre el pasado y el presente.
¿Recuerdan a esa dulce chica que escapaba de un feroz "Terminator" y era protegida por un humano llegado del futuro? En fin, ese humano era un hombre.
El juicio final
En la segunda parte, "El juicio final", los productores entendieron que el papel de Hamilton habría crecido de tal manera que sólo era posible asociarla con el grandote de acero. Ya no volvería a ser la protegida de nadie. Malos tiemblen.
Cierto, en su momento tuvimos que soportar a Sandra Bullock como una tremenda segundona de Keanu Reeves. Aunque su papel la ayudó en su propia carrera y en la segunda parte de "Máxima velocidad", muy mala habría que agregar, la protagonista sería ella. Hace unos meses volvió a liderar un filme como un agente del FBI infiltrado en un concurso de belleza.
En "Matrix", Keanu Reeves es nuevamente el centro de las miradas. A su lado tiene a Trinity, una mujer bella y decidida que cree en él como profeta de un nuevo mundo. Hay un hecho simbólico, nada casual, que define la trama: es ella quien revive de un beso a Neo. Es la chica de ojos azules, enfundada en un pulóver de lana gastada, quien lo regresa de la muerte. Aún no se sabe qué le deparará el destino a Trinity en la segunda parte.
Tal vez las chicas de hoy le deban mucho a la princesa Leia. Algo cambió el día en que la bella Carrie Fisher disparó su arma láser por primera vez, allá en los "70, en "La Guerra de las Galaxias".
Los noventa fueron la década de las oscuras asesinas preparadas por el FBI o la CIA. Es el caso de "La femme Nikita", de Luc Besson, que luego Hollywood transformaría en "La Asesina", con Bridget Fonda, y de la dulce ama de casa que interpreta Geena Davis en "Sombras del pasado".
El eje del filme del director francés es la transformación de la personalidad de una chica marginal que atraviesa el infierno de la violencia e intenta rehacer su vida entre misiones suicidas. Fonda, en la versión norteamericana, le da un toque de distinción que vuelve a "la profesional" en un ser delicado pero venenoso.
Davis tiene un antecedente, "Thelma y Louis", de Ridley Scott. Sin embargo, en este filme de acción su final no es el abismo sino la gloria familiar. Davis es una mujer que ha perdido la memoria. En el camino olvidó que su destino era matar gente y no cuidar de los chicos ni del marido que tiene ahora. Entretenida como pocas.
Ridley Scott fue el director además de "Alien, el octavo pasajero", un filme que también es portador de mensajes subyacentes. Esos que anticipaban un futuro promisorio para las heroínas.
En el principio de la saga, Sigourney Weaver sobrevive a las fauces del depredador extraterrestre. Una sorpresa mayúscula para quienes vieron el filme a fines de los "70 y esperaban que el galanzote de turno quemara a la maldita alimaña.
En el último capítulo de la serie, Weaver y el monstruo convergen en un mismo cuerpo, pero la que sobrevive es la ruda reencarnación que se da el lujo de lucir sexy a pesar de las babas. Véase el pasaje en que Winona Ryder la observa revolcarse sobre las tripas de la bestia.
Rápida y mortal
Sharon Stone aparece como la figura movilizadora de una historia apasionante en "Bajos instintos". Todavía hay algunos varones que son torturados por aquel mítico cruce de piernas.
Stone se robó la película -¿hay otra forma de decirlo?- para convertirse en una estrella mejor cotizada que su pareja de entonces Michael Douglas. Años después protagonizó "Rápida y mortal", un filme entretenido que pasó sin hacer bulla por las salas de cine, en el que comparte cartel nada menos que con Russell Crowe y Leonardo DiCaprio.
Stone hace de una pistolera que busca asesinar al responsable -Gene Hackman- de que su vida haya tomado un rumbo siniestro.
A fines de los "90 Besson volvió a sorprender a la industria con "El quinto elemento", película supuestamente de corte tradicional pero con un trasfondo perturbador. El director de "El perfecto asesino" contrató a Bruce Willis para un protagónico que depende mucho de la imagen de una chica que habla en la lengua de los dioses, "Leeloo" o Milla Jovovich. Finalmente es Milla quien define, hace y corta el pastel.
Milla, modelo y actriz, se ha acostumbrado a cargar con las historias de los filmes en los que participa. Besson la convocó nuevamente para hacer de Juana de Arco. Su interpretación es magistral. Histérica, desgarradora y con los ojos fuera de sus órbitas se posesiona de una de las heroínas más famosas de la historia. Su encuentro con el demonio -Dustin Hoffman- en la última escena de la película debería figurar entre los grandes logros del cine de todos los tiempos.
Besson también le dio vida a Mathilda, la niñita que se enamora de León, "El perfecto asesino". Una relación de padre e hija polémica que no pocos vieron con malos ojos.
Después de los dulces gemidos de Michelle Pfeiffer, los chillidos de la muñeca feroz de Daryl Hannah en "Bladde Runner" y los latigazos de Pamela Sue Anderson como "Bar Wire", debimos enfrentarnos, hace unos meses, con la risa estúpida de Cameron Díaz, una de las integrantes de ese odioso trío de criaturas preciosas que, lamentablemente, dependen de un tal Charlie. Y la historia sigue.
El último ángel negro
"Dark Angel" representa lo último en materia de superpoderes femeninos. La chica es un experimento genético, letal pero al menos dulce. Esos labios... esos labios. La serie de Fox, producida por James Cameron, recurre a la tecnología y a argumentos más o menos creativos para sustentar el mayor estreno de la temporada de este canal.
En otro plano generacional, tampoco son extrañas las series animadas que protagonizan nenas bastante osadas. Una de ellas es Lisa Simpson, pieza reflexiva de un clan que ya hizo historia.
Mucho más recientes son "Las chicas superpoderosas", infantes dedicadas a salvar el mundo a pesar de su tamaño. El último estreno de la presente temporada es "Generación O". Este cartoon cuenta la historia de una banda de rock, liderada por una adolescente caprichosa pero de buen corazón, Molly O.
Mucho antes de que todo esto ocurriera, otras mujeres cimentaron el camino. María, el robot metalizado y siniestro de "Metrópolis" de Fritz Lang (1926); Emma Peel (Diana Rigg), la hermosa colaboradora de John Steed que intervino entre 1965 y 1967 en "Los Vengadores", y Barbarella, una supersexy Jane Fonda que pistola en mano combate a un científico criminal.
Fue en 1966. Fonda llevaba medias negras caladas, botas brillantes arriba de los tobillos y un top que decía sí, vean, éste es el principio del placer.
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