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Domingo 27 de mayo de 2001 | |
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Casamiento y fiesta yanqui junto al lago |
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La boda de una sobrina de Jarred Jones convocó en el año 1900 a muchos norteamericanos que luego se mudaron a Cholila • A la fiesta asistieron dos ex sheriff de Corckett County • En esta semana de 1899 se denunciaba el nacimiento en una isla del lago de Cristina Güenul, nieta del pionero mapuche que habitó en medio de las aguas • También volcaba sobre un manto de nieve (1914) un automóvil del servicio entre Neuquén y Bariloche. |
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Por Francisco N. Juárez |
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| El domingo 27 de mayo de 1900 la estancia de Jarred Augusto Jones amaneció sumida en el silencio propio de la comarca lindera con el Nahuel Huapi, pero no era un homenaje al séptimo día bíblico dedicado al descanso. Es que desde la víspera el lugar se pobló de visitantes que se entregaron a las agitaciones y a la comilona de una estruendosa fiesta de casamiento. Se trató de una jarana parlamentada en inglés con pronunciado acento texano y extinguida recién a la madrugada. A la salida del sol, el mutismo consecuente a los festejos era sepulcral. Lo único audible durante esa mañana en los ranchos de troncos donde Jones había hospedado a Ramón Lista en 1892 y al Perito Moreno en 1896, podría haber sido el llanto de Justo Jones, un bebé de seis meses y primogénito del dueño de casa. La criatura también solía aliarse al silencio apenas lo amamantaba la muy joven compañera del cowboy -pionero en la región-, un muchacha a la que Jones aún no había desposado: Bárbara Matilde Drachler, que tenía 23 años y sentía alguna nostalgia por su pueblo de Maine, Estados Unidos. Para entonces el estanciero cordillerano, anfitrión de la fiesta y ex cazador de búfalos, sobrellevaba con su casi gigante corpulencia once años de asentamiento en la zona, un tiempo en el cual nunca se había divertido tanto como ese fin de semana. No era para menos. El casamiento de una sobrina había convocado a los muchos norteamericanos que se habían recientemente asentado a orillas del Limay y en las proximidades del lago. Además, la celebración casi coincidió con su 38 nacimiento: Jones había nacido el 25 de mayo de 1863 en Bosque County, Texas. El casamiento resultó bien protocolar: el encargado del registro civil Luis J. Pefaure –que entonces contaba 30 años- lo asentó como acta número 7 del año mil novecientos y enfrentó a la pareja que unió en matrimonio luego de escucharles –como lo asentó el funcionario- su voluntad recíproca de tomarse como marido y mujer. Además los escuchó declamar la soltería precedente junto con la falta de impedimentos para desposarse (seguramente traducido por el vaquero anfitrión). El funcionario les leyó los artículos 50, 51 y 53 de la ley respectiva y les recitó la pregunta que los novios siempre contestan afirmativamente. Tras el "yes" arrebatado por el viento patagónico, Pefaure declaró casados a Guillermo Smith Veck y a Nélida Cooker. La pareja y sus parientes más cercanos acababan de arribar desde los Estados Unidos. Con los años, muchos de los presentes iban a registrar algún anecdotario que en la región enriquecieron una historia no tan conocida, por lo que vale la pena dar algunos detalles de este suceso familiar. El flamante marido tenía 30 años, figuraba domiciliado "en la costa del lago Nahuel Huapi" y había nacido en San Angelo, Texas, hijo de un agricultor que había fallecido en 1868 y de Catalina Starr, también fallecida en San Angelo, en 1876. Nadie se hubiera inquietado por esos datos, pero los nombres de Sam y Belle Starr se habían divulgado como los de una dúo temible en los registros del bandolerismo norteamericano: un bando impreso prometió 10.000 dólares en monedas de oro a quienes los aprehendieran vivos o muertos. Pero resulta imposible establecer si el joven Veck Starr tenía parentesco alguno con Sam y Belle, la célebre pareja fuera de la ley que fue apresada en 1886 y cumplió condena en Fort Smith. La novia, Nélida Cooker tenía 19 años, igual domicilio y era hija de Santiago Wesley Cooker, un agricultor norteamericano de Comanche County, Texas. El señor Cooker no estuvo en la ceremonia ni conoció la Patagonia. Seguía viviendo en Comanche separado de Sara Carolina Jones, la bella madre de la novia que debió ser quien expresamente la autorizó a casarse dada su minoría de edad. Entre los invitados al festín se alistó a John Crockett, el amigo entrañable de Jarred, gran buscador de oro y compañero de juventud en la caza de búfalos (llegaron juntos desde los Estados Unidos). También estaban Enrique Niel, asociado en varios arreos y negocios de hacienda, y no podía faltar Juan Comodoro Perry, otro norteamericano recién llegado a poblar estas tierras australes. Los testigos del casamiento fueron Benito Niño, un conocido hacendado de la zona del río Pichi Leufu, de 40 años y Benito Boock, un herrero alemán de Büdelsdorf, provincia lindera con Dinamarca, de 25 años y casado. Boock estaba instalado en la costa del Limay, por lo que no parecía escarmentado de la gran inundación del río Negro en 1899 que en Viedma le arruinó casa y bienes bienes que acumuló desde 1885, cuando se instaló en el país con su hermano Bernardo. Los que avalaron la identidad de los contrayentes debían conocerlos de los Estados Unidos. A esos efectos testimoniaron Jarred A Jones, que figuró con un año menos de los que acababa de cumplir y domiciliado en la costa del río Limay. El otro garante resultó Santiago Madison Sowell, norteamericano, de 48 años y también domiciliado en la costa del lago. Fue una fiesta campestre con típicos detalles norteamericanos del Oeste (mucho tocino, por ejemplo) y asadores de la carne que abundaba rumiante en los corrales (Jones ya había tendido alambres perimetrales en 1908) La presencia del testigo Sowell estaba justificada en los hechos, pero no habilitada en el acta en su condición de reemplazante –cobijas abajo- del abandonado marido de Sara Carolina Jones (ambos, al menos, se llamaban Santiago). Sowell, cuñado informal de Jarred, pertenecía a una numerosa familia de Crockett County, Texas, donde acababa de dejar su puesto de sheriff. Pero Juan Comodoro Perry, también en los festejos, lucía más méritos que Sowell por haber sido el primer sheriff de Crockett County y a la vez recaudador de impuestos entre 1891 y 1894. La mayoría de todos estos norteamericanos cambiaron muy pronto de domicilio: se mudaron a Cholila. Allí la recién casada tuvo su primer alumbramiento, pero aún para entonces abuela Sara no asumió totalmente su nuevo rol. Amaba la libertad en todas sus expresiones ya que hechos futuros demostraron que no había clausurado su inquietud romántica. Un nuevo amor seguido de fuga dejó mal parado al ex sheriff Sowell y el suceso corrió por los valles y los lagos del Sur como una de las festejadas picardías de la región. Sociales de esta semana |
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