Viernes 12 de junio de 2001

 

Primer reimplante en un hospital rionegrino

 

Se realizó en el hospital de Bariloche a un hombre de El Bolsón que se había seccionado dos dedos y tenía otros dos con graves heridas. Una de las piezas le fue reimplantada.

  EL BOLSON (AEB)- U
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n exitoso reimplante de extremidades se realizó recientemente en el Hospital de Bariloche, transformándose en el primero que se efectúa en un nosocomio público provincial. El paciente, un camionero de 60 años, residente en El Bolsón, recuperó el dedo medio de su mano derecha, ade-más de ver reparados los restantes que se lesionó en un accidente doméstico.
El doctor Ernesto Barbeito, un médico de esta localidad, fue el responsable de la microcirugía.
El accidente ocurrió hace tres semanas, pero el resultado de la intervención se mantuvo en reserva hasta ahora para evaluar la recuperación del paciente. "Ya volvió a manejar el camión y está en perfecto estado" señaló el médico.
Ernesto Barbeito es un joven profesional de El Bolsón que se especializó en medicina traumatológica y realizó su residencia en el Hospital Británico de Buenos Aires. "Allí participé de muchos reimplantes, junto a un especialista de fama mundial que ha operado hasta brazos enteros" explicó.
Hijo de una tradicional familia de la localidad y continuador de la profesión de su padre, el médico se desempeña en el hospital público de Bariloche, donde se encontraba realizando una guardia cuando le informaron del accidente.
El herido es conocido como "Tucuta" Fuentes, un antiguo poblador de El Bolsón que se gana la vida repartiendo leña y ripio con su camión.
El accidente de Fuentes se produjo el sábado 16 de mayo a las 16.30, cuando se encontraba cortando unos tablones con una sierra sinfín. Cuatro horas después de producido ingresaba al quirófano para ser intervenido por Ernesto Barbeito con la asistencia de la anestesista Viviana Brucelaria y Silvia, la instrumentista.
"Fueron seis horas larguísimas" recuerda el médico. La operación hubo que realizarla con técnicas de microcirugía y la asistencia de un microscopio que aumentaba la zona de operación para poder realizar el empalme de venas.
Una idea de la dificultad de la acción la da el tamaño de la sutura. El hilo que se utiliza es más delgado que un cabello ("prolene 8.0" es el nombre) y requiere de un pulso muy firme y concentración absoluta.
La exigencia fue máxima. "Para que tengan una idea, en cada punto que daba tardaba cerca de 15 minutos. La zona de trabajo es mínima y el uso constante del microscopio cansa la vista" comenta el médico.
"Ni se dio cuenta que se había cortado los dedos. Sólo sintió un golpe en la mano" señaló Barbeito, tras indicar que "se envolvió con un trapo, recogió los dedos subió a su camión y llegó solo al hospital de El Bolsón".
Allí fue recibido por el cirujano Vicente Paparella, quien realizó una rápida interconsulta con Barbeito. Ambos decidieron trasladar al paciente a Bariloche, porque era factible intentar un reimplante de miembros.
"Lo evalué y constaté que te-nía amputación total de índice y mayor de mano derecha y parcial de anular y meñique" comenta el profesional, quién se abocó a reimplantar el mayor y reparar los dos restantes
"El índice lo perdió porque no estaba seccionado limpiamente y era imposible empalmar las arterias".
La novedoso de la intervención es que se realizó en un hospital público provincial.
"Quien sufre un accidente de este tipo debe saber que en los hospitales públicos estamos preparados para operarlos. No tie-nen que dar por perdido el miem-bro accidentado" dice Barbeito.
Por ello, recomienda que, ante una amputación, se recoja la pieza para llevarla al hospital. "Un reimplante puede realizarse hasta seis u ocho horas después del accidente. Hay que resguar-dar la pieza en hielo" comenta.
A tres semanas de la operación "Tucuta" Fuentes puede manejar con normalidad su camión. La actividad prensil de la mano derecha está asegurada ("la necesita para manejar la palanca de cambios") y sus dedos están recuperando fuerza y sensibilidad.
Si alguno le pregunta sobre la intervención, el paciente no duda en hablar maravillas del doctor Barbeito: "me cambiaste la vida", le dice, y estar agradecido de la Salud Pública provincial ya que "no podría haberse operado en una institución privada, porque es una persona sin recursos" según comenta un allegado al paciente.

   
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