Jueves 28 de junio de 2001

 

Desesperada lucha para "despertar" a Leonardo

 

Es un muchacho de 17 años que permanece en estado vegetativo. Hace un año sufrió un accidente de automóvil en el que murió su tía. Querían tratarlo en Cuba, pero una campaña no logró juntar fondos.

  NEUQUEN (AN).- Leonardo Cristaldo está desparramado sobre un sillón instalado en la cocina. Sus manos y su cabeza se mueven torpes, y con cada movimiento resbala hacia adelante. Hay curiosidad en su mirada que, cada tanto, se clava en Gisella, su hermana y su principal apoyo desde que un accidente increíble lo postró con un diagnóstico trágico, al que nadie se resigna en el departamento de la calle México. El chico, de 17 años, no habla pero mira todo, y riega con gestos tiernos la pequeña habitación donde Gisella, de 18, y Beatriz lo miman como si fuera un bebé.
El 27 de junio del año pasado, Leo viajaba en la parte de atrás de un auto que cayó a un desagüe. El vehículo era manejado por una tía del muchacho que murió en el accidente. Habían salido a buscar a los ladrones del ciclomotor de un amigo de Leo. Cuando ubicaron a los delincuentes los siguieron por un terreno desconocido. Y pasaron de largo ante una brusca maniobra de los ladrones, que se movían en la moto robada.
Desde hace un año, Leonardo Cristaldo permanece en estado semi vegetativo por un golpe en la cabeza que le produjo un daño neuronal. Su familia ya perdió esperanzas de que tenga un tratamiento en Cuba, como le aconsejaron al principio. La campañas que se inició en ese momento no dio resultados y fue muy poco lo que se recaudó a través de una cuenta que se abrió en el banco Nación. No obstante, el chico ha conseguido notables avances en su condición y su madre y su hermana sueñan con el despertar definitivo, en medio de muchas trabas y de reiterados cachetazos.
"Hace un mes murió mi papá; con todo lo que eso significa para todos, para Leo significó también quedarse sin obra social. El necesita hacer fisioterapia, necesita la asistencia de un fonoaudiólogo y necesita medicamentos. No tenemos los medios para darle todo lo que necesita y necesitamos ayuda, a través de una pensión o de lo que sea", explicó Gisella, quien de un día para otro pasó a vivir casi exclusivamente para su hermano.
Leo trabajaba y estudiaba. Soñaba con ser bioquímico y quería que este agosto de 2.001 -cuando cumplirá los 18 años- lo encontrara con su propio auto en la puerta.
"Yo estoy segura de que se va a recuperar, él está mejor y sé que va a estar mucho mejor", afirma con convicción la hermana del muchacho. Para ser trasladado, Leo necesita de una camilla y de una ambulancia. Por eso, los tratamientos deben realizarse en la casa.
Hasta ahora, la única ayuda que consiguió Gisella para su hermano es un aporte de 180 pesos que le concedió la provincia. El dinero es para pagarle a los médicos y su envío siempre se topa con algún obstáculo. Y no alcanza.
"Los médicos se portan bárbaro y nos esperan, hay gente que nos ayuda pero creo que a esta altura tendría que tener una pensión y una obra social, no se puede seguir perdiendo tiempo", agregó la chica.
Rosa y Raúl, los padrinos de Leo, son los que más ayudan al muchacho: "Le traen comida, le compran un remedio, los pañales y así todos los días", comentó la hermana de Leo. La farmacia del barrio -San Judas- les consigue los medicamentos y no se los cobra, y si no fuera así no los tendrían.
Gisella, que este año termina el secundario, se cambió a un colegio nocturno para poder trabajar y así aportar en su casa. La muchacha regó de currículos la ciudad y espera que se abra alguna oportunidad.
"Leo necesita que alguien esté permanentemente con él, por ejemplo está en el sillón y hay que acomodarlo porque resbala, hay que cambiarle los pañales y hay que darle de comer, porque se come todo. Si consigo trabajo mi mamá se puede quedar con él".
De un tiempo a esta parte, entre otras cosas, Leo sonríe, toma mate y gesticula frente al televisor.
"No vamos a bajar los brazos", afirmó Gisella a puro sentimiento. En el departamento de la calle México, desde hace un año, durante el teléfono 4481020 está abierto a la espera de alguna mano.

Foto: Leonardo Cristaldo y su hermana Gisella, su principal apoyo desde que sufrió el trágico accidente.

   
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