Martes 26 de junio de 2001

 

La apuesta de Cafiero develó la interna

 

Luego de la visita del ministro de Acción Social, se apura la ayuda a Salta

  BUENOS AIRES (ABA).- El viaje del ministro de Desarrollo Social a Salta abrió heridas en el Gobierno. Y el Gabinete se dividió entre quienes apoyaron y repudiaron la actitud del frepasista . De la Rúa y Cavallo lo respaldaron.
La jugada en solitario de Juan Pablo Cafiero, ministro de Acción Social, que el pasado sábado viajó a reunirse con los piqueteros salteños sin consultar previamente al Gabinete, develó una cruda interna en el Gabinete nacional. Chrystian Colombo salió a pedirle explicaciones. La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, más directa, le pidió la renuncia. Héctor Lombardo, titular de la cartera de Salud, dijo que se trataba de "otra irresponsabilidad del Frepaso". Ramón Mestre, ministro del Interior y hasta aquí a cargo del conflicto de Tartagal y Mosconi, también masticaba bronca: "Fue una actitud populista. Juampi quiere posicionarse como el último mohicano de los progresistas del Gobierno", le protestó el domingo a Fernando de la Rúa.
Sin embargo, y a pesar de las suposiciones previas, el Presidente prefirió tomar partido por Cafiero. No sólo lo invitó a que lo acompañara a la visita que ayer hizo a San Juan, sino que encomendó a hombres del Frepaso las futuras negociaciones con los piqueteros de Salta. El ministro de Acción Social ganó la primera pulseada. Y estaba exultante: "El Presidente considera que tenemos que empezar a dar respuestas inmediatas a la crisis social".
Sin embargo, para la ventaja sobre sus colegas obtenida en este primer round, Cafiero tuvo un aliado inesperado: Domingo Cavallo. El superministro de Economía, en una minicumbre de Gabinete convocada por De la Rúa en Olivos, el domingo a la tarde, se puso del lado del frepasista. "Juan Pablo mostró actitud para enfrentar los problemas. Y puso la cara ante la situación complicada. Creo que hay que valorar su valentía", señaló ante el Presidente. Luego de algunos cortocircuitos, Cavallo y los dirigentes frepasistas se reconocen ahora como aliados. "A Juampi Cafiero y Cavallo los une más sus broncas hacia los ministros más delarruistas que sus coincidencias", avisó un secretario de Estado, que conoce muy bien la interna oficial.
Darío Alessandro, jefe del bloque de diputados aliancistas y "gerente virtual" del Frepaso desde la partida de Carlos "Chacho" Alvarez, expresó ante "Río Negro" esa Alianza circunstancial: "Los problemas del país no están solucionados ni mucho menos, pero dentro de la crisis, al menos en los dos caminos más importantes hubo avances estas semanas. Cavallo está cada vez más firme con su plan y Juampi le imprimió un ritmo muy interesante a Desarrollo Social".
Los frepasistas están envalentonados. De la Rúa respaldó la postura de Cavallo y apoyó a Cafiero. No sólo eso: ayer partió hacia Salta la delegación oficial que intentará cerrar el conflicto con los piqueteros, encabezada por el también frepasista Enrique Martínez, secretario de Pymes. La delegación incluye en total a 15 funcionarios de las áreas de Pymes, Desarrollo Social y Medio Ambiente. Llama la atención: todos pertenecen al Frepaso.
"El Presidente nos abrió espacios. Pero puede ser un arma de doble filo. Porque si nos va mal, habrá una fila para pegarnos", reconoció Martínez.
Es que la interna del Gabinete se recalentó con las críticas al Gobierno que formuló Juan Pablo Cafiero en Salta. Colombo, Bullrich y Mestre encabezan el grupo que se hace llamar "delarruistas puros". En realidad, los dos primeros integran como "extras" el Grupo Sushi, que comanda Antonio de la Rúa; el ministro del Interior se suma a partir de su enemistad manifiesta con el actual ministro e Acción Social. Nicolás Gallo solía promulgar con las ideas de este grupo, pero desde que abrió una dura contienda con los Sushi por el control de la comunicación oficial, se fue corriendo. El lunes, el secretario general salió incluso a respaldar el viaje de Cafiero.

Funcionarios a Mosconi

Juan Pablo Cafiero dijo ayer que no se arrepentía de nada. Con el apoyo de los que quedan de su propio partido, del presidente y hasta del ministro Cavallo (ver aparte), el ministro de Desarrollo Social durmió tranquilo ayer, pensando que había hecho lo correcto en términos políticos. Su intervención fue como un cachetazo a la gestión del gobierno nacional en el conflicto salteño, remedio que, como efecto secundario, trajo malestar en el centro del gabinete, que hasta pidió su cabeza.
Pese a la reacción al interior de la Alianza, algunas cosas ocurrieron. A una semana de los trágicos episodios que provocaron la muerte de dos personas, la población de General Mosconi comenzó a ser escuchada en sus demandas por funcionarios provinciales y nacionales, que ayer se instalaron en esta ciudad.
Ayer arribó el enviado especial del gobierno nacional, el secretario de Pymes, Enrique Martínez, quien dejó sus pertenencias en el hotel y comenzó a recorrer General Mosconi y a charlar con los vecinos. Para el jueves venidero se aguarda la presencia del gobernador justicialista Juan Carlos Romero y su gabinete, que se instalará en la vecina ciudad de Tartagal.
El juez salteño, Abel Cornejo, por su parte, anunció que "formulará por escrito un pedido de testimonio a Cafiero para que ilustre a al Justicia en qué consistió la reunión que mantuvo con piqueteros".

   
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