Jueves 7 de junio de 2001 | ||
MAS INFORMACIÓN. |
Historias de testigos |
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CIPOLLETTI (AC)- Se la conoció como "Doña Pocha" y tuvo sus quince minutos de triste fama en el caso Carrasco. Apareció en medio del juicio con una versión novedosa y explosiva del asesinato del soldado, que supuestamente había escuchado por boca de subtenientes enfermeras del cuartel. Hubo conmoción a tal punto que el fiscal pidió que se suspendiera el debate y empezara de nuevo la instrucción en base al testimonio de esta mujer mayor, que decía dedicarse a tareas de costura. Pero a poco que se investigaron sus dichos se descubrió que habían sido armados por un estafador chapucero de Neuquén que pretendía cobrar por su "contribución" a la causa. "Doña Pocha", que para algunos iba a cambiar el juicio, terminó presa por falso testimonio. Marta Cotz apareció en los programas sensacionalistas de la televisión antes que en los Tribunales, con una pesada acusación: dijo que sabía quién había matado a José Luis Cabezas. Apuntó contra un delincuente bonaerense de poca monta y en esos primeros días posteriores al crimen del fotógrafo, cuando todo era desorientación, se la escuchó atentamente. Más temprano que tarde salió a la luz la turbia historia que ocultaba esta mujer que escamoteaba su rostro a las cámaras: era una estafadora, estafada a su vez por la persona a la que involucraba en el asesinato. Es decir, buscaba vengarse. El triple crimen tuvo lo suyo. Fue un periodista porteño (del mismo programa televisivo que había recibido a Marta Cotz) el que descubrió en una esquina de Cipolletti a un chiquito vendedor de limones. El menor combinó información fragmentada que había trascendido públicamente con una manera convincente de relatar, y ofreció ante las cámaras una historia sobre el supuesto abordaje violento de las víctimas a las cuales, decía, las metieron en el baúl de un Taunus verde. Esto lo ayudó a lograr un efímero estrellato en algunos medios, pero se contradijo tanto cuando declaró ante la justicia que ahora apenas unos pocos lo recuerdan cuando repasan anécdotas de la causa. Hay muchos casos más, similares a estos. En las causas complejas suelen aparecer testigos que supuestamente están en condiciones de quebrar con todo lo conocido y aportan datos nuevos y reveladores. Los jueces, que acostumbran inocularse una dosis de incredulidad antes de escucharlos, los toman con precaución. Y si lo que dicen no encaja con el resto del expediente los descartan, aunque brinden una versión seductora. Nadie sabe si la menor que en estos días ocupa el centro de la escena en el juicio por el triple crimen responde a alguno de los estereotipos antes descriptos. Pero ha dado tantas marchas y contramarchas con su relato que obliga a redoblar la cautela. Así lo han entendido todos los que la escucharon el martes a través de un circuito cerrado de televisión. "La señorita miente de acá a la China" CIPOLLETTI (AC).- "Esta piba está recontra preparada o lee muchas historias", opinó ayer Claudio Kielmasz con respecto a la menor que lo involucra en los crímenes. Y agregó: "la señorita miente de acá a la China". |
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