Jueves 7 de junio de 2001

 

En Vista Alegre se resisten a abandonar sus casas

 

Vecinos aguantan como pueden la crecida del río Neuquén. El intendente Meschini se queja en nombre de los evacuados. Todos tratan de resguardar sus escasas pertenencias.

  VISTA ALEGRE (AN).- Javier Lincopán está rodeado de agua. De día trabaja duro en una chacra y de noche intenta conciliar el sueño, pero se sobresalta porque, asegura, "viene más agua, mucha agua; de día no largan tanta. Yo me doy cuenta por las marcas que quedan en los palos (del cerco), dice el joven que construyó su casa de ladrillos y cantoneras junto al río Neuquén, en Vista Alegre Sur.
La afirmación de Lincopán coincide con la queja del intendente de Vista Alegre, Luis Meschini, quien, en contrapunto con la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), asegura que la erogación desde la represa está por encima de los 600 metros cúbicos por segundo que se informan oficialmente.
Meschini clamó ayer que se bajen los niveles y criticó con dureza al presidente del organismo, Horacio Collado.
"Nos quieren ahogar a todos", llegó a decir el intendente que tiene a 45 personas de su municipio evacuadas e instaladas en el polideportivo de Vista Alegre Norte y en casas de familiares.
En Vista Alegre Sur viven más de dos mil personas, algunas de las cuales no quieren dejar sus viviendas.
Lincopán, de 22 años, teme que el río se meta en su casa pero es uno de los que se niega a abandonar el sitio.
Desde hace unos años vive allí con esposa Belia Morales, de 20.
"El año pasado nos fuimos y estuvimos tres meses metidos en un galpón, muertos de frío", dice el hombre que -además de trabajar de peón- changuea como albañil.
Lincopán es una de las varias personas que sufre en carne propia la crecida del Neuquén, a raíz de la mayor erogación de la represa hidroeléctrica ubicada río arriba.
El peón rural, que construyó su casa en un lugar alto, sólo pide que las autoridades levanten defensas sólidas y permanentes que frenen el ímpetu del líquido.
Desde su terreno señala temeroso la casa de "la viuda de Muñoz", una mujer que el año pasado dejó su vivienda de adobe durante la crecida.
La estructura está sucumbiendo ante la humedad que se comió las bases.
"Mi casa es de material, no es lo mismo, pero yo no quiero que termine así", advierte Lincopán, un vecino que como otros y ante la necesidad de un techo levantó su vivienda en tierras fiscales ribereñas.
Para proteger el terreno, a pico y pala, levantó montículos de tierra alrededor y con troncos y tablones de albañil se las ingenió para trazar un particular puente que le permite llegar hasta su casa sin mojarse hasta las rodillas.
La zona en la que vive es conocida como Costa de Reyes, una denominación que nada tiene que ver la nobleza sino con un puestero que tendría ese apellido.

Curiosos ruidos

Lincopán reconoce que le es difícil dormir de noche.
Es que al temor de que el río suba demasiado tiene que sumar curiosos ruidos que se hacen dueños de las sombras.
"Al principio creíamos que eran personas, porque parecían pasos y hasta parecían voces. Después me di cuenta de que eran los patos, que de noche se vienen a dormir acá", explicó el hombre.
Las aves llegan en bandadas y duermen en el lugar donde -por sobre el agua- se erigen los arcos de la canchita de fútbol.
"Si se viene el agua nos llevamos las cosas que tenemos. La heladera y la cocina las dejamos en la casa de mi padre, tenemos sólo lo indispensable. Creo que en ningún lugar vamos a estar mejor que acá", cerró el hombre del río.

Evalúan daños por las crecientes en el norte neuquino

CHOS MALAL (ACHM)-Organismos provinciales evalúan los daños provocados la semana pasada por la crecida de los ríos Neuquén y Curi Leuvú en el norte neuquino. Tienen por fin solicitar la emergencia hídrica y obtener la ayuda del gobierno nacional para concretar obras necesarias en la cuenca del Neuquén y evitar futuros daños especialmente en zona de chacras donde se encuentran las tierras productivas.
Por otra parte preocupa el embanque que sufrió una parte del canal norte principal abastecedor de agua para Chos Malal.
Según lo adelantado a "Río Negro" por el delegado regional zona norte de Producción Aníbal Giustozzi, técnicos de Recursos Hídricos y de Agricultura y Ganadería, se encuentran abocados a la realización de un estudio en todos los ríos y arroyos de la región para determinar los daños que provocó el último temporal, cuando en pocas horas cayeron casi 100 milímetros en toda la zona norte y también nevó en la zona cordillerana.
Esta situación trajo aparejado que los ríos y arroyos, especialmente el Neuquén y el Curi Leuvú aumentaran considerablemente su caudal provocando los daños mencionados y además en viviendas particulares, terraplenes y alcantarillas.
De acuerdo a lo indicado por el funcionario los trabajos de relevamiento apuntan a determinar los daños y luego con la información que se recabe, solicitar que se declare la emergencia hídrica. Además se apunta a gestionar recursos de nación no sólo para reparar los daños provocados por la última crecida sino también a prevenir otros que se puedan ocasionar en el futuro con las lluvias.
De declararse la emergencia, los fondos podrían llegar a la provincia o ser incluidos en el Plan de Infraestructura que ejecuta el gobierno nacional a través de la Secretaría de Obras Públicas.
Una de esas obras es la defensa de márgenes de ríos –que en el caso del Curi Leuvú se concretarían ambas y en el Neuquén sólo la izquierda– dado que la falta de esta obra fue una de las principales causas de los trastornos.
Otra de las obras tiene que ver con la mejora de canales de abastecimiento de agua y para riego en la zona norte, los cuales habitualmente son dañados por las crecidas de los ríos, provocando desmoronamiento y embanques.
Actualmente en Chos Malal, parte del canal norte que abastece de agua a la planta potabilizadora se encuentra embancado desde la intensa lluvia de la semana pasada.
Ricardo Millán, responsable del Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS), prestador del servicio, en diálogo con "Río Negro" indicó que se puso en marcha un sistema de emergencia que consiste en el bombeo desde el río Curi Leuvú.
El canal ha sido despejado con denodado esfuerzo pero sólo en una mínima parte, ya que los trabajos son realizados a pala por cuadrillas de trabajadores municipales.
Para dar una solución aunque sea provisoria se necesita de una retroexcavadora para limpiar el primer tramo que es donde se localizada la boca toma, maquinaria con lo que no cuenta el municipio.

Foto> El singular puente que Lincopán se ingenió para construir y evitar así mojarse hasta las rodillas para llegar a su casa.

   
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