Jueves 7 de junio de 2001
 

La marcha de San Lorenzo parece tener destino triunfal

 

El conjunto de Boedo tiene servido el título del Clausura

  Imparable en su carrera, San Lorenzo de Almagro llega a la última fecha del torneo Clausura con el título servido en bandeja por su eterno rival, Huracán, y entregado por la impotencia de un Ríver Plate que repite el mal final del año anterior.
San Lorenzo tiene todo para ser campeón y, de concretarlo, será un campeón justo, y dará una merecida vuelta olímpica por primera vez en el "Nuevo Gasómetro".
Es el mejor equipo del torneo y lo demostró en gran parte del certamen, con una espectacular racha de diez victorias consecutivas desde que, en la octava fecha, la derrota en el clásico ante Ríver pareció firmar la resolución del certamen.
Cuando San Lorenzo se encaminó y transformó la pelea por el título en un duelo cabeza a cabeza con Ríver, el técnico "millonario" Américo Rubén Gallego se jactó de que la lucha los favorecería porque su rival "siempre se cayó en los momentos de definición".
Parece que esa frase fue lapidaria para el entrenador millonario.
Por segunda vez consecutiva, el que aflojó sobre el final fue Ríver, y lo hizo envuelto en circunstancias muy parecidas a las de diciembre. Además, también su continuidad estaba en peligro, pero a diferencia de aquella vez, en esta oportunidad el alejamiento se convirtió en realidad para el cuestionado entrenador.
Ríver nunca se mostró como un verdadero equipo en todo el certamen y fueron sus individualidades quienes lo sostuvieron en lo más alto de la tabla.
Las mismas figuras que, como otras veces, en situaciones adversas pierden la cabeza y terminan condenando al equipo.
En cambio San Lorenzo se erigió con el correr de los partidos en un conjunto sólido, de perfil bajo, donde la idea colectiva permitía (y no dependía de) el brillo de las figuras.
Así se destacaron Bernardo Romeo y su olfato goleador, Leandro Romagnoli y su habilidad, Raúl Estévez y su poder de desequilibrio, Sebastián Saja y su seguridad bajo los tres palos, Fabricio Coloccini y su jerarquía propia de un veterano a los 19 años.
Tal vez haya sido determinante la doble apuesta de los "millonarios", que los desgastó físicamente, mientras que San Lorenzo se despidió rápido de la Copa y se metió de lleno en el Clausura.
Lo que queda claro es que San Lorenzo dejó a lo largo de las últimas fechas una imagen de equipo campeón -ganó diez partido consecutivos-. Por eso cuesta imaginar que se le escape el título.
Por eso será justo que el domingo vuelva a dar una vuelta olímpica después de seis años.

Romeo es cauto a la hora de hablar del título

BUENOS AIRES (DyN) - El goleador de San Lorenzo y del torneo Clausura, Bernardo Romeo, advirtió ayer que el título no es una realidad sino una posibilidad muy concreta, y señaló estar "muy feliz por todo lo que está pasando".
"Sabemos que sacamos una diferencia importantísima, pero ahora nos queda Unión, que será un rival difícil. No nos apuremos que todavía falta", pidió Romeo, con un tono mesurado que nace en el entrenador chileno Manuel Pellegrini y se prolonga en el resto de los integrantes del plantel.
El delantero, quien antenoche anotó los dos goles de la fundamental victoria sobre Argentinos Juniors que dejó a San Lorenzo a las puertas del título, justificó su cautela en que "cualquiera te puede ganar", pero resaltó que están "mentalizados para llegar al objetivo".
"Estamos contentos y confiados, pero somos conscientes de que falta un partido y no hay que hacer cosas raras", insistió el delantero, quien seguramente será el máximo goleador del Clausura, ya que lleva anotados catorce tantos, contra trece de Martín Cardetti y once de Javier Saviola, quienes el domingo no jugarán al estar suspendidos.
Romeo afirmó que "ahora hay que entrenarse con todo para la última final", en alusión al choque del domingo ante Unión de Santa Fe, en el que les alcanzará con un empate para dar la vuelta olímpica.
Al señalársele lo mucho que festejaron el público y los jugadores de San Lorenzo el gol con que Huracán le ganó 3 a 2 a Ríver, Romeo respondió que "no había otra forma de gritarlo, estaba en juego un título. Más allá de que Huracán sea el eterno rival de San Lorenzo, era para gritarlo así. Era un gol para gritarlo toda la vida".
Romeo esbozó una sonrisa cómplice cuando se le recordó que jugó de entrada ante Argentinos debido a que Pellegrini decidió castigar a Sebastián Abreu por haber llegado tarde al entrenamiento del lunes.

   
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