Comenzó una frágil tregua en Medio Oriente

El jefe de la CIA partió tras el acuerdo parcial.

Rechazo de grupos extremistas y de la gente

RAMALLAH, CISJORDANIA (ANSA) - El líder palestino Yasser Arafat no podrá fácilmente convencer a su gente y a las principales organizaciones políticas palestinas de la necesidad de poner fin a cualquier forma de intifada, incluso no armada, contra Israel.
La mayoría de la población en los Territorios ve en el plan del cese del fuego presentado por el director de la CIA, George Tenet, aceptado el martes por Arafat, un "complot" para poner fin a la rebelión contra la ocupación y apoyar la política del premier israelí Ariel Sharon.
Los integristas islámicos hablan directamente de un intento norteamericano e israelí dirigido a desencadenar un conflicto entre los palestinos, razón por la cual afirman que no abandonarán la revuelta.
"No es justo encarcelar a los dirigentes islámicos, todos los palestinos participaron de la intifada", declaró el portavoz del movimiento islámico Hamas, al denunciar el entendimiento entre Arafat y Tenet Otro exponente de Hamas, Ismail Abu Shanab, dijo que "frente a una campaña de detenciones", su organización "no podrá hacer otra cosa que intensificar las operaciones (armadas )".
Pero los primeros en protestar contra el acuerdo mediado por Tenet fueron los dirigentes de Al-Fatah, la más importante de las formaciones políticas palestinas dirigida por Arafat. Mientras el líder palestino aceptaba el plan norteamericano, Marwan Barghuti, jefe de Al-Fatah en Cisjordania, dirigió una manifestación de protesta en las calles de Ramallah.

Análisis: Más dudas que alivio

El acuerdo logrado entre israelíes y palestinos para la consolidación del cese el fuego en base a propuestas del jefe de la CIA, George Tenet, no trajo demasiado alivio en Cercano Oriente.
Los palestinos, que se estaban durmiendo cuando Yasser Arafat dio su aprobación al acuerdo en horas de la madrugada (local), delinearon un futuro bastante oscuro.
Los 630 muertos y casi 15.000 heridos, las cicatrices espirituales y la destrucción material que causó el enfrentamiento hasta ahora fueron el desencadenante para que los escépticos de ambos lados, que no ven con buenas perspectivas el acuerdo dieran rienda suelta a sus opiniones.
"No nos hagamos ilusiones, todo esto no es más que una exitosa preparación diplomática para el ataque militar de Israel que todos esperan", escribió en el diario "Yediot Ajronot" Eitan Haber, asesor del primer ministro israelí asesinado Itzhak Rabin.
Casi todos los israelíes dudan de la disposición de Arafat para terminar con la violencia de su lado. Sin embargo, éste es, en el Plan Tenet, el punto de partida de todos los pasos encaminados a la distensión en la región. Las medidas israelíes destinadas a la distensión militar se instrumentarán sólo cuando finalicen los ataques palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza. "La cuenta regresiva comienza con la última piedra arrojada", advirtió Israel.
La vuelta a la normalidad después de meses de violencia puede convertirse en un obstáculo para Arafat , quien se enfrenta al problema de no poder ofrecer al pueblo ningún resultado concreto que justifique el cese de la Intifada (levantamiento).
En parte fue por ello que durante las últimas semanas él y sus ministros presionaron por que volviera a tratarse Israel suspenda en forma inmediata la construcción de asentamientos en suelo palestino. La comunidad internacional está de acuerdo con este requisito. Sharon, presionado por la derecha, también acuerda con este punto del Plan Mitchell, aunque sostiene que se hará efectivo sólo si se logra el alto el fuego en los territorios palestinos. (DPA)