Miércoles 20 de junio de 2001
		Neuquén perdió más de tres millones por las crecidas
		Los lugares donde el río no está regulado son los más afectados.
		NEUQUEN (AN).- Las lluvias y las crecidas de los ríos provocaron en Neuquén pérdidas que superan los tres millones de pesos. Un informe elaborado por la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas, que será presentado hoy al gobierno neuquino, detalla los daños que sufrieron canales de riego, tomas de agua, áreas de cultivo y defensas aluvionales en distintos puntos de la provincia. El informe será remitido a las autoridades nacionales para que se declare en emergencia hídrica a la provincia y disponga de fondos que ayuden a recomponer la situación, sobre todo en las zonas más alejadas. "Hay pérdidas muy importan-tes y hay trabajos con los que es necesario empezar lo más pronto posible porque en muchos casos se trata de pequeños productores que tienen sus parcelas o chacras bajo agua", dijo Elías "Gringo" Sapag, el representante neuquino en la Autoridad de Cuencas. "También hay problemas en las defensas y en las tomas de aguas; en los canales y en las compuertas", describió. Sapag explicó que una de las localidades más golpeadas por las crecidas es Sauzal Bonito, donde el agua llegó hasta las casas de los vecinos del paraje. "Hay que realizar una defensa costera contra la inundación, entre otros trabajos complementarios", indicó. El funcionario explicó que técnicos y profesionales de la provincia y de la AIC recorrieron los lugares afectados y determinaron qué obras es necesario realizar. Los daños se registran en zonas donde los ríos no están regulados. El escaso frío que se registró durante el otoño y la copiosa llu-via se dieron la mano para poner en emergencia a la provincia. Emergencia hídrica La declaración formal de una emergencia hídrica supone que Nación y la provincia hagan su aporte, que se sumará al de la Autoridad de Cuencas, a pesar de que los mayores problemas, por el momento, se registran en lugares donde no hay represas. Las tareas a desarrollar son muchas, En Curi Leuvu, un paraje cerca de Chos Malal, hay que construir una defensa nueva, da-do que el río invadió las chacras ribereñas en las cuales durante la temporada se cultiva maíz y asfalfa. Los trabajos en las defensas se deben extender desde Curi Leuvú hasta Chos Malal. El habitualmente manso arro-yo Covunco también hizo de las suyas y en la crecida perjudicó la boca toma y el canal de riego. En la zona de Loncopué, el río Agrio derribó la tradicional pasarela de Huarenchenque, una vía fundamental para la comunidad mapuche Mellao Morales y para los lugareños. En Las Ovejas hay que reconstruir las defensas aluvionales. En Los Guañacos hay que trabajar en la toma y la boca toma del arroyo Lileo, mientras que en Taquimilán el arroyo se salió de cauce y además hay que reparar un acueducto. En Las Lajas se volcaron las defensas del barrio Las Lajitas y directamente "hay que hacerlas de nuevo", explicó Sapag. El representante de Neuquén en la AIC consideró que hay una serie de trabajos que se pueden comenzar de inmediato y otros con los que recién se podrá comenzar dentro de tres o cuatro meses. En este contexto estimó que seria necesario que se agilicen los trámites para conseguir la declaración de emergencia para enseguida salir en busca de los recursos. Aún sin picos máximos, los ríos vendrán con mayores caudales CIPOLLETTI (AC)- El río Limay podría alcanzar este fin de semana o el lunes venidero un caudal de 1.300 metros cúbicos por segundo, en un salto importante respecto de los 1.090 que trae ahora, por lo que el Negro, sumando los 540 del Neuquén, correrá con poco más de 1.800 metros cúbicos por segundo. No obstante se anuncian nuevas lluvias en las altas cuencas desde este sábado, o el domingo, por lo que El Chocón podría entrar a mediados de la semana venidera en la Franja de Atenuación de Crecidas lo que obligaría, entre el 27 o 28 de este mes, a erogar desde Arroyito caudales superiores a los 1.400 metros cúbicos por segundo, lo que llevará al Negro a los 2.000 metros. Durante los días últimos no se produjeron precipitaciones lo que permitió un gradual pero lento descenso de los afluentes a las represas de Alicurá y Piedra del Aguila. Este complejo desde hace varios días opera dentro de la FAC, inmediatamente anterior a la franja que termina en el límite del coronamiento. Los Barreales, en la cuenca del Neuquén, también está manejándose en FAC. Desde la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas se indicó ayer que está fijado en los contratos de concesión con las hidroeléctricas que, dentro de esas franjas, deben erogarse caudales más altos cuando mayores sean los afluentes y los niveles alcanzados por cada embalse. El objetivo es recuperar la capacidad de absorción de nuevas crecidas, desembalsándolos a niveles de operación normales, compatible con las condiciones aguas abajo. En previsión de lluvias que en función de los pronósticos de la AIC se producirán a partir del 23 o 24 de este mes en las cuencas del Limay y Collón Cura -las que se intensificarían hacia el 26 o 27- se continuará con pautas especiales de operación en los embalses del Comahue. La AIC, empero, no descarta la posibilidad de que El Chocón pueda ingresar a la Franja de Atenuación de Crecidas, no obstante las erogaciones sostenidamente elevadas que se han venido realizando desde mayo en el Limay desde Arroyito con el fin de aumentar la disponibilidad de nivel en esos embalses. En caso de mantenerse desde El Chocón-Arroyito erogaciones de no más de 1.200 metros cúbicos por segundo, El Chocón aumentará su nivel e ingresará en FAC, tentativamente a mediados de la semana venidera, en razón de que Piedra del Aguila, que también opera en FAC, erogará por varios días un caudal superior a los 1.400 metros. La AIC considera necesario y conveniente incrementar gradualmente las erogaciones de Arroyito al orden de los 1.300 metros cúbicos/segundo, para disminuir el ritmo de aumento de nivel en El Chocón y evitar erogaciones muy superiores en la última semana de junio. Se dijo en la AIC que los caudales del Neuquén por El Chañar serán regulados según las normas de atenuación de crecidas de manera de mantener a los caudales del río Negro "dentro de los mínimos posibles".
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