Domingo 17 de junio de 2001 | ||
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Los sueños recorren un camino lleno de sentido |
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Para los médicos especialistas, son una necesidad biológica. Para psicoanalistas, son herramienta para conocer el inconsciente. Pero, ¿qué le sucede al cuerpo y a la mente mientras se duerme? |
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"Si el sueño fuera (como dicen) una tregua, un puro reposo de la mente, ¿Por qué si te despiertan bruscamente, sientes que te han robado una fortuna?" Jorge Luis Borges Los sueños, ese fenómeno que tiene tantos interrogantes y misterios como descubrimientos, que se deslizan por las noches y se esconden entre los deseos sin palabras, tan íntimos y solitarios, tan personales y únicos, que se recuerdan y se olvidan, que aparecen con escenas que escapan generalmente al sentido común, como absurdos difíciles de descifrar; esos sueños, recorren un camino mientras dormimos, cargados de vida y de sentido. Siempre se sueña, aunque después no recordemos los sueños. Y no precisamente porque "soñar no cuesta nada". Los especialistas en la Medicina del Sueño sostienen que es una necesidad biológica, y los psicoanalistas afirman que el soñar tiene sentido y ahondan en su interpretación, como una herramienta para conocer el inconsciente. En ese recorrido nocturno, soñamos además varias veces, pero nunca inmediatamente después de dormirnos. Recién al cabo de una hora y media de haber cerrado los ojos y si nadie interrumpe nuestro dormir, comenzamos a soñar y tenemos uno, dos, tres, cuatro o cinco sueños. Luego, despertamos y olvidamos todo, salvo el último, y a veces tampoco lo recordamos, o aparece en la memoria a medias, recortado, o con imágenes sueltas. ¿Qué sucede cuando soñamos? ¿Qué características tiene ese soñar?, son interrogantes que se formularon especialistas de distintas áreas hace 50 años y le dieron cuerpo a la llamada Medicina del Sueño, investigando los trastornos del sueño y sus consecuencias sobre la vigilia. Así llegaron a responder muchos de los interrogantes. La puesta en práctica de estudios como las polisomnografía, que se le realiza a la persona mientras duerme, permite observar el comportamiento del sueño, los distintos momentos, cómo es su arquitectura y si hay alteraciones o no. El proceso del sueño tiene dos modalidades, una lenta y otra rápida, y ciclos que se repiten con cinco etapas cada uno: "La primera empieza cuando nos dormimos y dura pocos minutos, sigue una segunda etapa corta y después viene el momento del sueño más profundo y lento, que son las etapas 3 y 4; todo esto dura alrededor de 90 minutos", describe la neuróloga Mirta Averbuch, directora del Centro de Investigaciones Médicas del Sueño. "A los 90 minutos -precisó- aparece la etapa 5, donde se da el primer sueño REM o MOR (en castellano, Movimientos Oculares Rápidos); estos ciclos se repiten durante la noche con distintas características y se pueden reiterar 4 ó 5 veces". Añadió que durante el ciclo REM los sueños son muy vívidos y nítidos; todo el cuerpo está paralizado en un grado de relajación máximo, en el que es imposible el movimiento; se registra un aumento de la respiración y de la frecuencia cardíaca. Un electroencefalograma hecho en este ciclo registra una actividad similar a cuando se está despierto. En este momento se mueven los ojos en forma sincrónica para un lado y para otro, y se producen las erecciones penianas en el hombre y clitorianas en la mujer. "Esta es la etapa onírica propiamente dicha, y tiene distintas duraciones que se intercalan con los movimientos lentos" contó Averbuch. Surgen de las imágenes y estímulos que se reciben durante el día El otro fenómeno en juego es el de los contenidos de los sueños. |
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