Viernes 1 de junio de 2001

 

Tragedia con tres muertos cerca de San Antonio

 

Dos autos chocaron de frente en la ruta Dos. Murieron un hombre, una mujer -ambos conductores de los rodados- y un bebé recién nacido. La madre del niño está herida y delicada.

  SAN ANTONIO OESTE (ASA)- El horror invadió la ruta 2 ayer por la mañana, a 22 kilómetros al norte de esta localidad, mientras que el desconsuelo y la incredulidad se apropiaron de cada rincón de Las Grutas y San Antonio durante toda la triste jornada.
Un bebé de apenas 27 días y los jóvenes conductores de dos vehículos que chocaron en plena recta, fueron las víctimas fatales de una tragedia que enlutó a la comarca atlántica. Mientras tanto, la madre de la pequeña criatura fue derivada a una clínica privada de Viedma donde permanecía internada en estado delicado.
Las casi siete horas que los cuerpos sin vida de los adultos estuvieron entre los hierros retorcidos de los coches agregaron dramatismo a la situación que empezó a vivirse ayer poco antes de las 7. El traslado del equipo de Criminalística de Viedma primero y la demora en la llegada del juez Juan Bernardi desde esa capital provincial, obligaron a que las tareas de remoción de los cadáveres por parte del personal local de Bomberos, Policía y médicos policiales, se vieran postergadas por varias horas.
Pasadas las 6.30 de ayer, un conductor que pasó por el lugar avisó a la Policía del accidente. Antes de las 7 arribó al lugar la ambulancia del Hospital que trasladó inmediatamente a la mujer herida. Tras ella llegaron el médico policial Fernando Gálvez y el personal de Tránsito. Entre los restos de un Duna blanco permanecía el cuerpo de Nancy Pérez, una joven de 22 años que regresaba desde El Solito con la carga de diarios La Mañana del Sur para esta zona atlántica.
En tanto, en un Fiat Uno S dominio DRS 129 yacía Carlos Rosales de 29 y a pocos centímetros del vehículo, sobre la banquina se hallaba su pequeño hijo. El impacto fue de frente, principalmente sobre los lados izquierdos de sendos coches, aprisionando a ambos conductores cuyos cadáveres debieron ser retirados con la ayuda de pinzas eléctricas y expansores.
Rosales, dueño del taller mecánico "El Negrito" en el acceso a Las Grutas, se trasladaba con su familia a Roca para realizar el "service" del auto, adquirido hacía un mes, y presentar a sus abuelos a su hijo recién nacido.
A 22 kilómetros de esta localidad en medio de un recta corta, aparentemente sin mediar reacción alguna por parte de Pérez y Rosales, los coches se toparon de frete, sobre el carril por el que transitaba el Fiat Uno. A raíz del desvío del Duna de apenas unos pocos centímetros, los automóviles impactaron de lleno y quedaron detenidos en ese lugar a unos escasos cinco metros de la ruta sobre sendas banquinas.
María Elena Schrenk, de 28 años, fue la única sobreviviente del brutal encontronazo. Ayer la joven permanecía estable, lúcida, con severos golpes, un traumatismo toráxico y un grave traumatismo cerrado de abdomen.
Ninguna señal de frenadas sobre la cinta asfáltica hacía suponer sobre alguna maniobra para evitar la colisión.
El Fiat Uno, con el tren delantero destrozado, se clavó sobre el guardabarros delantero izquierdo y quedó de costado sobre la puerta del conductor. Rosales falleció en forma instantánea. El Duna, tras el impacto recorrió unos pocos metros sobre el asfalto, bajó a la banquina y se detuvo. Su conductora quedó sentada en posición normal, con el motor retraído sobre su piernas.

El dolor de los familiares

Los familiares y allegados de las víctimas fueron enterándose por distintos medios de lo ocurrido. Cerca de las 10 el padre del joven Rosales superó velozmente la consigna policial acompañado por otro hijo, detuvo su vehículo frente al Duna, se tomó la cabeza y al reconocer en la otra banquina al Fiat Uno de Carlos, se acercó incrédulo y se encontró con la imagen de la tragedia. "Sáquenlo de ahí, por favor", rogaba a gritos, mientras inútilmente los policías y los médicos policiales intentaban calmarlo y explicarle que debían esperar la presencia de los peritos. "¿Dónde está el bebe?", preguntaba, buscando a su nieto que estaba tapado, sin vida, con un abrigo de lana, al que afortunadamente no detectó. Fuera de sí volvió a subirse al vehículo y se encaminó a la localidad, donde se descompensó y tuvo que ser internado por algunas horas.
Los peritos llegaron poco después y cuando cerca de las 11.30 se disponían a cortar los hierros para retirar los cuerpos, una comunicación telefónica de Bernardi desde Viedma detuvo los quehaceres. A las 13.30 con el juez en el lugar se inició el rescate de los cadáveres que culminó media hora más tarde."Va a pasar al fuero civil porque al fallecer ambos conductores se exime de cualquier responsabilidad penal", expresó Bernardi quien además sostuvo que "tal vez con la presencia de fiscales en las comisarías podamos acelerar este tipo de actuaciones".

Foto: Entre los hierros retorcidos de los autos, los cadáveres estuvieron por varias horas hasta que llegó el juez desde Viedma.

   
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