Sábado 16 de junio de 2001

 

Piden tres años de cárcel para policías de Neuquén

 

Los acusan de balear a un joven en un enfrentamiento. En el juicio afirmaron que repelieron una agresión. Los defensores reclamaron la absolución y criticaron con dureza al fiscal.

  NEUQUEN (AN) - Con los mismos argumentos que fundamentaron el enjuiciamiento, porque consideraron que los hechos y sus autores fueron debidamente probados a lo largo del proceso, el fiscal Mario Rodríguez y su adjunto Cristian Piana pidieron que se condene a tres años de prisión de efectivo cumplimiento a los cinco policías que participaron de un operativo, en el cual resultó gravemente herido de un disparo en el abdomen el joven Pablo Ariel Castillo Palacio, de 26 años. Las querellantes Nerea Montes y Blanca compartieron los fundamentos y se adhirieron al requerimiento. Les imputaron el delito de lesiones graves, que tiene un máximo de pena de seis años de cárcel.
Los abogados defensores, Marcelo Inaudi del cabo Néstor Alberto Vázquez, y Angelino Arenas y Javier Cardelino del oficial Aquiles Valentín Jara, el agente Carlos Ivans Campos, el cabo primero Juan Alberto Curihuinca y el sargento Carlos Alejandro Vaca, rechazaron todos los cargos y pidieron la absolución de los acusados por falta de pruebas. Subsidiariamente, reclamaron también absolución por el beneficio de la duda.
Cardelino acusó a Palacio de haber disparado un revólver calibre 22 contra los efectivos, que fue encontrado cerca del escenario de los hechos, y de haber tenido en su poder además pistola 9 milímetros, que meses después le secuestraron en su casa.
Minutos antes de la 1 del 3 de marzo de 1999, en el barrio Villa Ceferino, Castillo Palacio fue baleado en medio de un enfrentamiento con los efectivos de la comisaría Tercera, que habían acudido a la esquina de Arabarco y Moreno, según dijeron, ante un llamado anónimo de los vecinos porque se escuchaban disparos. La pelea fue violenta, hubo forcejeos y tiros, participó alrededor de una decena de personas entre ambos bandos y los efectivos debieron replegarse.
La presencia de Castillo Palacio en la sala de audiencias durante los alegatos, introdujo un elemento de especial expectativa, por los denuncias que el joven ha realizado contra los uniformados, a quienes acusa de amenazarlo permanentemente. Ese clima de tensión explotó finalmente, cuando la víctima y Vaca, presunto autor del disparo, se cruzaron imputaciones y el juez se vio obligado a ordenar el retiro de la sala del primero (ver aparte).
Ninguno faltó a la cita. Aunque con algunos llegaron con algunos minutos de demora , los acusados presenciaron los alegatos y al final no sólo insistieron en su inocencia, sino que atacaron duro al fiscal que los acusó.
"Vaca fue el autor del disparo que hirió a Castillo y sus camaradas fueron partícipes necesarios, porque facilitaron que el primero llevara a cabo la acción", dijo Rodríguez Gómez.
Sostuvo que si bien no se recuperó el plomo de la bala, las pericias no dejaron lugar a dudas que se fue disparada por el arma de Vaca.
En cuanto a la agresión previo que sufrió la víctima, el fiscal las consideró ampliamente avaladas por los testimonios de los testigos presenciales del hecho.
Sin embargo, destacó que la versión más sólida "fue la que brindó la propia víctima, porque es coherente con todos los demás elementos probatorios reunidos". Cuestionó por falaces los relatos "calcados" de los imputados, que a su entender no resultaron coherentes con la realidad de los hechos.
Inaudi rechazó los argumentos de fiscales y querellantes: "Según sus relatos los policías fueron a detener a cuatro monjes benedictinos y sin ningún motivo. Y no les escuché un sólo párrafo que fundamentaran la acusación".
"No hay prueba que avale que que sea de 9 milímetros la bala que hirió a Castillo", atacó Arenas. Cardelino también fustigó a los fiscales y recordó que la víctima del hecho tiene antecedentes de haber golpeado a un policia.

Hubo tensión en el tribunal

NEUQUEN (AN) - "A Castillo puedo mirarlo a la cara porque está más que probado que soy inocente", le dijo el sargento Vaca al joven, mirándolo a la cara. La reacción fue espontánea. "Mirá lo que me hiciste hijo de puta...", le respondió y se puso de pie para encararlo. Sus familiares y allegados tuvieron que esforzarse para contenerlo y el juez le ordenó que saliera de la sala.
Fue el momento de máxima tensión, pero no el único. En la primera jornada las autoridades del TSJ, donde se hizo el juicio, no permitieron que se colgaran en las rejas las pancartas que reclamaban justicia.
Otro aspecto saliente de los alegatos fue la frontalidad que emplearon los defensores para cuestionar a los fiscales y querellantes. Inaudi apeló a doctrina jurídica para rechazar argumentos acusatorios y, de paso, también le lanzó dardos envenenados al juez Lardit: "respeto, pero no comparto en absoluto la manera que hace los interrogatorios. A los imputados no les permitió hilvanar una sola respuesta con sus interrupciones".
El imputado Jara también apuntó con dureza al fiscal: "estoy asombrado, después de escucharlo, no sé cómo tendré que hacer mi trabajo. Todo lo que hicimos para él careció de validez".

Foto: A la víctima, Pablo Castillo Palacio -en primer plano- hubo que contenerlo cuando se abalanzó sobre el acusado de haberlo baleado.

   
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