Viernes 29 de junio de 2001

 

El click que congeló a las leyendas

 

Hermenegildo Sábat editó un libro de fotografías.

  BUENOS AIRES, (Reuters).- Captó con su cámara la amplia sonrisa de Louis Armstrong, interrumpió la calma de Fidel Castro en una visita en Montevideo y hasta se dio el gusto de que el músico argentino Astor Piazzolla posara para él.
Sin embargo, el uruguayo Hermenegildo Sábat, de 68 años, es reconocido inmediatamente como uno de los más agudos dibujantes políticos en Argentina, aunque haya presentado recientemente un libro de fotografías, una de sus aficiones.
"La foto de Louis Armstrong fue tomada durante una conferencia de prensa en Buenos Aires, en 1957. El se rió ante una pregunta estúpida", contó Sábat en una entrevista reciente.
"Imágenes latentes", un libro impecablemente editado con algo más de 100 fotografías tomadas a lo largo de casi 50 años, presenta una selección minuciosa de imágenes de músicos, de viajes y de situaciones curiosas.
"Parece de buen gusto sugerir que muchas cosas que nos rodean (tal vez la mayoría) insistimos en no advertirlas (...) Situaciones análogas abundan en lugares distantes que se ignoran", explicó el dibujante y fotógrafo en su libro.
La elección de las imágenes fue difícil. Por eso, Sábat se ocupó de encontrarle una "coherencia" a cada página, titulándola y sugiriendo una particular forma de mirar.
"Yo incluí muchas fotos de músicos porque tengo muchas fotos de músicos, pero no puse, por ejemplo, fotos de Duke Ellington y puse una de su hijo, Marcel, porque me venía bien con esa carcajada de Armstrong", señaló Sábat.
Cada disparo de su vieja cámara alemana Leica tiene una historia y fue sacada en un momento particular, espontáneo. Como sus retratos que hoy son una leyenda.
"La foto de Fidel Castro la saqué en el aeropuerto de Carrasco, en Montevideo en 1960. Yo no estaba de casualidad, fui a sacar fotos. El tipo estaría riéndose de mí o de alguien que pasaba por ahí", contó Hermenegildo.
Desde hace 28 años, Sábat ilustra las páginas políticas de Clarín, y sus dibujos también aparecen en The New York Times, L"Express, Liberation, The New Yorker y la revista Fortune.
En el libro aparecen dedicatorias a los fotógrafos Henri Cartier-Bresson y Robert Capa, a quienes admira.

Somos muchas personas

"Lo mío es dependiente de las noticias, nada más. Yo funciono en medio de la redacción. Para mí es una cuestión periodística, qué es lo que importa transmitir", explicó.
Este maestro del arte de decir sin palabras es un agudo crítico de la realidad nacional, pero prefiere dejar a los lectores la interpretación de sus dibujos.
A pesar de sus más de 40 años de experiencia, Sábat se muestra tímido a la hora de hablar de su relación con los políticos a quienes retrata diariamente.
"Yo no dibujo con timideces, pero soy tímido. La timidez funciona en algunas cosas muy concretas como en el acercamiento a los poderosos. Eso no me gusta, sé que funciono mal y que procedo con torpeza, entonces procuro no acercarme", señaló.
Pero para el ilustrador, la vida no sólo pasa por su trabajo. Una vez fuera del diario, reparte sus horas entre un taller donde pinta y dibuja, además de dar clases, y su casa.
"Yo estoy apasionado por lo que hago en el momento en el que lo hago. Pero todos somos muchas personas", concluyó.

El arte, pero sin palabras

Sábat siempre supo que su mayor deseo era convertirse en dibujante.
Pero también tenía claro que para ser bueno primero tenía que comprender cómo funcionaba la mentalidad de los periodistas que le pedirían las ilustraciones.
"Me di cuenta que para llevar adelante un proyecto de ilustrador tenía que pasar por la redacción. Fui redactor, titulé, fui fotógrafo, diseñé el diario, trabajé en el taller, hice de todo", contó Sábat, orgulloso.
Su carrera comenzó en Uruguay en una radio donde realizaba unas audiciones de jazz, uno de sus "berretines" (pasatiempos). Allí conoció a Jorge Batlle, actual presidente de ese país. Batlle más tarde le consiguió su primer trabajo como ilustrador en el desaparecido diario "Acción", cuando tenía sólo 21 años.
Sábat llegó a realizar ilustraciones para el diario "El País", uno de los más importantes de Uruguay, donde más tarde le ofrecieron ser Secretario General del periódico.
"Cuando me confirmaron como Secretario General yo dije chau y me vine a Argentina. Estuve cinco años trabajando en otras cosas hasta que tuve una posibilidad en "La Opinión"", expresó.
"La Opinión" fue un prestigioso diario argentino especializado en política y cultura que se editó entre 1971 y 1978 y que en 1977 había sido intervenido por la dictadura militar.
Pero el dibujante puso una condición: sus ilustraciones no debían tener palabras. Y así continuaron hasta estos días.
"Si yo no le pongo palabras a eso, no le estoy indicando a la gente qué es lo que quiero que piense. La gente piensa tantas cosas", reflexionó.
La ausencia de palabras en sus ilustraciones lo ayudaron a superar los duros años de censura de la última dictadura argentina (1976-1983), en la que desaparecieron o debieron emigrar cientos de periodistas y artistas.
   
® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación