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Martes 26 de junio de 2001 | |
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El docente de Cona Niyeu se entregaría hoy |
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| VIEDMA (AV)- Sería inminente la presentación del director de la escuela albergue rural de Cona Niyeu, Miguel Gauna. El docente está sospechado de haber violado a una alumna de apenas 13 años que gesta el sexto mes de embarazo. El juez Jorge Bustamante, inició además una investigación paralela para determinar si alguien alertó al maestro sobre la orden de detención librada en su contra el viernes desde Sierra Grande. El aviso habría permitido que Gauna, de 53 años, no se encontrara en la escuela cuando llegó la Policía a detenerlo. No obstante, la sospecha sobre el presunto aviso habría sido desestimada por autoridades educativas que habrían justificado el viaje del docente a Buenos Aires. Según se supo, Gauna es una persona respetada en Cona Niyeu como lo son todos los docentes que cumplen tareas en estos lugares donde el maestro es considerado como una de las personas que mayor instrucción poseen. Además este director no sólo tendría consenso en el pueblo por esta razón sino porque hasta ofrecería clases de catecismo. Se cree que la niña habría sido sometida por el docente pero no está probado aún que Gauna sea el padre del bebé que la niña espera. Esta parece ser lamentablemente una historia más frecuente de lo que se puede suponer en escuelas albergues de la distante Línea Sur, no sólo por los kilómetros que la separan de los centros de decisión sino por una gran desprotección que se sufre. De no ser así este tipo de situaciones no sucederían tan a menudo. Muchos son los chicos que deben dejar sus hogares que se levantan en medio del campo donde no hay escuelas cercanas que posibiliten un futuro mejor. La instrucción de los niños es el objetivo de sus padres y el gobierno. Pero algo falla a tal punto que este tipo de situaciones límites quiebran la vida de una niña, como en este caso. Varias de estas criaturas permanecen en las escuelas albergues durante todo el ciclo lectivo sin ver a sus padres, que por distintas razones -la mayoría de ellas económicas- no pueden visitarlos. Los maestros se trasforman entonces en las únicas figuras paternas a las que los niños se aferran como patrones de protección. Para todos por igual es un daño irreparable, pero tal vez el efecto sea mayor en aquellos que tienen a sus padres tan lejos y a un maestro idealizado como la máxima autoridad tan cerca. |
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