Martes 5 de junio de 2001

 

A cuarenta años de la píldora

 

Los especialistas analizan el crecimiento del mercado de la anticoncepción.

  Cuarenta años después de que la primera píldora comenzara a venderse en Europa, especialistas de diferentes países se reunieron en Berlín para tratar sobre los avances en el mercado de los anticonceptivos, un sector que en el 2025 tendrá 2.500 millones de clientes.
Píldoras, parches, dispositivos intrauterinos y métodos masculinos fueron los temas estrella de las jornadas celebradas bajo el nombre de "libertad de elección", una expresión que resume la variedad de posibilidades que las empresas farmacéuticas ofrecen para prevenir embarazos no deseados. La utilización de anticonceptivos continuará una tendencia ascendente, si se tiene en cuenta que en la actualidad alrededor de un tercio de todos los niños del mundo nace de embarazos no deseados.
Más de 350 millones de mujeres de los países en vías de desarrollo, casi un tercio de las mujeres en edad reproductiva, no tienen acceso a métodos seguros y eficaces de planificación familiar. Según la Organización Mundial de la Salud, la mitad de los embarazos en todo el mundo finaliza en un parto sin atención médica o en un aborto, según Günter Stock, miembro de la junta directiva de "Schering", la empresa farmacéutica que vendió la primera píldora europea y organizadora de las jornadas.
Cuarenta años después, las mujeres de todo el mundo pueden acceder hoy a casi un centenar de clases de píldoras, un método hormonal que se basa en el principio básico de "hacer creer" al cuerpo que ya existe un embarazo para evitar una nueva ovulación. La investigación en las sucesivas generaciones de píldoras se ha dirigido a reducir los efectos secundarios de estos preparados, con el desarrollo de nuevas hormonas sintéticas y la reducción de dosis. En la actualidad, las más utilizadas son las combinadas, las que contienen estrógeno, que regula el ciclo, y progestágeno, que inhibe la maduración del óvulo.
Los médicos e investigadores se refirieron en las jornadas a la familia de progestágenos, nuevas hormonas desarrolladas sintéticamente que, como la dropirenona, cumplen la función de evitar la ovulación pero además favorecen otras funciones, entre ellas la expulsión de fluido. Así, como explicaba el investigador alemán Alexander Teichmann, se podrá evitar la temida subida de peso a causa de la píldora. (EFE)
   
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