Viernes 22 de junio de 2001

 

Cuestionan a EE. UU. por ejecuciones

 

Estados Unidos y China figuraron entre los países más cuestionados por la masiva aplicación de la pena capital, en el congreso mundial contra esta sentencia. China es lejos el que más aplica la pena -más de 1.000 sólo este año-. En el caso de Washington, criticaron al perverso sistema judicial que castiga a pobres y minorías.

  Estrasburgo, Francia (EFE).- Activistas defensores de los derechos humanos denunciaron ayer el carácter "arbitrario e inhumano" del sistema judicial estadounidense en el Primer Congreso Mundial contra la Pena de Muerte, que sentó a EEUU y China en el banquillo en su sesión inaugural.
"El sistema (estadounidense) tiene una estructura perversa que hace que los pobres sean condenados de antemano, porque se dan todas las condiciones para que no haya un proceso justo", afirmó a la prensa el presidente honorario de la Federación Internacional de Ligas de Derechos Humanos (FIDH), Daniel Jacoby, quien denunció "el estado de "no Derecho" de la Justicia estadounidense".
El Congreso, organizado con el apoyo del Consejo de Europa y el Parlamento Europeo, reúne a más de cien políticos, juristas, intelectuales y miembros de organizaciones no gubernamentales (ONG) que luchan por la abolición de la pena capital en los 86 países donde todavía existe.
Hoy, los presidentes de 18 parlamentos nacionales de varios continentes firmarán un manifiesto solemne para pedir la moratoria de las ejecuciones en todo el mundo, como primer paso hacia la abolición universal de la pena capital.
El año pasado, 1.457 reos fueron ejecutados en 28 países, y otros 3.058 fueron condenados a muerte en el mundo, según datos de Amnistía Internacional. China obtuvo, con más de mil ejecuciones, el primer puesto en ajusticiamientos en 1999 y, según otra organización abolicionista, ha ejecutado a más de 1.100 personas en lo que va de año. "No hay ningún Estado que actualmente practique la pena de muerte con tanta intensidad como la República Popular de China", aseguró el ex ministro de Justicia francés Robert Badinter, artífice de la abolición de la pena capital en Francia en 1981. Instó a Pekin a observar "una moratoria inmediata" de las ejecuciones y de las condenas para llegar a la "necesaria abolición".
En EEUU, 85 reos fueron ejecutados el año pasado y más de 30 este año, incluidos los dos que, este mes y por primera vez en 38 años, lo fueron por orden de las autoridades federales, no las estatales.
Los miembros de la FIDH explicaron ciertos rasgos del sistema judicial de EEUU que propician la perpetuación de la pena de muerte.Entre ellos, destacaron el sistema de elección de jueces y fiscales, que en sus campañas electorales prometen mano dura contra el crimen; el sistema de selección del jurado, por el que "los miembros de la misma minoría que el procesado y los adversarios de la pena capital son inhabilitados para formar parte de jurados", o las dificultades para revocar una condena de muerte. El ex secretario general de la FIDH, Etienne Jaudel, que acompañó a Jacoby en una visita a Texas dijo que en dicho estado no hay un sistema organizado y unitario de ayuda judicial, de manera que es el juez quien designa al abogado de oficio y le asigna un sueldo".

Más de 34 años esperando morir

Tres testimonios de personas que se salvaron a último momento de la ejecución conmovieron hoy a los participantes del congreso.
"Lo que viví es inenarrable", dijo el japonés Sakae Menda, 76 años, 34 de los cuales los pasó esperando ingresar a la sala de la muerte.
Menda fue condenado a muerte en 1949 por el crimen de un monje sintoísta y de su mujer, y fue absuelto recién en 1983. Expresó que vivió esos 34 años "cada día con el temor de no pasar la noche, las ejecuciones son anunciadas a los condenados la misma mañana".
En 1965 Sakae Menda fue repudiado por su familia, a causa de la "vergüenza social" por la pena recibida. Las condiciones en la prisión eran durísimas, "no podía sentarme o recostarme sin autorización", recordó. Menda fue el primero en su país en escapar del verdugo y desde entonces otros tres condenados fueron reconocidos inocentes. "Mientras estaba en la cárcel -contó- dije adiós a 70 condenados que iban al patíbulo".
En Japón existen 110 condenados a la pena capital, a 50 de los cuales se les rechazó las apelaciones y "pueden ser ajusticiados de un día para el otro". (ANSA)

En Texas, el dinero define quién es el culpable

* El "sobreviviente" Kerry Max Cook, texano de 45 años, fue condenado a muerte en 1977 por la brutal violación y asesinato de una adolescente. Luego de 22 años de agonía en las puertas de la sala de la muerte, este hombre fue juzgado nuevamente y absuelto en 1999, gracias a pruebas del ADN. "No hay blancos ricos en las salas de la muerte de Texas", añadió Cook. "Mi familia tenía sólo 500 dólares para pagar a un abogado, fui condenado: el primer sospechoso, después condenado en 1999, había podido pagar un buen abogado", afirmó. Cook confesó haber sido reiteradamente violado en la cárcel .
* La libanesa Antoinette Chahine, 26 años, fue declarada inocente pero tras cinco años de sufrimiento. La joven había sido arrestada en 1994 y condenada a muerte en 1997 por un atentado: "Había salido para comprar un regalo a mi madre ", recordó. "Durante un mes no pude hablar ni caminar", dijo Antoinette, que en 1999 fue absuelta .

   
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