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Javier Saviola, una de las principales figuras del seleccionado argentino que jugará desde hoy una nueva edición del Mundial Sub-20, aseguró que José Pekerman, "sabe como tratar a un jugador".
"Pekerman sabe como tratar a un jugador, le da mucha libertad para jugar, y a los jugadores que les gusta jugar buen fútbol eso les hace bien", afirmó el delantero de Ríver Plate.
A pocas horas del debut en el Mundial ante Finlandia, el "Conejo" Saviola comentó que el e -quipo nacional "no tiene obligación de ganar el Mundial".
"Obligación, no. Es una palabra que a ningún jugador le gusta, uno trata de aportar lo suyo para la selección y ojalá hagamos un buen certamen", declaró el cotizado delantero.
Respecto a la responsabilidad que tendrá el equipo al ser local, Saviola consideró que "seguro va a jugar a favor" del seleccionado, pero además rescató que hay "jugadores de primer nivel, lo que es más importante aún".
"El objetivo es ganar el Mundial, después se verá cúal es la mejor posición", apuntó.
Finalmente, Saviola opinó que el equipo deberá demostrar "el fútbol que tiene", lo que seguramente -según el futbolista- provocará que "la gente se vaya enganchando".
Pekerman, entre la gloria y los tropiezos
BUENOS AIRES (DyN) - José Pekerman es, antes que nada, una de las mejores noticias que le pasaron al fútbol argentino en los últimos siete años. Humilde, ganador, respetuoso del toque como bandera ofensiva, alma de docente. Todo eso -y tal vez algunas cosas más- demostró ser el ex taxista que en 1994 sedujo a Julio H. Grondona con un proyecto entonces revolucionario. Si hasta Carlos T. Griguol, el candidato de fierro para asumir la conducción de los juveniles, debió rendirse ante el plan propuesto por Pekerman.
Pero también es cierto que, en los últimos dos años, su imagen sufrió una indisimulable erosión a causa de varios tropiezos en distintos torneos, como el Mundial Sub-20 de Nigeria 1999 y el Sudamericano de Ecuador 2001.
La derrota más importante de todos -un verdadero fracaso, incluso según sus propias palabras- fue la no clasificación para los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 en aquel Preolímpico de Brasil en el que compartieron cartel nada menos que Aimar, Riquelme, Saviola y Cambiasso, por citar sólo a cuatro de los jugadores de primer nivel que estuvieron en ese torneo.
Pekerman encuentra en el inminente Mundial Sub-20 de Argentina la gran posibilidad de redimir ciertos pecados y de volver a sacarle lustre a su chapa de técnico exitoso. Sería, en realidad, un justo premio para alguien que siempre se preocupó por optimizar el nivel de la cantera argentina y por jerarquizar el trabajo desde las bases.
Con su cara de tío bueno y su personalidad exenta de magnetismo, Pekerman asumió como técnico de los seleccionados juveniles en 1994. A medida que su trabajo comenzó a verse traducido en la cancha, los elogios fueron lloviendo sobre su figura con fuerza de luchador de sumo. Y Pekerman, a quien bien podríamos considerar un técnico tacticista, se acostumbró a las conquistas deportivas.
Sus equipos ganaron el Mundial Sub-20 de Qatar 1995, el Sudamericano Sub-20 de Chile 1997, el Mundial Sub-20 de Malasia 1997, el Torneo Sub-21 Esperanzas de Toulon 1998 y el Sudamericano de Mar del Plata 1999. Pero, lo que es más valorable aún, abrazó esos títulos apostando a un fútbol comprometido con la estética y cultivando el Fair Play (Juego Limpio) que promueve la FIFA.
En este último punto, conviene no perder de vista el bochorno provocado por el juvenil argentino en el Mundial de Portugal 1991, bajo la conducción de Reinaldo C. Merlo. Por aquel escándalo, Argentina fue suspendida por dos años para competir a nivel juvenil.
La llegada de Pekerman sirvió también para darle vida propia a los equipos juveniles, históricamente opacados por el seleccionado mayor. Aquí, el acierto es compartido con la AFA, máxima responsable de la "independización" de los juveniles. Antes de la designación de Pekerman, el técnico del seleccionado mayor era quien elegía al entrenador de los juveniles (recordar los tándems Carlos S. Bilardo-Carlos Pachamé, Alfio Basile-Reinaldo C. Merlo).
Pekerman logró otra cosa importante, como es que el público argentino se identificara con sus equipos. Y eso no se compra en el almacén de la esquina. Se gana a fuerza de calidad de trabajo.
"Ojalá que juegue bien y salga campeón"
Un Mundial no se juega todos los días. Por eso estoy convencido de que los integrantes del actual plantel de Argentina deben estar sintiendo una sensación muy especial, unas ganas enormes de hacer las cosas bien y llegar al objetivo deseado, al título de campeón.
Me consta que jugar un Mundial con la camiseta celeste y blanca es lo máximo que le puede pasar a un jugador. En lo personal, los seleccionados juveniles representaron una cosa muy fuerte para mí. Cuando tenía 14 años estuve en el Sub-17. Y después jugué dos Mundiales Sub-20, el que ganamos en Malasia en 1997 y el de Nigeria 1999, en el que no nos fue tan bien.
Ojalá que Argentina juegue bien y salga campeón. Buenas individualidades tiene de sobra. Fabricio Coloccini, Nicolás Burdisso, Leandro Romagnoli, Javier Saviola y Alejandro Domínguez son jugadores capaces de marcar diferencias frente a cualquier rival.
Además, con José Pekerman en el banco de suplentes las cosas se simplifican. Cuando fuimos a Malasia llegamos con la presión de tener que defender el título de Qatar, y sin embargo salimos adelante gracias al muy buen plantel que teníamos y a la capacidad de Pekerman para transmitirnos toda su sabiduría.
José mostró siempre una gran facilidad para cambiar sobre la marcha el ritmo de un partido, para hacer un cambio táctico en el momento justo. En realidad, éramos un equipo muy inteligente y todos estábamos muy identificados con la línea de juego que propuso el técnico.
Esperemos que Argentina alcance el nivel de juego que pretende Pekerman y que todos podamos disfrutar con las actuaciones del equipo. Y si salimos campeones, la fiesta será completa.
Por Esteban Cambiasso
(Campeón del mundo en Malasia "97)
El gobierno no hace aporte
BUENOS AIRES (DyN) - El gobierno nacional no realizará ningún tipo de aporte económico para organizar el Mundial de fútbol Sub-20. Según aseguró el presidente de la AFA, Julio H. Grondona, el Estado sí se encargará "de la seguridad y la logística" del certamen.
"En lo que hace a la seguridad y la parte logística tendremos en las seis sedes la amplia colaboración del gobierno para poder demostrarle al mundo que estamos en condiciones de hacer un Mundial sin que el gobierno tenga que poner absolutamente un peso", comentó Grondona.
El titular de la AFA agregó que ante la situación socio-económica que atraviesa el país "sería desleal que se destinara al fútbol el dinero que pueden necesitar otros sectores".
•Estadio: El único estadio construido para el Mundial Sub-20 es el de Salta, propiedad del gobierno de esa provincia. Tiene capacidad para 20.400 espectadores y se encuentra ubicado al sur de Salta, a quince minutos del centro de la ciudad y a unos cuatro kilómetros del aeropuerto.
Allí se disputará el Grupo "E", en el que participarán Ecuador, Etiopía, Holanda y Costa Rica.
•Juego limpio: En los doce Mundiales juveniles organizados hasta el momento por la FIFA, Argentina se quedó en una sola oportunidad con el premio Fair Play (Juego Limpio).
Fue en Malasia 1997, con José Pekerman como técnico. Hasta el momento, ningún seleccionado obtuvo el Fair Play en más de una ocasión. |