Viernes 8 de junio de 2001

 

Un estudiante amenazó a otro con una navaja

 

El hecho ocurrió el martes a la salida del turno tarde en el CEM 1, de Roca. Un chico de primer año fue esperado por un grupo de alumnos ajeno al establecimiento que lo desafió a pelear mientras uno de ellos sacaba un arma. Para colmo, el miércoles familiares del menor agredido se trenzaron en otra pelea con estudiantes. El fenómeno de la violencia que se traslada desde los hogares y las calles a las aulas, se repite cada vez con mayor frecuencia en la ciudad.

  ROCA (AR).- El traslado de la violencia desde las calles y hogares al ámbito escolar mostró una nueva instancia esta semana en Roca, cuando un alumno de primer año fue amenazado con una navaja por otro estudiante a la salida del colegio.
El hecho ocurrió el martes luego de la salida del turno tarde del CEM 1, ubicado en la calle San Martín entre Sarmiento e Italia. Sin embargo, las consecuencias del episodio fueron más allá y el miércoles los familiares del agredido se trenzaron en otra pelea con estudiantes.
La reconstrucción de los distintos escenarios violentos ocurridos en cercanías del colegio secundario no fue fácil, porque las autoridades educativas consideraron "poco importante hablar de una pelea cuando no se plantea una discusión de fondo sobre la problemática".
Por otra parte, conseguir precisiones sobre el hecho puntual consultando a los alumnos refleja la gravedad de la situación: "¿Cuál pelea? Ah... la del martes", responden dejando bien claro que los enfrentamientos entre estudiantes forman parte de algo cotidiano.
Concretamente, el último caso se produjo en la intersección de avenida Roca y San Martín, a una cuadra del colegio. Hasta allí habría llegado un grupo de estudiantes que no concurren al CEM 1 para interceptar al alumno de primer año que se retiraba hacia su domicilio. Según el relato ofrecido ayer por estudiantes de cursos superiores, una vez que lo desafiaron a pelear, uno de los agresores sacó una navaja, se la mostró a su oponente y luego se la entregó a otro de los menores que lo acompañaban.
Aparentemente durante la pelea no hubo que lamentar una consecuencia tan grave como la que significaría la utilización de un elemento punzante. Sin embargo, nadie puede asegurar que en caso de verse amenazados, el grupo que portaba el arma blanca no la usaría para defenderse.
Pero todo no quedó allí. Siempre según el testimonio de los estudiantes, el día después de haber sido agredido, el menor fue acompañado al colegio por familiares y luego de un entredicho con alumnos del colegio se registraron corridas dentro del edificio a la hora de ingreso. Incluso se dijo que uno de los parientes del chico, persiguió por los pasillos a un menor con un inflador de bicicleta en sus manos. Otra de las instituciones que pueden dar testimonio sobre los constantes hechos violentos en ámbitos escolares es la policía. En relación a los últimos hechos se supo que el padre de uno de los alumnos del turno tarde del CEM 1 registró una exposición en la comisaría Tercera para dar aviso por las consecutivas agresiones y tener constancia de su advertencia.
En la mañana de ayer, el director del colegio ubicado en el centro roquense se limitó a decir que "se están haciendo esfuerzos" para controlar la escalada de violencia entre los menores.
"Acá nadie tiene que hacerse el distraído. Ahora pasó esto acá pero las peleas son cotidianas en todas las escuelas de la provincia y es responsabilidad de las autoridades arreglar los problemas en vez de pensar en inaugurar colegios nuevos", agregó Cacopardo.
El directivo puntualizó que, por lo general, los enfrentamientos se producen entre alumnos de colegios diferentes y tienen origen en los boliches, pero buscan resolverse "a la salida del colegio".

En agosto fueron agredidas dos hermanas

La preocupación por los sucesivos hechos violentos entre los estudiantes secundarios de Roca llegó a uno de sus puntos máximos luego de la inexplicable agresión que sufrieron dos hermanas a principios de agosto pasado.
En la plaza Belgrano y cuando se retiraban del CEM 1, las menores de 13 y 15 años fueron atacadas por unos 80 chicos, que luego de insultarlas aplaudieron los golpes de puño y patadas que una docena de ellos propinaban a las hermanas.
De no haber mediado un preceptor del colegio Domingo Savio, las lesiones sufridas por las alumnas no habrían sido leves. En ese momento, la indignación de los padres se instaló en los medios y obligó a las autoridades educativas de la ciudad a darle un tratamiento particular a una situación advertida hace mucho tiempo pero sin soluciones a la vista.
Fue así que con el consenso de los encargados de la Supervisión de nivel medio, asistentes sociales, directivos escolares y padres se decidió que los padres deberían ir por sus hijos en el horario de salida.
Sin embargo, es claro que no todas las familias pueden cumplir con esa recomendación por diferentes motivos.
En consecuencia, la situación se escapa de las manos de los docentes cuando los chicos atraviesan las puertas del colegio y los hechos violentos aparecen cada vez con más frecuencia. (AR)

   
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