Domingo 3 de junio de 2001

 

El hospital de San Martín, desbordado por la demanda

 

Faltan profesionales, el espacio es muy limitado y hay equipamiento obsoleto en muchas áreas

  SAN MARTIN DE LOS ANDES - Luego de casi dos horas de charla y medidos intercambios de opiniones, un dato decantó incontrastable de la exposición que realizó el director del hospital Carrillo en el Deliberante: el nosocomio está desbordado por el paso de los años y el permanente crecimiento de la demanda. Guardia y consultorios externos limitados por un reducido espacio físico, falta de personal de enfermería y para determinadas especialidades, un equipo de esterilización obsoleto (hay gestiones para su reemplazo), baños y vestuarios insuficientes, son algunas de las carencias que padece este hospital zonal, de complejidad 4.
El Instituto le debe unos 300.000 pesos por arancelamiento y la provincia no ha incluido en el Presupuesto 2001 obras que aquí se consideran imprescindibles: una nueva guardia, diez consultorios externos más, nuevos sanitarios y vestuarios para el personal, entre otras.
El hospital Carrillo fue inaugurado en 1972, cuando la ciudad orillaba los 5.000 habitantes, con una proyección a 15 años, dijo Daniel Vincent. Había apenas seis médicos por entonces.
Hoy, San Martín ronda los 26.000 habitantes (según proyecciones), el hospital es cabecera de toda la zona sur y tiene un plantel de 226 agentes. Sin embargo, las instalaciones siguen siendo virtualmente las mismas de 1972.
Pero además, la salud privada en toda la región no evolucionó hacia clínicas con capacidad de internación y complejidad suficiente para atender ciertas demandas, de modo que todos los habitantes del sur neuquino deben recurrir a los hospitales cuando su caso lo requiere. Por ejemplo, todo los partos se atienden en el hospital.
Uno de los puntos focales es si el centro de salud debe aumentar su complejidad, atento a que deriva un promedio de 30 pacientes mensuales al hospital de Neuquén, de complejidad 8.
El sistema de salud de la provincia está basado en un esquema de escalonamiento de las complejidades hospitalarias, pero la ciudad capital está a 460 kilómetros de aquí. Se comentó la evidente e histórica necesidad de convertir al hospital de Zapala en "interzonal", para aliviar la carga que representan las derivaciones.
Precisamente, la renuncia de 18 enfermeros a las llamadas "pasivas derivaciones", por la falta de reconocimiento de la recategorización salarial que implica esa tarea, puso en colapso el sistema y fue el disparador del renovado interés de los concejales.
El caso es que la ley de remuneraciones fija el plus para esa labor, y según las coincidencias de propios y extraños ha quedado perimida, al punto que una derivación de Las Coloradas a San Martín se paga casi el doble que una de San Martín a Neuquén.
"Yo no tengo la sensación de que el hospital se venga abajo, como dicen algunos", remarcó Daniel Vincent, luego de ponderar a rajatabla la calidad del personal y de la atención.
Vincent, no obstante, admitió carencias surgidas de la desactualización edilicia y se mostró convencido de que debe incrementarse la complejidad, ya sea en este hospital o en otro a construirse en la ciudad (hay una propuesta en ciernes para un nuevo nosocomio descentralizado, pero no ha pasado de las intenciones).
   
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