Martes 26 de junio de 2001 | ||
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Médico pasó a un enfermo al hombro por falta de balsa |
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El profesional lo cruzó por el puente aún sin terminar.El paciente había perdido un dedo en Las Perlas. |
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CIPOLLETTI (AC)- El médico de Rincón de Las Perlas no dudó. Era muy de noche, no habían querido hacer funcionar la balsa, volvía de Cipolletti con un accidentado grave, con un dedo amputado, y en estado de shock, y tenía que cruzar de algún modo hasta el paraje. Miró el puente que aún está sin los accesos, cargó al enfermo sobre sus hombros, subió la escalerilla precaria con la ayuda del cuidador de la estructura -"don Burgos"- caminó unos 350 metros y llegó a la otra banda, con el río bramando abajo y el viento arriba, con temperatura bajo cero. El protagonista de este acto solidario, aunque no menos insólito, fue el médico Sergio Gómez, afectado desde al año pasado a la atención de los casi 3.000 pobladores de Rincón de Las Perlas. El caso es que a las 21 del lunes el vecino Guillermo Nusbaumm, junto con otra persona, estaba tratando de hacer arrancar un vehículo, cuando la paleta del ventilador le seccionó la falange del dedo pulgar y le fracturó otro dedo de la mano izquierda. Gómez le hizo una atención de emergencia y con la ambulancia del paraje -porque la del hospital cipoleño estaba desactivada por falta de frenos- cruzó la balsa, llegó al hospital cipoleño y realizó la curación pertinente. Tomando las previsiones del caso, desde Cipolletti Gómez se comunicó con Rodolfo Guiñez, empleado de Vialidad del Neuquén en la balsa, pidiéndole la disponibilidad del cruce del accidentado. La respuesta resultó negativa. "Me dijo que no podía utilizar la balsa. Le expliqué que volvía con el paciente. Me repitió que no, que no tenía personal y que de ida nos habían pasado de favor", contó Gómez. Pese a la postura inflexible del empleado de Vialidad, Gómez retornó con la ambulancia, pasadas las 23, y se encontró solo en la banda neuquina del Limay, frente a Las Perlas, con el enfermo mareado y sin balsa a la vista. Rápido, cargó al enfermo al hombro -al "estilo bombero"- y con la ayuda de "don Burgos" subió la escalerilla que permite llegar al puente -hay una pendiente pronunciada porque aún no está hecho el acceso- y caminó unos 350 metros, porque del otro lado, lo más cerca posible del puente, lo esperaban con un auto. "Lo que me preocupa es que no haya alguien que contemple este tipo de emergencia. No se trata de mi persona, pero sí de mi condición de médico con un paciente que necesita el servicio", reflexionó. Pero todo no terminó allí. Cuando llegó a la banda del poblado lo esperaba otro accidente: una nenita, la hija de Juan Bordón, el maestro de la escuela, se había quemado con agua hirviendo al antebrazo y tampoco la pudo cruzar para conducirla a Cipolletti, por lo que la atendió en el centro sanitario con los primeros auxilios. "Esto es una cuestión de buena voluntad. Hay que instrumentar un mecanismo urgente para que puedan pasar los enfermos. ¿Para qué hay un médico si no hay una persona que le habilite el paso?", se preguntó. Al respecto dijo Gómez que "esto no es de ahora sino que viene de lejos", y que ya hace tiempo se había dirigido por nota a la máxima autoridad de la Vialidad provincial neuquina a los efectos de que se solucione esta problemática. "¿Usted tuvo respuesta?. Yo, menos", graficó el médico, pidiendo públicamente una solución para que los habitantes que tengan una emergencia de noche en Las Perlas "no queden aislados y a la buena de Dios", y que puedan usar la balsa, al menos hasta que se construyan los accesos y se habilite el puente. |
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