Viernes 1 de junio de 2001

 

Bautismo de fiesta para el "Lope de Vega"

 

Los brindis de apertura del Teatro "Lope de Vega" durarán desde hoy y hasta el domingo, con artistas invitados. El estreno de "El té se enfría" será el 8 y 9 de este mes, en España 52.

  NEUQUEN (AN).-Tres jornadas de fiesta para dejar inaugurada la sala del Teatro Lope de Vega, ubicada en España 52 de Neuquén. Se invitó a compartir la buena nueva, desde hoy hasta el domingo, a las 21.30, con artistas invitados.
Pero hay más. El humor absurdo de Roberto Spina con su comedia "El té se enfría" será la excusa perfecta para estrenar el escenario del Teatro Lope de Vega. La pieza se pondrá en escena el 8 y 9 de este mes, a las 21.30 . La pieza que se exhibirá todos los sábados de junio, está dirigida por Darío Altomaro y cuenta con las actuaciones de Alicia Fernández Rego, Magdalena Fassola, Gabriela Díaz, Mauricio Villar y Pablo Aguirre. La iluminación es de José Luis Lagos. Las entradas ya se encuentran a la venta en la sede de dicho teatro que cuenta con una capacidad para 60 personas.
Altomaro adelantó que "El té se enfría" es una comedia que plantea "un choque entre dos generaciones, con respecto a todo lo que tiene que ver con lo cultural, la educación, la moral, la fe, la religión y lo sexual".
Es un tema "que muchas veces se trata, pero no desde el humor y nos decidimos a hacer la obra porque nosotros hace mucho tiempo que venimos haciendo algo más bien dramático, como `Los fusiles de la señora Carrar` de Bertold Brecht y siempre queríamos encontrar un texto que nos permitiera trabajar escénicamente el humor", contó el actor. En la visión de Altomaro, "en esta obra de Spina lo encontramos y para nosotros fue como una especie de desafío escénico que nos permitió incursionar en otro tipo de técnicas teatrales".
Consciente de que "hacer humor es mucho más difícil que hacer llorar", Altomaro confesó que "hace mucho que queríamos con Alicia Rego encontrar un texto que nos permitiera como grupo encarar un proyecto de esta naturaleza, esta obra de Spina nos gustó y la empezamos a trabajar". Luego del trabajo incansable de la producción, el director admitió que la pieza "nos llevó mucho tiempo porque en principio la queríamos estrenar en la Conrado Villegas y tuve que cambiar toda la puesta y adaptarla a la salita nuestra que es más reducida". Para Altomaro la nueva estética que tiene la pieza en este espacio reducido obliga al actor a estar con el público, "lo cual para el actor es diferente, porque no es lo mismo estar lejos de la gente y distanciado, que estar cerca".
Con distintos tópicos, el trabajo "habla de alguna manera de la libertad del ser humano y de qué manera de pronto esta se ve coartada por esa presión de una educación demasiado rígida y demasiado sectaria" evaluó Altomaro. Es un trabajo que Roberto Spina escribió en la década del `60, tuvo varias versiones "y nosotros -reveló el actor- la trajimos a esta época porque pensamos que podría ser urgente e interesante hablar de esos temas, porque todavía estamos manejándonos con valores que todavía no están caducos".
Sobre los arquetipos que se ven en la pieza contó que "tanto el personaje de Chiquita como el de Alicia son dos viejas, señoras muy grandes y mayores, pertenecientes a una oligarquía en decadencia, que quieren seguir manteniendo un poder que ya no tienen e imponer las reglas de su clase y con esa vara miden todo lo que las rodea".
Desde esa perspectiva, Altomaro asume que "todo el humor de Spina es terriblemente irónico porque te permite de pronto avanzar sobre temas muy serios". Los personajes, son estereotipos, casi símbolos de lo que representan. Tienen una interpretación sumamente exagerada que permite al público no identificarse inmediatamente con el personaje. "Una vez terminada la obra, según Darío- se sentirá que ese personaje dijo cosas que a lo mejor tocan demasiado cerca. Te permiten reírte, pero a la vez es una tragedia, un drama" . , pero vista así, la ves a través de un espejo que te permite verla desde otro ángulo y vos estás distanciado como para poder reírte".

Un nuevo proyecto de vida

NEUQUEN (AN).- "En una época de confusión organizada, de desorden decretado de arbitrariedad planificada y de humanidad deshumanizada, nunca digan: es natural, para que todo pueda ser cambiado". Lo dijo Bertold Brecht y es el motor que se impusieron los actores, directores, los dueños de la flamante sala. "Teatro Lope de Vega" nace una vez más de su nomadismo: nunca cenizas, porque aún errante, sin casa, habiéndola perdido en los altos del cine Español, cuando funcionaba en plena dictadura como único faro de cultura independiente, en medio de años de miedo y silencio, aún sin edificio la gente siguió trabajando. Trabajo que significó formar actores, defender una coherencia ideológica, marcar presencia: siempre cualquiera sea el partido gobernante. Fueron y son "no dependientes", férreos, encaprichados en el mejor sentido. Han "jugado" otra vez: esfuerzo y dinero de cada uno. Más: lo que la buena voluntad les proveyó. Más: las esperanzas intactas.
Que se abra una nueva sala, que figuras de la trayectoria, maestros de montones de generaciones de actores como Alicia Fernández Rego y Darío Altomaro defiendan las esperanzas y las entreguen a favor, es reconciliarse con la vida.

   
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