Jueves 7 de junio de 2001

 

Blair quiere hacer historia en comicios británicos

 

Los laboristas podrían lograr hoy por primera vez dos períodos consecutivos, de la mano del primer ministro y su "tercera vía", aunque esta vez le exigirán un mandato "más social".

  LONDRES (ANSA) - Luego de una de las campañas electorales más aburridas de las últimas décadas, 44 millones de británicos están llamados hoy a las urnas en unas elecciones que, según las encuestas, marcarán dos hitos: será la primera vez que los laboristas ganen dos elecciones consecutivas y la abstención más alta desde la Segunda Guerra Mundial.
Pese a que las últimas encuestas reducen la brecha entre el premier Tony Blair y su rival conservador William Hague, sería uno de los fiascos más grandes de la historia si el candidato laborista no triunfara con la mayoría absoluta. La última encuesta del diario The Guardian, que la semana pasada dio 19 puntos de ventaja a Blair, dio ayer una diferencia de 11 a favor del premier, un 4% menos, la misma proporción que ganan los conservadores. No obstante, quizás la mayoría podría ser finalmente menor de los 179 escaños que le sobraron en 1997, en las que se impuso a los "tories" con 418 bancos sobre 165 (419 sobre 161 tras algunas elecciones parciales por fallecimientos o renuncias).
Otro factor que puede producir una sorpresa en el resultado de mañana es el gran número de indecisos, aunque lo más probable es que la mayor parte de estos, desencantados con el gobierno laborista y aborrecidos de los anteriores 18 años de los conservadores , no acudan a votar.
Según las previsiones, se calcula que la participación podría rondar en torno al 65%, seis puntos menos que en 1997, en el que hubo el mayor índice de abstención desde hace más de 50 años. El mayor desinterés se produce entre los jóvenes de entre 18 y 24 años.
El sistema electoral británico es mayoritario, por lo que el candidato más votado en cada una de las 659 circunscripciones electorales accederá a los bancos del Parlamento de Londres.
Blair, temeroso de que sus seguidores más tibios se queden en casa seguros de la victoria laborista pronosticada por los sondeos, insistió en la importancia de ir a votar: "El futuro de Gran Bretaña está en las papeletas de voto de mañana", dijo.
El primer ministro pidió a los británicos que le ratificasen su confianza para "continuar el trabajo" iniciado en el primer mandato y basado en la reducción del desempleo, el control de la economía con niveles bajos de inflación y de tipo de interés.
El líder conservador, William Hague, que se juega su puesto en el partido en estas elecciones, volvió a hacer un guiño a los ciudadanos desilusionados con los laboristas y alentó a votar por su formación "a los quieran un partido que cumpla sus promesas" y lanzó un guiño a los indecisos para que acaben con la "arrogancia" de Blair.
Por último, el líder liberal demócrata, Charles Kennedy, volvió a insistir en que su partido, al contrario que los laboristas, sí que cumplirá su promesa de invertir fuertemente en los servicios públicos.
La figura de Blair es complicada y ambigua. Carente de "un bagaje de cualquier tipo de ideología" -como alguna vez admitió-, el impulsor de la "Tercera Vía" reúne ideas tanto radicales como conservadoras para conformar una estrategia personal. El sector más izquierdista de su partido lo acusa de traicionar las líneas históricas de la agrupación. Blair condujo al partido hacia el centro del espectro político, apartándolo de la influencia de los sindicatos y de su antieuropeísmo para captar a los conservadores más templados del sureste de Inglaterra, sin os cuales no podía ganar unas elecciones. En el balance de su primer mandato, el peso de la buena gestión económica y, sobre todo, la caída del nivel de desempleo le permiten afrontar las elecciones con su popularidad intacta.

Más disturbios raciales

Los enfrentamientos raciales continúan en Gran Bretaña, donde el balance de una noche de enfrentamientos, en Leeds, entre jóvenes asiáticos y la policía, fue de cuatro heridos, seis detenidos, 24 automóviles y un comercio quemados .
Los disturbios de ayer se produjeron diez días después de una semana de fuego en Oldham, un suburbio de Manchester donde vive una importante comunidad asiática.
El ambiente y los protagonistas son los mismos: jóvenes hombres de una comunidad étnica en una zona urbana pobre del norte de Inglaterra. El detonante en Leeds fue un episodio ocurrido el domingo: la detención, por una infracción, de un joven local originario de Bangladesh. Las fuerzas del orden se habrían excedido con un joven y durante tres días la rabia de sus amigos siguió hasta generar una verdadera venganza.
El interés de las minorías étnicas por el voto de hoy es mínimo. La culpa, dice Simon Woolley, del grupo Operation Black Vote, es del "establishment". "¿Cómo se puede ser una democracia de inclusión cuando el parlamento de Westminster es un gueto de blancos anglosajones?", preguntó.

Escenario;: Después de todo, la campaña no fue "tan" aburrida: golpes, huevos, desnudos...

Tampoco fue tan aburrida la campaña electoral en el Reino Unido: se lanzaron huevos, se repartieron puñetazos y hubo hasta una modelo -rubia, exuberante como ella sola- candidata, que promete cirugía plástica para todos si llega a la Cámara de los Comunes.
Ni los soporíferos programas electorales de los partidos, ni la sonrisa eterna del primer ministro laborista, Tony Blair, han dejado tanta huella en la memoria de los votantes como las anécdotas e incidentes que han dado color a la campaña.
Hastiados por unos sondeos que siempre daban como ganador a un aspirante -Blair, sólo Blair y nada más que Blair-, los británicos han "agradecido", entre otros sucesos, el puñetazo que el viceprimer ministro, John Prescott, propinó a un manifestante que le tiró un huevo. Fue, sin duda, el acontecimiento de la campaña.
* Todo pasó cuando el viceprimer ministro -un hombre sencillo, ex obrero metalúrgico- lanzó su izquierda contra la cara de un agricultor que le había estampado un huevo en la espalda. El país pudo ver por televisión a Prescott, un tipo bajito pero de fuerte complexión física, enzarzarse en una pelea con el joven, mientras la policía trataba de mantener la calma. Sedientos de grandes emociones, los periódicos sensacionalistas titularon: "Olvídense de Rocky. Conozcan al campeón...¡Rechoncho!", tituló "The Mirror".
* Y si "John es John," (como lo justificó Blair) Jordan es Jordan, una modelo británica con un cuerpo espectacular que ha hecho subir la temperatura de la campaña al presentarse como candidata por Strefford and Urmston (noroeste de Inglaterra), aunque la verdad es que habría dado igual que se presentase por cualquier otro sitio. Melena al viento, la modelo, defensora del implante de silicona de sus pechos, hizo campaña al volante de su deportivo y prometido cirugía plástica para todos si logra su escaño en la Cámara de los Comunes. Jordan es conocida por sus desnudos en la famosa página 3 del diario sensacionalista "The Sun".
* Otra de las imágenes de esta campaña que no olvidarán los británicos es el cartel de los laboristas para asustar a los votantes ante una posible victoria del líder conservador, William Hague. Con una sonrisa perversa, Hague, que es totalmente calvo, aparece peinado con la célebre permanente y los pendientes de perlas de la ex primera ministra Margaret Thatcher.
* Pero si el cartel de Hague dio que hablar, el rostro lívido del liberal-demócrata Charles Kennedy ante un votante que irrumpió desnudo en uno de sus mítines no ha sido para menos. Kennedy tuvo que ver cómo un famoso exhibicionista ataviado exclusivamente con un sombrero en la cabeza y una frase escrita en el pecho: "Erecciones generales". Mientras los guardias de seguridad se le echaban encima, Kennedy comentó: "¡No pasa nada, hombre! ¡Somos un partido liberal!".

   
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