Jueves 7 de junio de 2001

 

Espera un marcapasos desde hace 3 meses

 

Es un chacarero de Río Colorado que está internado en el hospital de Cipolletti

  CIPOLLETTI (AC) - Luis Alberto Bianchi, un chacarero de Río Colorado de 57 años, llegó derivado al hospital de Cipolletti con una taquicardia aguda, para la colocación urgente de un marcapasos-desfibrilador.
Eso pasó hace tres meses y todavía no encuentra una solución a su agudo problema. "No sabemos qué hacer. Nos prometieron que esto se solucionaba rápido pero pasa el tiempo y nada", expresó ayer a "Río Negro" este hombre agotado, con la voz casi quebrada, sentado en su cama del hospital cipoleño, con la silla al lado en la que duerme su esposa, a quien se le hinchan las piernas y le duele todo el cuerpo "porque quiero quedarme a su lado hasta que esto se arregle".
Bianchi lleva un marcapasos que le implantaron hace cuatro años en Bahía Blanca, pero la complicación de su estado de salud hizo que se tomara la decisión de cambiarlo por uno más complejo, desfibrilador. El director del nosocomio, Rubén Mombrú, consultado al respecto, informó que el equipo tiene un costo de 37.000 pesos y que desde la provincia se le informó que en breve se adquiriría y le sería colocado al paciente.
Empero, Bianchi es muy escéptico al respecto. "Mientras estuve aquí internado compraron un marcapasos pero parece que no servía. No tengo nada contra el cardiólogo que me atiende, ni contra las autoridades del hospital. Pero estoy desesperado y hace dos días me dijeron que si me quería ir a mi casa, que firme una planilla de "retiro voluntario" y me vuelva a Río Colorado. ¿Cómo voy a hacer eso?. ¿Y mi salud, mi familia?, inquirió este productor de peras y manzanas riocoloradense al que para colmo en su actividad específica "nos va tan mal como a todos. Estamos destruidos".
La operación de Bianchi, por un convenio que rige con la provincia para temas de complejidad, debe hacerse en la Fundación Médica, donde ya le completaron los estudios pertinentes para la colocación del marcapasos-desfibrilador que no llega.
"Acá estamos a la espera. Que hoy, que mañana, que esta tarde y así seguimos. Primero me dijeron que me lo colocaban, después que en la provincia no había plata, que no lo pueden entregar. Yo, se imagina, no puedo comprarlo. Y esto, desde hace tres meses. Llegó un aparato pero vino cambiado. No era el que servía, me dijo un técnico. En unos días viene de vuelta, me aseguró. Pero no vino más y nosotros no sabemos ya a quién acudir", siguió indicando, con la mirada que de a ratos se perdía en el techo de la sala, junto a su esposa, también muy angustiada.
"Estamos en el límite de nuestras fuerzas. Y así no puedo hacer nada. Me indigna que por ahí me comentan que todo está listo pero llega ese momento y no hay nada. ¿Cuánto puede aguantar uno en esta situación".
Se le preguntó si se sentía algo abandonado. La respuesta saltó como un resorte, instantánea: ¿Y qué le parece. Después de tres meses acá, cómo me puedo sentir?.
La señora aportó lo suyo: "esto es desesperante. No tenemos aquí familia, nada. Yo duermo en esa silla. Se me hinchan las piernas. Hablo con los médicos, algunos desde hace un tiempo me ven y se esconden".
A esta altura de las cosas el matrimonio Bianchi se aferraba ayer a una gestión que iban a hacer las autoridades del hospital con las del área específica en la provincia.
Mientras tanto, el marcapasos-desfibrilador no llega y el chacarero de Río Colorado sigue esperando.

Foto Luis Alberto Bianchi y su mujer esperan angustiados una solución que debe llegar de la provincia.

   
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