Bariloche más cerca de su centro de convenciones

Buscan consensuar el proyecto entre profundas diferencias

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La financiación privada del centro de convenciones y eventos a manos de Aeropuertos Argentina 2000 es la primera definición concreta para la realización del anhelado proyecto.
La decisión lleva a recorrer el camino en sentido inverso a la hora de consensuar de los aspectos más controvertidos del proyecto que dividen a la comunidad en una profunda polémica.
El emplazamiento y las características de la obra son los dos grandes desafíos a transitar por la nueva comisión que integran la financista y el Emprocentro, ente creado por una ley provincial para definir el futuro del emprendimiento.
La misma titular del Emprocentro, Inés Garza generalizó las diferencias ayer al reconocer que "Bariloche no tiene una meta tan definida, filosóficamente no estamos todos tan de acuerdo". Pero minimizó los escollos a sortear apelando a la aspiración de que "este sea el proyecto bisagra para Bariloche".
También el vicegobernador Bautista Mendióroz reconoció en su anterior visita que "el único aspecto que aún resta consensuar es la ubicación" y se excusó de entrar en la polémica indicando que su resolución corresponde a la comunidad de Bariloche.
La determinación con que los miembros del Ente defendieron el lugar elegido, descartando las demás alternativas, se fundamentó en las en la necesidad de revalorizar la infraestructura hotelera y gastronómica céntrica.
En rigor el terreno defendido es el más céntrico entre los estudiados y sus dimensiones alcanzan para desarrollar una infraestructura adecuada al requerimiento inicial de unas 1500 personas, pero condenan irremediablemente la futura expansión del emprendimiento.
Alejado de la discusión comunitaria, el director de la publicación porteña "Ferias y congresos" -de dilatada experiencia en el rubro- Carlos Grassi enfatizó el adecuado dimensionamiento del proyecto "pensando en el futuro" y sostuvo que es fundamental definir el concepto de edificación que le conviene a la ciudad.
El ejecutivo evaluó que "Bariloche debería construir un palacio de convenciones con una capacidad inicial de 2000 a 2500 personas, que se pueda subdividir modularmente para albergar convenciones paralelas".
Desde las postura más antagónica las multiples voces que se alzaron para plantear su oposición al proyecto -en los términos planteados por el Ente- señalaron objeciones legales y urbanísticas de igual peso. Entre los más contundentes se destacan la decisión del Colegio de Arquitectos de "no avalar" la elección y de la comisión de Patrimonio Histórico y Urbanístico ambas exigiendo en forma documentada el cumplimiento de la legislación vigente.