Martes 19 de junio de 2001

 

Mujeres cuentistas en una antología

 

La literatura escrita por mujeres encontró un espacio de reivindicación en "Cuentos de escritoras argentinas", una antología preparada por Guillermo Saavedra que reúne textos de Esther Cross, Sara Gallardo y Griselda Gambaro.

  Buenos Aires, (Télam).- Es probable que a la hora de pensar la existencia de una diferencia sustancial entre la literatura producida por mujeres y por hombres, se imponga la presunción del crítico Maurice Blanchot, para quien la voz que escribe es una suerte de simbiote, una entidad bisexual que, cuando dice 'yo', oscila como un anfibio entre lo masculino y lo femenino.
La selección trabajada por el crítico Guillermo Saavedra "Cuentos de escritoras argentinas"y editada por el sello Alfaguara no se propone, sin embargo, discutir los fundamentos de la teorías de género sino rescatar una diversidad de enfoques que van de lo político a lo religioso, de lo público a lo privado, y de la percepción de la lengua a la conciencia del valor que ésta tiene como instrumento de dominación o alienación.
"Al igual que un mapa, una antología es siempre la nostalgia de lo desconocido que sopla en lo conocido y la sorda sospecha de que, más allá de la última frontera, existe algo que ya sabíamos pero nunca habíamos palpado; algo perdido y olvidado, el objeto imposible que mantiene activa la glándula de la melancolía", reflexiona el compilador desde el prólogo.
"Una antología es la puesta en escena de esa melancolía y esa nostalgia por toda la literatura ausente de nosotros: la que leímos y olvidamos, la que ignoramos, la que vendrá. La presente antología intenta, con humilde fervor, contribuir a reparar una triste modalidad de esa falta múltiple: la discriminación padecida por las mujeres, en este caso en el terreno de la literatura y en la incivil Argentina", señala.
Según Saavedra, se trata de darle cabida a una evidencia: reconocer la calidad de escrituras que suelen ser soslayadas, minimizadas o desleídas.
El autor de la antología no considera a lo femenino como un género o subgénero literario ni una amable variedad temática. Por eso, el libro no se sostiene en razones estrictamente literarias ni editoriales. Se trata más bien de una suerte de reivindicación en un mundo todavía obstinado en pensar en masculino.
Los 14 relatos que integran el volumen abarcan un abanico muy amplio de estilos y temáticas: autoras como Esther Cross, Liliana Heker y Luisa Valenzuela, por ejemplo, proponen variantes del vínculo fraterno. Ana María Shua, por su parte, cuenta la muerte de un padre a través del paralelo aparentemente indigno del acto de pescar.
En otro registro, Griselda Gambaro, Sylvia Iparraguirre, Vlady Kociancich, Tununa Mercado, Elvira Orpheé y Hebe Uhart ensayan distintas aproximaciones a las relaciones entre hombres y mujeres: desde un matrimonio donde el hombre somete brutalmente a su mujer y a sus hijos hasta un enamoramiento efervescente pero no correspondido, pasando por un intento de violación, un desencuentro doloroso y la persistencia del deseo más allá de la pérdida.
Por su parte, Sara Gallardo convierte la gesta del cruce de los Andes por el ejército de San Martín en un íntimo episodio de supervivencia de dos soldados enemigos que se resuelve rozando lo sobrenatural, en tanto que Liliana Heker y Silvina Ocampo exponen, por caminos disímiles, la tragedia de sendas mujeres alcanzadas respectivamente por la locura y la desgracia. (Télam).
   
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