Martes 26 de junio de 2001

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"Va con onda" busca probar que otra realidad es posible

 

Un grupo de jóvenes de Gómez, con el apoyo de docentes de la escuela 286, canalizan su energía en la concreción de proyectos saludables. Sueñan con tener su programa de radio, mientras pintan murales.

  ROCA (AR).- "Por ahí estamos jugando a la pelota y la policía nos pega por cualquier cosa". Nicolás tiene 14 años y termina de tomar la leche en la escuela 286 de J. J. Gómez. Soltó la frase al aire mientras se insultaba con los compañeros en la mesa donde merendaban el sábado por la tarde. La escena se completa con la maestra que intenta calmarlos y una pelota de fútbol que esperaba en el patio junto al sueño de que otro mundo es posible.
"Va con onda" es un grupo de chicos del barrio de Gómez que nació hace un mes y medio impulsado por docentes como una alternativa a la vida en la calle, ese lugar donde los tutores no son precisamente los padres.
Los once chicos que integran el grupo están esperando que se les conceda uno de los pocos sueños que tienen, fuera de la violencia, de las bandas en la calle, y del delito prematuro. Anhelan conducir su propio programa de radio que podrá ser posible cuando la emisora de la Facultad de Roca les ofrezca los equipos y la capacitación de los docentes.
Su intento por reencontrarse con valores perdidos no termina allí. Hace unas semanas pincelaron un mural en el acceso de su escuela, con consignas y colores que hasta hace un tiempo no se hubieran imaginado.
"Los mismos que rayaban la pared ahora están pensando en que nadie les arruine su mural o me ven y en vez de esconderse están pensando en el sábado, en qué van a hacer", comentó Daniela, una de las maestras que coordina los talleres.
Sin embargo, no sólo los docentes trabajan por la mejorar la calidad de vida de los chicos y solucionar los problemas sociales que afectan a todos. Alumnos de la carrera de Servicio Social de la Facultad de Roca, Minoridad y Familia, y representantes de las escuelas primarias, secundarias, del CDI de Alta Barda y la sala de Primeros Auxilios se reúnen una vez por semana, para desarrollar un proyecto interinstitucional que propone una contención a la aguda crisis.
Muchos de los chicos que se encuentran en "Va con onda" tienen problemas de conducta, algo que se repite en casi todas las escuelas de la región. También sienten temor por la presencia de la policía, porque aseguran que "nos pegan y a veces no estamos haciendo nada". Para los ojos de los que no tienen la entereza de intentar crear una espacio de contención, de tolerancia, estos niños entre 11 y 14 años son considerados "violentos". Así, a secas.
"Cuando no venían al grupo igual estaban en la plaza, fumando, yendo y viniendo, tomando alcohol. A sus padres, a veces porque trabajan o porque no saben, les cuesta mucho manejarlos. Vos les decís que tal persona tuvo un problema y no saben cómo actuar, qué hacer y cómo ponerles límites. Desde la escuela un poco podemos hacer, algunos se comprometen, otros no, pero la mayoría de los padres están ausentes. La escuela no es responsable de los males sociales, pero si no hiciéramos nada nos sentiríamos cómplices", comentó Eva, otra de las docentes que trabaja el sábado con los chicos.
No es tarea sencilla para las maestras tratar de revertir la costumbre de los malos tratos con los que conviven los chicos. Es la forma más fácil, casi refleja, que tienen para tratarse. Cuando piden algo, gritan. Las muestras de cariño se convierten en golpes y una situación violenta puede comenzar hasta por la disconformidad de la ubicación de un objeto en la mesa. Detrás de eso siempre está la búsqueda de afecto que perdieron en alguna parte del tiempo.
Es lógico entonces que ante la llegada de algo nuevo reaccionen defensivamente. "¿Podés pasar a la biblioteca que quiero hablar con vos?", le dice la maestra. Y automáticamente la reacción es: "¿Y ahora qué hice?".
"Cuando les decíamos que los llamábamos para algo bueno no lo podían creer, porque siempre hay sospechas y el temor a que los utilicen. "Nos quieren hacer pintar", decían, o nos preguntaban: ¿A ustedes les pagan los políticos?"", cuentan las docentes, que a pesar de las dificultades no abandonan el camino de la racionalidad para torcer el rumbo de los chicos y devolverles un poco de felicidad a partir de la comprensión a los valores.

Un grupo y no una banda

Un grupo no es lo mismo que una banda. Las bandas tienen líderes que comúnmente son autoritarios e imponen formas de comportamiento. Esto es justamente todo lo contrario a lo que las maestras quieren que suceda con "Va con onda".
"Si hay algo que buscamos con los chicos es que todo se analice, si algo está mal discutimos entre todos cómo tendría que haber sucedido. Recién ahora ellos se identifican como un grupo y se pusieron "Va con onda".
"Es como sentirse parte de algo, justamente ellos que siempre se sintieron que quedaron afuera de algo", dice una de las maestras.
Mickey, Gustavo, Nicolás, Cristian, Jerson, Mauricio, Daniel, Carlos y Pablo todos los sábados concurren a la escuela 286 para hacer algo diferente. Jugar al fútbol, tomar una merienda, pintar la escuela, y hasta se animarán a tener su propio programa musical en la radio.
Cuando supieron que "Río Negro" estaría de visita en la escuela para ver de qué se trataba el proyecto con las maestras hubo distintas reacciones. Algunos tenían la necesidad de salir en la foto junto al mural que pintaron. Otros, en cambio, tenían miedo de que una foto los pudiera perjudicar. Sin embargo, con el correr de la merienda poco se pudo ver de la tan comentada violencia. "Ellos están acostumbrados a que los traten mal y a responder de la misma manera. Y cuando uno cambia esa actitud y los trata bien, también responden con cariño", puntualizaron las docentes de la escuela 286. (AR)

La violencia como un síntoma

Daniel Sans es psicólogo social y docente en la Facultad de Roca. "Río Negro" lo consultó para que ofrezca su enfoque sobre "la violencia juvenil", un concepto muy escuchado en los últimos años.
"Debe extrañarnos no la violencia, sino que no haya mucha más violencia. Hay que distinguir entre agresividad y violencia. La agresividad en inherente a todo lo vivo, se necesita para generar supervivencia. La violencia es otra cosa, genera un daño, muchas veces inexplicable", señaló Sans.
- ¿Cómo es esto en los niños y adolescentes?
- La violencia hacia los otros o a sí mismos, el exceso de consumos, pensado como un daño no solamente como una cultura hedonista, es un síntoma. Y tiene que ver con la ausencia de los adultos, o con la herencia que dejaron los adultos hacia los jóvenes, una herencia de vacío.
- Si hasta cierta edad alguien no internalizó ciertas normas, ¿cómo se comienza el proceso para incorporarlas?
- En la década del "50 el filósofo Theodor Adorno dijo que si la educación tiene un sentido es que Auschwitz no se repita. Ese es el fin de la enseñanza, que no haya una repetición del modelo de los campos de concentración. Estos jóvenes si no incorporan normas de convivencia van a requerir cada vez más de quién les dicte la ley.
- ¿Cómo funciona entonces en los jóvenes la necesidad del líder?
- Trasladaron el padre de la infancia en sentido de la ley, a un personaje cuando son adultos. Son excelentes miembros de banda. Necesitan mano dura que por medio de la violencia les diga cómo vivir, qué hacer y qué no.
- ¿De qué depende entonces el punto de inflexión entre autoritarismo o generar autoconciencia?
- De la sensibilidad y la capacidad de percibir a los otros, un poco lo que hacen estas maestras. (AR)

   
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