Martes 12 de junio de 2001

 

El héroe de guerra que desató el horror

 

El terrorista ejecutado ayer en EE.UU. es aún un misterio, incluso para los psiquiatras que lo examinaron. Su odio al gobierno federal fue el detonante.

  Timothy McVeigh, de 33 años, representaba al modelo de hombre típico de la clase media estadounidense. Blanco, rubio, ojos azules, hijo de padres divorciados, aficionado a las armas y condecorado veterano de guerra , la del Golfo, McVeigh era un estadounidense "estándar".
Sin embargo, a diferencia del común de sus conciudadanos, tenía un profundo resentimiento contra su gobierno. Esto lo llevó, en 1995, a perpetrar el peor atentado terrorista de la historia del país, en el que murieron 168 personas, entre ellas 19 niños.
Hasta su último día de vida ni los psiquiatras ni los sociólogos pudieron explicar qué razones empujaron al ex soldado ejemplar a cometer un acto que echó por tierra la idea estadounidense de que el terrorismo sólo podía tener firma extranjera.
Nacido hace 33 años y criado en el oeste del estado de Nueva York, McVeigh fue en su niñez un asiduo aficionado a la televisión, el fútbol americano y las tiras cómicas de superhéroes.
Demasiado alto para su edad y de escasa coordinación física para los deportes, el hijo de un obrero de fábrica era llamado "Fideo McVeigh" en la escuela. Su abuelo le enseñó a usar armas de fuego cuando tenía 13 años y desde ese momento se aficionó a las revistas de ese pasatiempo.
Según Lou Michel y Dan Herbeck, periodistas que sostuvieron una amplia correspondencia con McVeigh y escribieron el libro "American Terrorist" en el que relatan los detalles del atentado, éste recibió la primera lección contra el gobierno en su adolescencia.
En esos años McVeigh leyó el libro de un racista blanco sobre un hombre ficticio que reacciona al control de armas del gobierno destruyendo el cuartel general del FBI en Washington.
En 1988 ingresó al ejército donde conoció a Terry Nichols, quien siete años después sería su principal cómplice en el atentado en Oklahoma City.
Condecorado tras la guerra del Golfo, McVeigh regresó a Estados Unidos con la intención de ingresar al famoso pelotón de los "Boinas Verdes", pero no lo consiguió. Según Michel y Herbeck, la depresión lo llevó a leer cada vez más libros en contra del gobierno. El propio McVeigh explicó cómo sus teorías políticas se vieron confirmadas en Ruby Ridge, Idaho, el 21 de agosto de 1992 cuando agentes federales mataron a la esposa y el hijo de Randy Weaver, un racista blanco acusado de vender armas al que pretendían arrestar.
Sin embargo, el detonante pareció ser el sitio y el asalto que el gobierno federal llevó a cabo en 1994 contra la Rama Davidiana en Waco, Texas, donde tras dos meses de asedio, el FBI llevó a cabo una intervención en la que perecieron más de 80 personas, casi todas miembros de la secta.
A partir de ese momento el odio de McVeigh no tuvo límites y empezó a organizar el atentado contra el edificio federal de Oklahoma City, el 19 de abril de 1995, exactamente dos años después de los sucesos de Waco.
Su instrumento fue un enorme vehículo de muerte: un camión cargado con más de tres toneladas de explosivos armado con la ayuda de su amigo Nichols.
Tras ser capturado y considerar que había cumplido su propósito, el niño rubio, esbelto y tímido transformado en monstruo confesó la autoría del hecho en un juicio, no apeló ante La Corte Suprema y consideró que pedir clemencia al presidente George W. Bush era "un gesto inútil".
El último visitante que tuvo McVeigh fue su padre Bill McVeigh, a quien reiteró que no guardaba más rencores ni tenía remordimientos por su acción.

Se consideró "invicto" hasta el final

Terre Haute, EEUU (EFE).- El terrorista Timothy McVeigh se declaró "invicto", según un poema que, a modo de "última declaración", dejó preparado antes de morir.
Tal como ya lo había hecho desde que fue detenido en 1995 por el atentado en Oklahoma City, McVeigh, de 33 años, citó -esta última vez por escrito- al poeta del siglo XIX, William Ernest Henley en un verso titulado "Invicto".
El periodista Nolan Clay, de Oklahoma, que fue testigo de la ejecución, indicó que McVeigh escribió "textualmente, palabra por palabra, coma por coma" el poema de Henley, en una hoja en la cual puso la fecha, 11 de junio de 2001, y firmó.
El poema expresa textualmente:
"En la noche que me cubre/tenebrosa como el abismo de polo a polo/ doy gracias a cualesquiera dioses que puedan haber /por mi alma inconquistable.
/Al caer en la trampa de las circunstancias / no he gemido ni he gritado/ bajo los golpes de la suerte/ tengo la cabeza ensangrentada pero erguida/.
No importa cuán estrecho sea el portal / cuán cargado con castigos el edicto /Soy el amo de mi destino/ Soy el capitán de mi alma.
(EFE)

   
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