Viernes 22 de junio de 2001

 

Violentos disturbios sacuden a Irlanda del Norte

 

El proceso de paz en Irlanda del Norte enfrenta en estas horas una dura prueba, luego de que se registraran violentos disturbios entre protestantes y católicos, los que dejaron al menos 39 heridos, la mayoría de ellos policías que separaban a ambos bandos en pugna. Todo esto agrava la delicada situación política, donde el gobierno de unidad está al borde de la ruptura.

  Londres (EFE/ANSA).- Los violentos disturbios de la madrugada del ayer en Belfast pusieron en alerta a los líderes políticos norirlandeses, del Reino Unido e Irlanda, que temen una escalada de la tensión que agrave la crisis que vive el proceso de paz en esa región.
Esta "inaceptable cara de la violencia" debe servir para "recordarnos a todos nosotros lo que está en juego en este proceso de paz", dijo ayer el ministro británico para Irlanda del Norte, John Reid, tras reunirse con Richard Haas, el enviado del presidente estadounidense, George W. Bush.
En el centro del problema político está la vieja disputa sobre el desarme de la guerrilla, pero las violencias de los últimos días demuestran que en Irlanda del Norte reina aún un profundo odio entre las dos comunidades.
La violencia estalló en la noche del miércoles y continuó hasta las primeras horas de la mañana de ayer.
Por lo menos 600 miembros de las comunidades católica y protestante se enfrentaron con agentes de la RUC, policía del Ulster, atacándolos con piedras, botellas incendiarias y otras que contenían ácido.
Los agentes respondieron con proyectiles de plástico, una decisión que los jefes de la RUC defendieron con fuerza subrayando el clima de particular peligrosidad que se respiraba en estos días en Belfast.
Los ataques fueron la culminación de dos días de desórdenes y tensiones.
Un atentado con dinamita contra una familia católica fue lo que provocó los incidentes.
Al mediodía del miércoles, los católicos acusaron a los "leales" (a la corona británica) protestantes de haber lanzado una bomba incendiaria en el jardín de la casa de la familia.
La bomba no provocó víctimas pero fue suficiente para dar nuevo impulso al odio entre las dos comunidades.
La creciente tensión en Irlanda del Norte tiene como telón de fondo el estancamiento del proceso de paz, la amenaza de dimisión del líder unionista y ministro principal de la provincia, David Trimble, y la proximidad de los conflictivos desfiles orangistas, que tradicionalmente se celebran en julio.
En una conferencia de prensa, Reid aseguró que el Gobierno británico está dispuesto a cumplir sus "obligaciones sobre una reducción de la presencia militar y sobre la reforma de la policía (en Irlanda del Norte) para avanzar este proceso".
Pero advirtió de que "las otras partes implicadas, incluido el IRA y (su brazo político) Sinn Fein, deben estar dispuestos a hacer lo mismo".
Los unionistas exigen que el Ejercito Republicano Irlandés (IRA) cumpla su compromiso de desarme, mientras que los republicanos insisten en que Londres debe llevar a cabo la desmilitarización de la provincia y la reforma de la policía en los términos acordados.
"Si no nos movemos de nuestras posiciones, nadie avanzará", declaró Reid.
Por su parte, Haass afirmó que el Gobierno norteamericano está dispuesto a "apoyar el proceso" de paz, pero no un plan secreto para resolver la actual crisis.
En Dublín, el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, instó al IRA a que tome la delantera y cumpla su compromiso de desarme, pues de lo contrario, advirtió de que no se producirán cambios en la desmilitarización ni en la reforma de la policía.
Ahern aseguró que el desarme de la banda terrorista se puede resolver, pero no mediante el "ultimátum" de los unionistas o los términos impuestos por el Gobierno británico.

El peligro de una crisis institucional

El unionista David Trimble amenazó con dimitir si para el próximo 1 de julio no se ha producido el desarme del IRA, lo que puede provocar una crisis institucional en la provincia.
En este contexto, el reverendo Ian Paisley, líder de las formaciones extremas de los unionistas democráticos protestantes, tuvo ayer una conversación de casi una hora con el premier Tony Blair.
A pesar de que la administración Blair ha ratificado varias veces que no estaba dispuesta a cambiar una coma del Acuerdo del Viernes Santo, que se firmó en 1998, Paisley entregó al premier un documento en que propone "un proceso alternativo".
En síntesis, el ala extrema de los protestantes sostiene que el "Good Friday Agreement" no recibió nunca el apoyo de la mayoría de los unionistas y debe ser modificado. Blair, explicó el mismo Paisley al concluir el encuentro, prometió que examinará el documento y dará una respuesta en próxima conversación.
Sólo unas horas antes, sin embargo, un portavoz de Blair subrayó que, según el gobierno, el Acuerdo de Viernes Santo es el único camino a recorrer para lograr la paz en el Ulster. El portavoz de Blair manifestó por su parte que "no contemplamos un fracaso, estamos buscando la forma de avanzar".
El DUP y el Sinn Fein registraron importantes avances en las elecciones generales británicas y municipales norirlandesas del pasado día 7 de junio, lo que refleja una polarización y radicalización de las tendencias en la provincia.

   
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